Raül Romeva i Rueda

Greenpeace feia pública aquest matí una nota en què explicava com un dels seus vaixells, l’Esperanza, havia descobert com vaixells de la flota japonesa, novament, vulneraven la prohibició de caçar balenes, aquest cop al Santuari Balener de l’Antàrtic. Preocupat per aquesta nova denúncia, i en el marc de les cada vegades més intenses relacions que la UE manté amb les autoritats japoneses, he transmès la següent pregunta a la Comissió Europea: (segueix…)


Pregunta de Raül Romeva i Rueda a la Comisión Europea sobre la caza de ballenas en el Antártico por parte de la flota japonesa 

Según informaciones facilitadas por Greenpeace, dos barcos japoneses han sido localizados en aguas antárticas, donde se halla el santuario ballenero, con el propósito de cazar alrededor de un millar de ejemplares de cetáceos que habitan en la zona. Los barcos han sido interceptados esta mañana, tras diez días de intensa búsqueda, en las inmensidades del Santuario Ballenero Antártico, por el barco de Greenpeace Esperanza, que mediante una declaración emitida por radio en inglés y japonés les ha instado a abandonar su actividad y regresar a puerto.

La flota japonesa ha reaccionado emprendiendo la huida, iniciándose una persecución preventiva por parte del Esperanza para evitar posibles nuevos intentos de caza durante el recorrido. 

Bajo el pretexto de caza con finalidades científicas, la flota ballenera japonesa se auto-asignó una cuota de 935 rorcuales aliblanco y 50 rorcuales azules, estos últimos en peligro de extinción, y asimismo había planificado previamente la caza de 50 ballenas jorobadas, a la cuales renunció en diciembre del pasado año ante la presión internacional.

No obstante, este criterio es altamente cuestionable dado que para llevar a cabo las investigaciones científicas sobre ballenas no es necesario matarlas, y menos aún en las cantidades planteadas por la flota japonesa. 

De hecho, el propio Gobierno japonés ya confirmó al inicio de la expedición que zarpó el pasado noviembre que el único propósito que existía para su programa científico era la vuelta de la caza comercial de las ballenas.

Es pertinente recordar, además, que según la encuesta independiente del Nipón Research Centre de junio de 2006, dicha actividad cuenta con el rechazo mayoritario de la sociedad japonesa.  

A la vista de lo expuesto, y a tenor de las graves consecuencias que la caza de ballenas supone para la biodiversidad del planeta y para los ecosistemas en que éstas habitan, ¿tiene conocimiento la Comisión de dichas actividades por parte de Japón? ¿cuál es la posición de la Comisión respecto a dichas prácticas? ¿Ha adoptado, o piensa adoptar, la Comisión alguna actuación al respecto? ¿Qué mecanismos tiene o prevé la Comisión para ejercer presión internacional contra dichas prácticas? ¿Tiene intención la Comisión de darle relevancia a este asunto en las relaciones de la UE con el gobierno de Japón?

Foto: el vaixell Esperança navegant pel Santuari Balener de l’Antàrtic. Font: Greenpeace.