Raül Romeva i Rueda

Todos los años, el ICCAT adopta medidas de gestión cada vez más restrictivas y complejas, planes de recuperación, sistemas de documentación, restricciones relativas a la capacidad de los buques y las instalaciones de engorde, etc. Y todos los años, la Comisión se felicita por el éxito de la ICCAT, afirmando que finalmente la organización ha adoptado las medidas necesarias para reducir la pesca IUU de atún rojo y que la situación está bajo control.

Pero el tiempo pasa, y las medidas supuestamente destinadas a garantizar su conservación o, mejor aún, su recuperación, o no llegan, o llegan tarde y de forma insuficiente.

El cierre prematuro hace sólo unos dias de la temporada de pesca para la flota de cerco debido a que en sólo diez dias se había casi agotado la cuota asignada a la UE demuestra que existe todavia un problema de sobrecapacidad que amenaza enormemente la supervivencia de la especie.

Los estocs no acaban de mostrar signos de recuperación a medio plazo, antes al contrario. La situación de sobreexplotación de las dos poblaciones de atún rojo es bien conocida. La biomasa reproductora de ambas poblaciones se ha reducido a menos del 15 % de la biomasa no capturada. Esto, combinado con los elevados precios que se pagan por el pescado (ya sea capturado de forma legal o no) y las evidentes dificultades en el control de las actividades de pesca y del comercio, demuestra que todos los esfuerzos de la ICCAT realizados en los últimos 20 años no han sido suficientes para garantizar una pesca sostenible.

Ahora son necesarias decisiones valientes, aunque drásticas y seguramente dolorosas. És imprescindible tener visión de futuro y aplicar más que nunca el principio de precaución tan ausente en la gestión de esta pesqueria hasta la fecha.

El informe que hoy votamos es una medida más, necesaria, imprescindible, y aún así insuficiente.

Esta nueva normativa tiene como objetivo luchar contra la pesca ilegal de atún rojo y mejorar el control de las poblaciones de peces.

Este sistema establece que todo lote de atún ha de ir acompañado de la documentación exigida en cada fase, desde el momento de su captura incluidos el desembarque, el transbordo, el enjaulamiento, el sacrificio, la importación, la exportación y la reexportación. La documentación ha de ser validada en cada una de las fases por las autoridades del Estado del pabellón, la almadraba o la jaula, y debe incluir la siguiente información:

-Datos sobre la captura (nombre del buque de captura o almadraba, Estado miembro del pabellón, lugar y modo de captura, incluidos número y tamaño de los peces);

-Información sobre el exportador o vendedor (nombre y dirección de la empresa, fecha, firma, punto de exportación o importación);

-información sobre el transbordo (nombres de los buques, fecha, puerto, descripción del producto, peso);

-Detalles de la instalación de engorde (nombre, fecha de introducción en jaula, estimación del número y el peso de los peces);

-Información sobre el sacrificio (fecha, número de peces, peso, números de las marcas, firma);

-Información comercial (descripción del producto, punto y fecha de exportación, nombre y detalles de la empresa exportadora, destino, descripción del transporte).

Tras la frustración que supuso para mucha gente que CITES no incluyera el Atún Rojo en su lista de especies protegidas durant su reunión de marzo pasado, la pelota vuelve al tejado de ICCAT. La próxima reunión, en Paris, en noviembre, será más determinante que nunca.

Ya no hay tiempo para más prórrogas, ni para artimañas jurídicas, ni para discursos falsamente optimistas. En Paris veremos si esta vez las partes contratantes, la UE entre ellas, realmente respetan de forma estricta y escrupulosa las recomendaciones científicas.