Oi?

Quan he sabut que ha mort he anat de dret a un dels llibres que en conservo. El va publicar en espanyol Anagrama com un volum de gran format sota el títol Las tentaciones. Recull el conte “Voci portate de qualcosa, impossibile dire cosa” i el tríptic “Les temptacions de sant Antoni” del Bosc. He rellegit la nota preliminar de Tabucchi, i he recordat per què m’agrada el toscà afillat a Lisboa. […]

“Antaño, en los buenos tiempos pasados, quien cedía a las tentaciones era un pecador. Hoy en día no es más que un transgresor, o ni siquiera eso, visto que no hay nada que transgredir. Pero sin el pecado tampoco existe el perdón, y es en esto en lo que consiste nuestro moderno infierno, en un lugar indiferenciado carente de miseria, de salvación o de grandeza. Un día, mirando con estupor Las tentaciones de San Antonio del Bosco, pensé que si el hombre de nuestros tiempos había perdido todas las tentaciones, le quedaba todavía el remordimiento. Y así, imaginé un personaje presa de la obsesión del remordimiento. Porque el remordimiento sí existe. Y a veces nos conduce a donde él quiere, incluso a la tentación suprema.”