Raül Romeva i Rueda

REFLEXIONS PERISCÒPIQUES

Mujeres en el sector de la pesca: por una mayor visibilidad, reconocimiento y derechos.

Presentamos hoy, en el pleno, el informe sobre las medidas específicas en el ámbito de la Política Común para desarrollar el paper de la mujer (2013/2150 (INI)), del que que soy co-ponente, junto con la colega Dolores Garcia Hierro.

En primer lugar quiero agradecer especialmente a mi colega Dolores Garcia-Hierro, por haber liderado y trabajado tanto y tan bien en esta cuestión.

Personalmente es un tema que sigo desde los dos frentes del mismo, como miembro de las dos comisiones que le afectan, la de Derechos de la mujer e igualdad de oportunidades, y la comisión de pesca y asuntos marinos.

Este informe era necesario para poner de manifiesto la labor que desarrollan tantas y tantas mujeres en el sector de la pesca que ni se ve, ni se reconoce, ni se valora como debería y ello a pesar de que representa un indudable valor añadido económico, y que contribuye a la sostenibilidad social, económica y ambiental de numerosas localidades y regiones de Europa, en particular en las zonas más dependientes de la pesca.

Son más de 100 000 las mujeres que trabajan en el sector de la pesca en los Estados miembros, de las que un 4% lo hace en el sector extractivo (con trabajos vinculados a la actividad de los barcos pesqueros como rederas, neskatillas o empacadoras), un 30 % en el de la acuicultura (principalmente en el marisqueo de a pie), y alrededor de un 60 % en la industria transformadora. 

La dureza de los trabajos que realizan es a menudo enorme. He tenido ocasión de conocerlo de cerca a lo largo de estos años.

Por todo ello, con este informe aspiramos a cambiar la situación que sufren muchas de ellas.

Para ello, por ejemplo, es necesario contar con un programa estadístico específico para las regiones dependientes de la pesca, prestando particular atención a la pesca costera artesanal, con objeto de evaluar las necesidades específicas de la actividad de las mujeres y mejorar el reconocimiento social de estas profesiones de gran dureza.

Esta recopilación de datos debe ser desglosada por sexos y tener en cuenta indicadores como la edad, el nivel educativo y de formación, y la actividad de cónyuges o parejas colaboradores.

También pedimos que se reconozcan jurídica y socialmente el papel desempeñado por las mujeres en el sector de la pesca y la acuicultura, así como en el desarrollo sostenible de las zonas dependientes de la pesca, con el fin de eliminar todas las barreras económicas, administrativas y sociales que hacen más difícil su participación en condiciones de igualdad.

Urge, asimismo, regular y reconocer como enfermedades profesionales las lesiones en las articulaciones o la columna vertebral o las enfermedades reumáticas provocadas por las duras condiciones meteorológicas en las que tienen que trabajar mariscadoras, rederas, neskatillas, empacadoras, mujeres de empresas de transformación, procesadoras, pescadoras, comercializadoras, así como las derivadas del levantamiento de pesos excesivos.

No debemos olvidarnos tampoco de la necesidad de fomentar y apoyar financieramente el asociacionismo entre las mujeres mediante redes de mujeres a escala nacional y europea, con objeto de aumentar la visibilidad del papel desempeñado por las mujeres en el sector de la pesca, sensibilizar a la sociedad sobre la contribución de estas a dicha actividad, facilitar el intercambio de experiencias, así como para comunicar las necesidades y reivindicaciones de las mujeres desde las administraciones locales hasta los organismos europeos.

Por ello mismo, es necesario fomentar y reforzar la participación efectiva de las mujeres en los órganos consultivos, Consejos Consultivos y órganos decisorios, representativos, regionales y cofradías, garantizando su participación en la toma de decisiones tanto en el sector público como privado en igualdad de condiciones con los hombres.

Finalmente, los Estados miembros deben velar por el cumplimiento de los objetivos de la nueva Política Pesquera Común relativos al acceso a recursos pesqueros basado en criterios transparentes de carácter ambiental, social y económico, incorporando los principios de igualdad de trato y oportunidades entre mujeres y hombres.

Ello implica, entre otras cosas, reconocer el estatus laboral de las mujeres en los casos de cese temporal de la actividad, incluyendo las paradas biológicas, así como velar por el cumplimiento de la Directiva 2010/41/UE para que las mujeres del sector pesquero que trabajan a tiempo completo o parcial en las empresas familiares o apoyando a sus cónyuges o parejas, contribuyendo de esta forma a la sostenibilidad económica propia y familiar, así como las que realizan dicha actividad como medio de vida y no pertenecen a ninguna unidad familiar, reciban el reconocimiento legal y beneficios sociales equivalentes a los de las personas autónomas.

Font foto: Adrián Santasmarinas


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