Vi ecològic: és possible, és rendible, té mercat … i molt de futur
Vaig tenir la sort de conèixer en Salvador Burgos i la seva explotació a Poboleda (Mas Sinén) gràcies a uns amics comuns que hi viuen aprop. En Salvador em va fer una extensa i il.lustradora exposició de com ell vivia l’el.laboració del vi. Vi ecològic. En Burgos, com d’altra gent, és conscient que el mercat del vi és cada cop més complicat, i que per guanyar-s’hi un espai, petit o gran, cal aportar valor afegit. Per a Burgos aquest valor afegit el garanteixen dos factors: salut i qualitat. Per això aposta per produir de manera natural, i hi posa tot l’amor i la passió del món. Només cal escoltar-lo parlar de vinyes, de vi, de terra, d’olors, de sabors, … per adonar-se’n. Avui, Antonio Cerrillo li dedica, a ell i a d’altres el.laboradors valents i conscients a quantitats iguals, un excel.lent reportatge a La Vanguardia (Garnacha libre de insectidas). Se’l mereixen, com es mereixen el reconeixement del públic i de la crítica. Jo, en qualsevol cas, me’n faig ressò, i brindo amb una copa d’un gratificant Mas Sinén, negre, és clar. Pura collita Priorat. (segueix…)
La viña con certificado ecológico crece un 35 por ciento en un solo semestre en Catalunya
GARNACHA LIBRE DE INSECTICIDAS, por Antonio Cerrillo, La Vanguardia (26.09.09)
La necesidad de abrir mercados por la crisis y el mayor interés explican la fuerte expansión del sector.
Salvador Burgos, un
viticultor de Poboleda (Priorat), representa una nueva generación de
agricultores catalanes. Él aún recuerda cuando, pertrechado de mochila y
mascarilla, rociaba de insecticidas y herbicidas la viña y los avellanos a
finales de los años noventa. Ahora confiesa: “Realmente, lo pasaba mal
respirando aquellos productos tóxicos. Pensaba: ´Si esto ha de ser la
agricultura, mejor lo dejo´. Yo no me intoxiqué, pero otros payeses sí”,
dice. Por eso, cuando pudo, emprendió un giro total hacia una agricultura
respetuosa con la tierra. Hoy dirige la empresa Burgos Porta desde el Mas
Sinén, una construcción del siglo XVII rodeada de viñedos serpenteantes en
terrazas y laderas de montaña. De allí obtiene una uva concentrada, una fruta
con sabores y aromas intensos con certificado ecológico.
Salvador Burgos ha visto madurar el mercado del vino ecológico. De hecho, los
viñedos tratados sin insecticidas ni herbicidas crecen sin parar. En Catalunya,
sólo en el primer semestre se ha registrado un aumento del 35% de la superficie
de vid con sello ecológico – ya ocupa 3.031 ha, el 5,11% del total de la
vid-,mientras que el año pasado en toda España se incrementó un 44%.
“El mercado y las principales bodegas están apostando por la innovación y
el desarrollo de vino de calidad para distinguirse de la competencia y para
llegar a mercados distintos a los habituales. Por eso, se está apostando por la
producción ecológica”, señala Núria Vallès, técnica del Consell Català de la Producció Agrària
Ecològica (Ccpae), responsable de la certificación.
La crisis del vino convencional también incide en el éxito. “El precio de
la uva se ha hundido y para muchos productores esta opción es una salida más
para reorientar la situación y ver si se abren otros mercados”, explica
Josep Maria Albet i Noia (Albet i Noia, en Subirats, Alt Penedès), de cuyas
bodegas salen vinos y cavas ecológicos para 25 países.
La aceptación social cada vez es mayor, pero el grueso de las ventas va a
exportación. Albet i Noia vende el 80% de su producción en el extranjero, el
15% en Catalunya y el 15% en otras zonas de España. Y las demás bodegas ofrecen
datos parecidos.
“Un destino común es EE. UU. Yel consejo catalán está acreditado para la
certificación norteamericana (National Organic Program). La mayoría de las
bodegas nos solicitan esta certificación adicional para entrar en el mercado de
EE. UU. El otro gran mercado es Europa; exportamos principalmente a Alemania y
el Reino Unido”, dice Núria Vallès.
“La asignatura pendiente del vino ecológico es el mercado interior. No es
normal que las ventas aquí apenas aumenten”, dice Félix Martínez,
presidente de la Asociación
de Productores, Elaboradores y Comercializadores de Productos Ecológicos.
Salvador Burgos coincide en que ese mayor interés del consumidor no se traduce
en grandes incrementos de ventas, pero subraya que, en su caso, debe tenerse en
cuenta que produce vinos de dos años de crianza de gran calidad “que ya
han alcanzado un cierto precio” (valen, de media, de 20 a 25 euros) y que están
avalados por la denominación de origen, todo lo cual los hace óptimos para ser
valorados en el extranjero. Además, la viña ecológica, al prescindir de abonos
químicos, produce menos. Eso se une a que el Priorat produce de media de 1,5
kilos a 2 kilos por planta, mientras que en el Penedès o la Conca de Barberà dan de 5 a 6 kilos. Y por si fuera
poco, en estos territorios escarpados, la viña da menos de 0,5 kilos por cepa.
“El vino ecológico es la mejor opción para quienes queremos la tierra. No
queremos agredirla con productos químicos”, sentencia Joan Josep Tetas,
gerente de bodegas Pinord, que comercializa, entre otros vinos con denominación
de origen Penedès y Priorat, la marca + Natura con diversas cepas (merlot y
cabernet sauvignon) y precios muy asequibles, en torno a los cinco euros. Tetas
se siente especialmente orgulloso de Balcons, un vino tinto elaborado a partir
de garnacha, cariñena, cabernet sauvignon y merlot de cosecha propia y que ha
obtenido el certificado europeo Demeter, que recoge exigencias más estrictas
para los vinos ecológicos.
Félix Martínez pide a la
Administración más promoción. “El plan de promoción del
Ministerio de Agricultura acabará el año que viene sin pena ni gloria, mientras
que el consejo catalán no hace suficiente promoción”, dice.