Editorial
LA RESPONSABILIDAD DEL PRIMER MUNDO
Guinea Ecuatorial sigue siendo un país africano anclado en unas formas de vida antiguas. Su paisaje está lleno de chabolas de tejados de paja que se ven coronadas con inmensas antenas parabólicas. Las infraestructuras del país son viejas y de poca categoría. Los apagones de corriente eléctrica, la grave escasez de agua potable, y la carencia de instituciones médicas completan la imagen.
Todo ello necesita de la colaboración extranjera. En el caso de España, el sentimiento solidario se ve incrementando por el hecho de que este país fue una colonia. La ayuda española institucional surge del propio gobierno y de organizaciones nacionales vinculadas al mundo empresarial, como las cámaras de comercio.
La aparición de las ONG solidarias y de las muchas organizaciones que se hacen cargo de las carencias que cohíben el desarrollo de los países subdesarrollados, como la hambruna y las enfermedades causadas por la falta de higiene, son las que hacen que países como Guinea Ecuatorial avancen, eso sí, aunque ritmos muy lentos. Claro está que sólo con estas acciones el país no podrá avanzar. Además, se tendrían que establecer mecanismos de control con la finalidad de saber si esta ayuda es suficiente, y si se destina a lo que en un principio se había acordado para conseguir el objetivo establecido. Dependiendo de las colaboraciones y del producto o compensación económica que se dé, la gestión es distinta. Se debe tener en cuenta que estos mecanismos de ayuda, en algunos casos, son complicados y el camino hasta poder aportar alguna contribución es difícil. Por lo tanto, nos hemos de cuestionar si el problema es sólo que las personas no quieren contribuir, o es que estas complicaciones para hacerlo nos echan atrás a la hora de querer colaborar.
Todos estos aspectos nos llevan a valorar si el camino para llegar a la mejora de un país como Guinea Ecuatorial es el de las ONG, o bien hemos de pensar en otros mecanismos y propuestas que se podrían aplicar también a muchos países subdesarrollados. Quizá lo único que necesitaríamos, simplemente, sería más ayuda de los políticos y dirigentes de nuestro país. Si hiciéramos una buena gestión y organización de los planes de cooperación, las cosas podrían salir mucho mejor. Mientras sólo pensemos en lo fácil, en lo que ya existe, no avanzaremos hacía el progreso.
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