Raül Romeva i Rueda

REFLEXIONS PERISCÒPIQUES

Road to Cophenague X: Rajendra Pachauri recomana no menjar carn ni anar amb 4×4.

A pocs dies que comenci la reunió més important sobre
el Clima de la història, al de Cophenague, és prou interessant llegir les
reflexions del President del Grup Sobre el Canvi Climàtic i co-Premi Nobel de
la Pau,
Rajendra Pachauri
. La hi fa Antonio Cerrillo, conegut periodista ambiental de La Vanguardia, i tant les preguntes com les respostes, de ben segur, suscitaran un interessant, i oportú, debat.

Rajendra
Pachauri: “No hay que comer carne, ni conducir un 4×4”

El presidente del Grupo sobre Cambio Climático (ONU) sostiene que
“debemos cambiar el sistema de valores y la definición de lo que es el
bienestar económico”

ANTONO CERRILLO  | La
Vanguardia, Madrid | 28/11/2009 | 

Rajendra Pachauri, presidente del Grupo Intergubernamental de Expertos
sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC), confía en que la cumbre de Copenhague
se salde con un gran acuerdo político. Afirma que los escépticos sobre el
calentamiento “se han reducido drásticamente” y aboga por implantar
nuevas pautas de consumo. “No hay ni que comer carne ni conducir un
4×4”, dice antes de clausurar ayer viernes unas jornadas internacionales
sobre cambio climático y energías renovables organizadas por Casa Asia y Casa
África en CaixaForum en Madrid. El miércoles tuvieron lugar estas sesiones en
Barcelona.


-¿Qué opina sobre los anuncios hechos por Estados Unidos y China para
limitar los gases invernadero?
-Con estos anuncios se dan avances muy positivos. El hecho de que el presidente
Obama haya decidido asistir a la cumbre de Copenhague y que previsiblemente
anuncie una reducción del 17% de los gases en el 2020 respecto a los niveles de
2005 da más esperanzas. Supone un gran impulso para llegar a un acuerdo
efectivo.



-¿Es suficiente el compromiso de China, que habla de frenar su intensidad
energética?
-Lo que ha dicho China también es alentador. China se ha planteado una
reducción del 40% en la intensidad energética para el año 2020 respecto a los
niveles del 2005. Pero una parte significativa de este objetivo ya ha sido
alcanzada. En cualquier caso, si los países desarrollados asumen metas muy
ambiciosas en un plazo de tiempo determinado, quizá entonces China se anime y
haga mucho más, también. Pero, independientemente del acuerdo al que se llegue,
hay que valorar que tendremos mucho trabajo por delante después de la
conferencia.

-Pero la UE presenta una propuesta mucho más ambiciosa que EE.UU…
-Debemos ser razonables, y darnos cuenta de que en los últimos diez años
Estados Unidos no ha hecho nada; sus emisiones de gases no han hecho más que
subir. Obama lleva en su cargo menos de un año, éste es un primer paso que
merece la pena ser alabado. Esperanzas de un acuerdo

-Qué espera de la conferencia de Copenhague?
-Yo creo que hay tres elementos, que, si salen de Copenhague, permitirían
hablar de un éxito. Los países desarrollados deben comprometerse de forma
colectiva a reducir un porcentaje determinado de gases para el año 2020, aunque
hay que concretar esa cifra. Además, deben comprometerse a aportar una serie de
fondos para el año 2020 para ayudar a los países en vías de desarrollo a
adaptarse al cambio climático y para que apliquen política de mitigación. Y,
además debe facilitarse la transferencia de tecnología. Yo no digo que tengan
que dar tecnología gratuitamente, pero podría ponerse a disposición determinado
fondos con un tipo de interés bajo para facilitar la sustitución de los
bombillas más ineficientes, por ejemplos. Son los tres elementos más
importantes

-¿Será posible, pues, un nuevo protocolo contra el cambio climático el año que
viene?
-Es muy probable, sobre todo porque vemos que es posible alcanzar un compromiso
político en Copenhague. No creo que ahora se alcance un acuerdo con todos los
detalles, pero sí podemos lograr una declaración enérgica que establezca unos
límites determinados para el año 2020. Parecía que Copenhague sería el final de
todo, pero ahora vemos que será el principio de mucho trabajo por delante.

-Es pues, optimista.
-Esto es una bola de nieve. Si llevamos a cabo acciones a partir de Copenhague,
por supuesto esto va a tener unos efectos positivos sobre el planeta.
Desafortunadamente, ha habido una perdida de credibilidad por parte de algunos
países industrializados, como Estados Unidos y Australia. Estos países ni
siquiera ratificaron el protocolo de Kioto (Australia, lo hizo en el 2007). Por
lo tanto, un acuerdo en Copenhague podría restaurar gran parte de esa pérdida
de credibilidad; y, además, pondría de manifiesto que todos los países nos
estamos enfrentándonos a un problema planetario, mundial, y que debemos formar
parte de la solución. Otro modelo de desarrollo

-¿Cómo evitar que las naciones en vías de desarrollo repitan el modelo
económico de las naciones industrializadas y que ha causado el cambio
climático?
-Nos encontramos con que incluso las personas más pobres en los países en
desarrollo creen que una buena vida consiste en comprar un coche, tener una
gran casa con aire acondicionado o consumir más y más. Debemos cambiar el
sistema de valores y la definición de lo que es el bienestar económico. Y
también es importante que haya suficientes fondos disponibles para hacer que
los países en desarrollo puedan disponer de tecnologías limpias.

-¿Debemos cambiar nuestros modos de vida?
-La mentalidad de Estados Unidos, por ejemplo debe cambiar. No tiene
prácticamente transporte público. Y si lo mismo pasa con el precio de la
energía. No hay incentivos para diseñar o construir edificios que sea
energéticamente eficientes. Todo su estilo de vida se basa en comprar
incesantemente, en consumir más y más, y luego en tirar a la basura lo
consumido. Debemos cambiar nuestros modos de vida.

-¿Cómo?
-Debemos consumir mucha menor carne, y sobre todo menos carne roja.

-Usted es vegetariano.
-Me hice vegetariano, precisamente, por eso, hace siete u ocho años. No a las
grandes superficies, consumen mucha energía

-¿Que más hace usted particularmente para mitigar el cambio climático?
-Adquirí hace poco un pequeño coche biplaza, y me encanta conducirlo. Trato de
comprar sólo cuando necesito las cosas. Raramente, voy a un centro comercial
porque generan grandes consumos de energía. Prefiero comprar en la tienda de la
esquina, en donde uno puede comprar lo que quiere. Es mucho más agradable.

-También se ha hablado del impacto en el planeta que también tienen las
mascotas, pues los animales comen carne…
-Antes de centrarnos en el caso de las mascotas, habría que fijarse en la
cantidad de energía vinculada al consumo de carne y analizar cómo el ciclo de
la producción de carne a la producción de emisiones. Primero, se talan los
bosques para poder crear pastizales; luego, hay que alimentar todos esos
animales, y el pienso que fabricamos también consume muchísima energía. Luego,
matamos a esos animales, y tenemos que tenerlos guardados en zonas
refrigeradas. Hay que transportarlos también refrigerados en cámaras y luego se
venden también en establecimientos que también tienen cámaras frigoríficas. Si
nos fijamos, hace 20 ó 30 años nuestros frigoríficos tenían una parte de
congelación muy pequeña, mientras que ahora la parte del congelador es así de
grande. La gente lo que hace es congelar carne y guardarla ahí. O sea, que
reducir el consumo de carne es bueno para la salud y además es bueno para el
planeta.

-En los países en vías de desarrollo se repite ese mismo modelo…
-Yo creo que los países en vías de desarrollo están cometiendo grandes errores,
pero lo hacen únicamente porque estamos copiando a los países desarrollados.

-¿Hay algún ejemplo positivo?
-En los países en desarrollo, sólo se puede citar el modelo de Bután, pero
hablamos de un país con una población muy pequeña. Me parece bien lo que hace;
incluso, son capaces de controlar el número de países que entran en el país.
Más que fijarnos en el producto interior bruto, deberíamos fijarnos en la
felicidad interior bruta, por así decirlo. Necesitamos medir de formas
diferentes el progreso económico.

-Un desarrollo de otra manera…
-Al menos, podemos utilizar otros indicadores, que deberían considerarse
igualmente importantes. Por ejemplo, considerando la disparidad entre lo ricos
y los pobres, y valorar cómo estamos gestionando nuestros recursos naturales. Y
tener indicadores de daños medioambientales. Debemos alejarnos de esa
mentalidad que hace que sólo nos fijemos en el PIB. Los impactos en España

-¿Qué dicen los últimos estudio sobre el calentamiento después del cuarto
informe de evaluación que hizo el IPCC?
-Si nos centramos en las proyecciones para el siglo XXI, sabemos que para
finales de este siglo la temperatura habrá aumentado entre 1,1 grados
centígrados y 6,4 grados. Pero aunque hubiera sólo un aumento de 1,1 grados
centígrados, estamos hablando de un cambio climático bastante importante. El
último siglo, con un aumento de 0,74 grados centígrados, ya hemos visto todo lo
que ha pasado.

-Y en el sur de Europa, ¿qué impacto se prevén?
-Toda la región mediterránea y, por supuesto España, van a sufrir escasez de
agua, y por lo tanto hay que cambiar la gestión del agua. Hay que poner en
marcha planes de uso muy eficaz del agua. Cada vez habrá más olas de calor y se
espera que aumenten las enfermedades de transmisión vectorial. Y por supuesto
también tendremos el problema del aumento del nivel de las aguas del mar, que
afecta algunas de las zonas costeras españolas. El resultado es que habrá más
sequías y más inundaciones, y precipitaciones extremas en momentos
determinados. Son problemas que España y otros países vecinos deberán afrontar
desde ahora. Negacionistas en retroceso

-¿Qué opina de los negacionistas o escépticos del cambio climático?
-Se han reducido drásticamente, aunque siempre habrá gente que exprese
opiniones diferentes. A lo largo de la historia, cualquier campo nuevo de la
ciencia que haya surgido se ha tropezado con personas que se han resistido a
aceptar esos descubrimientos. Había gente que no quería oír la verdad. Y hoy
hay organizaciones y empresas que quieren oponerse a cualquier acción que sirve
para combatir el cambio climático y están pagando a los lobbys de Washington
cientos de millones de dólares para que frenen la legislación.

-¿Qué opina del episodio protagonizado por un hackers que interceptaron unos
correos de científicos de la Universidad Éast Anglia? (con lo que se quiso
denunciar en la prensa norteamericana que presuntamente amañaban sus pruebas
sobre el calentamiento). ¿Restará credibilidad a los estudios que evidencian el
calentamiento?
-Eso es un delito. No podeos sacar conclusiones de esas conversaciones por
correo. Si yo digo que en una conversación privada con un amigo voy a matar a
una persona, ¿significa acaso eso que yo lo voy a matar de verdad? Lo relevante
son los procesos para elaborar las conclusiones de los informes del IPCC. Y
todos los autores trabajan en equipo, de manera que un individuo no puede
influir en todo el grupo. Y, en segundo lugar, cada documento que se elabora es
revisado por otros expertos. Si uno lee el IPCC hay muchas partes en las que
decimos que los datos científicos no son suficientes. Hay área en las que no
hay suficiente conocimiento y lo decimos claramente. Los que conocen el
funcionamiento del IPCC no van a ver cambiado su opinión por esos correos

-¿Y eso influirá en Copenhague?
-No, porque tres días después de que ese asunto ocurriera, Obama decidió acudir
a Copenhague. Hay mucha información y la gente sabe lo que significa el cambio
climático. Ese incidente no va a hacer que las cosas cambien. Deforestación
evitada

-Dice que cree que habrá un acuerdo en Copenhague..¿También en materia de
evitar la deforestación de los bosques tropicales?
-También, también lo veo posible. Evitar la deforestación será una parte muy
importante del acuerdo.

-¿Y cómo, financiando las ayudas desde los países ricos o convirtiendo esa
deforestación evitado en créditos de carbono?
-Si se les paga a estos países lo suficiente para dejar de deforestar, sí. Pero
para evitar la deforestación se requiere vigilancia, medición de los bosques,
verificación de esa deforestación evitada. Falta concretar el procedimiento.

-¿Cuál es la relación entre cambio climático y crisis?
-Como han dicho ya algunos líderes mundiales, esto es un problema, pero también
es un oportunidad porque se pueden crear empleos a través del desarrollo de los
sectores verdes de la economía. España, por ejemplo, está a la cabeza en el
desarrollo de la energía solar. España no sólo está en disposición de crear
estos empleos dentro del país, sino que también los puede crear a través de la
exportación de las tecnologías. También cabe ese desarrollo en el sector de la
construcción. Si los edificios que se construyen en España fueran verdes,
entonces en España se crearía un nuevo conjunto de actividades y un nuevo
sector de actividades económicas. El reto al que nos enfrentamos es enorme;
pero si pensamos con creatividad y originalidad, entonces podremos hacer que
esos retos se conviertan en oportunidades. Eso podría producir una reactivación
económica y una mejora ecológica. Menos carbón

-Imaginamos un futuro sin petróleo; pero seguimos teniendo grandes reserva de
carbón, que genera mucho CO2, como en China
-Si China se compromete a reducir la intensidad de sus emisiones de gases de
efecto invernadero en un 40% para el año 200, entonces deberá reducir el
desarrollo del carbón. Y seguramente pasar a la energía nuclear, Y sabemos que
están invirtiendo mucho en energías renovables y en eficiencia energética. Y en
el caso del carbón también debemos invertir mucho en el desarrollo de las
tecnologías de captura y almacenamiento del carbón.

-¿La energía nuclear es una solución?
-No siempre. La energía nuclear tiene que tener una base técnica sólida y
científica. Hay que tener instalaciones seguras y organizaciones de regulación
adecuadas. Hay que asegurarse que se dan todos esos elementos antes de
considerar el desarrollo de la energía nuclear.

 

Foto: Rajendra Pachaundri Font: Bernardo Rodriguez / EFE



Deixa un comentari

L'adreça electrònica no es publicarà. Els camps necessaris estan marcats amb *

Aquest lloc està protegit per reCAPTCHA i s’apliquen la política de privadesa i les condicions del servei de Google.