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País de los
hombres íntegros, es decir, Burkina Faso. Hace casi un mes ya que empecé esta
investigación sobre Burkina Faso.

¿Por qué elegí este país? Pues por dos
razones, la primera era que tenía que ser un país del tercer mundo que no
tuviera cobertura mediática, la cual cosa Burkina cumple al 100%. En segundo
lugar, por su nombre, desde pequeña era un sobrenombre que me llamaba la
atención, su pronunciación, su significado… Por ello quería descubrir también
su esencia.

Ocho breves, una
noticia, una entrevista y mientras escribo estas líneas una editorial. Todo
ello me ha servido para conocer Burkina, desde dentro y hacía fuera. Hacer un
resumen de todo lo que me ha maravillado del país sería bastante complicado,
pero lo intentaré.

Lo primero que
hice al empezar la investigación es documentarme vía Internet y a través de los
libros. Esta fase me sirvió para conocer los datos, las estadísticas… Pero no
para más. Con esto Burkina era sólo unas cifras  que no llegaba a entender ni a sentir. Por
ello, me puse en contacto con la ONG Songtaaba y gracias a su ayuda he podido
sentirme como si estuviera en mi hogar, como si estuviera en Burkina.  En las conversaciones con su presidente, Anna
Garcia, he aprendido el significado que hay detrás del nombre del país, he
sentido como viven sus gentes, como sienten y lo más importante como son. País
de los hombres íntegros, ese fue el nombre que le puso su anterior presidente y
no podría haber elegido mejor. Ellos viven en una pobreza extrema, pero no se
quejan, sonríen, dan gracias a la vida, son solidarios y a pesar de convivir con
67 etnias diferentes no tienen ningún problema. Un claro ejemplo para
occidente.

Pero si me quedo
con algo de este “periplo” es con el papel de las mujeres, su fuerza y su
coraje para vencer las adversidades.

Burkina Faso tiene
actualidad, noticias de sobrepeso, pero no es mediática… No tiene petróleo, no
tiene diamantes y por eso es invisible a los ojos del primer mundo. Mientras
allí padecen una grave epidemia de meningitis y sarampión que se está llevando
a miles de personas, aquí nos preocupamos por hacer una vacuna contra la nueva
gripe. Y ellos siguen siendo invisibles, pero la diferencia es que lo suyo
tiene cura, pero ellos no interesan a los grandes laboratorios. Una epidemia de
la que no se habla. Un país que no interesa. Un futuro incierto para 15.000
personas.

En la entrevista
yo le dije a Anna que me describiera Burkina en dos palabras, ella me dijo su
nombre Burkina Faso, país de los hombres íntegros. Ahora yo me hago la misma
pregunta, personalmente me quedó con la voz de las mujeres, unas mujeres
que gritan con todas sus fuerzas, pero aquí sus gritos llegan sin sonido,
desgastados y empañados por bobadas propias del primer mundo. Nosotros lo tenemos
todo, pero comparados con ellos no tenemos nada. Nos faltan valores, a ellos
les sobran.

País de los
hombres íntegros hasta siempre.

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