Raül Romeva i Rueda

REFLEXIONS PERISCÒPIQUES

Publicat el 30 d'abril de 2009

Europa no és d’esquerres

En
l’article que adjunto, José Ignacio Torreblanca exposa de manera
extraordinària el gran problema de fons que afecta la construcció europea
des de la vessant esquerra/dreta. I és que, malgrat que encara hi ha qui pensa
que això de les esquerres i les dretes està passat de moda, la
realitat s’obstina a fer-nos veure que no és així. I a Europa, encara
menys.

Europa
no es de izquierdas
, per José Ignacio Torreblanca (El Pais,
27/04/2009)

Un transbordador de la compañía Viking sale de Helsinki a las diez menos cuarto
en dirección a Tallin. A la misma hora, un transbordador de una compañía
estonia sale de Tallin en dirección inversa. Pero la pregunta no es, como en
los cuadernos del colegio, a qué hora se cruzan, sino por qué, si los dos hacen
el mismo trayecto y dan el mismo servicio a los pasajeros, uno va lleno y otro
vacío. Respuesta correcta: el ferry finlandés no puede competir porque opera
con trabajadores que cobran salarios finlandeses mientras que en el otro los
trabajadores cobran salarios estonios.

¿Qué
es lo que hace la compañía Viking? Crea una filial en Estonia, rematricula su
transbordador Rosella bajo pabellón estonio, despide a sus empleados
finlandeses y contrata a otros estonios por salarios más bajos. ¿Qué es lo que
hacen los trabajadores finlandeses? Denunciar el caso ante la Federación
Internacional de Sindicatos del Transporte e ir a la huelga para forzar a
Viking a firmar un convenio colectivo que le obligue a mantener los salarios
aunque contrate trabajadores estonios. La empresa acude al Tribunal de Justicia
Europeo, con sede en Luxemburgo, y argumenta que las medidas de presión de la
federación de sindicatos y la huelga suponen una coacción a la libertad de
establecimiento. El tribunal, en su sentencia de diciembre de 2007, da la razón
a la empresa argumentando que la presión sindical impide a Viking ejercer su
legítimo derecho a establecerse en otro Estado miembro. (segueix…)

Golpe
a los sindicatos

Esa
sentencia se produce en paralelo a otras similares (Laval o Rüffert), que se
refieren a hechos parecidos acaecidos en Suecia o Luxemburgo, y en las que la
justicia europea ha venido dando la razón a las empresas. Al decir de la Confederación
Europea de Sindicatos, estos pronunciamientos del tribunal reducen las
posibilidades de los sindicatos de garantizar condiciones de empleo iguales
para los trabajadores independientemente de su nacionalidad. Sumadas a
directivas como la Bolkenstein o las 65 horas son interpretadas por los
sindicatos (y por gran parte de la sociedad) en términos de desarme forzoso de
herramientas clave (como la negociación colectiva o el derecho de huelga) para
asegurar los derechos de los trabajadores en una economía abierta y globalizada.

Todo
ello apunta a un problema que merece la pena discutir en profundidad con motivo
de las próximas elecciones europeas del 7 de junio: que Europa no es de
izquierdas. Ni lo es estructuralmente, ya que la construcción europea tiene un
evidente sesgo liberal, ni lo es coyunturalmente, porque la izquierda política
está en minoría, y casi seguramente lo seguirá estando tras los comicios
europeos, ya que la crisis no parece afectar a las perspectivas electorales de
los partidos conservadores.

Desde
los años ochenta, las políticas liberalizadoras y de mercado han avanzado
imparablemente por la senda de la mayoría cualificada mientras que las
políticas correctoras de mercado o de carácter redistributivo o bien han estado
explícitamente excluidas de la construcción europea o bien han avanzado al paso
de tortuga marcado por la unanimidad, el mínimo común denominador y las
idiosincrasias nacionales. Además, la última ampliación ha reforzado esta
tendencia de tal manera que la Europa social es hoy poco más que un eslogan.

La
solución no está, sin embargo, en transferir el Estado de bien-estar al ámbito
europeo (las encuestas dicen que los europeos quieren que las prestaciones
sociales se mantengan en el ámbito nacional), sino en pensar conjuntamente de
qué forma pueden las políticas europeas compensar a aquellos mismos que
perjudican. Obviamente, esto no va a ocurrir vía el presupuesto europeo: con el
1% del PIB europeo a su disposición (y bajando), Europa apenas alcanza a
compensar a los agricultores y a las regiones más pobres. Pero el poder de
Europa no está en sus presupuestos, sino en su capacidad de elaborar leyes,
leyes que priman sobre el derecho nacional y que tienen efecto directo sin
necesidad de ser traspuestas al ámbito nacional, leyes que pueden proteger a
los trabajadores, a los consumidores, a los ciudadanos o al medio ambiente.

Es
por esa razón que el Parlamento Europeo es tan importante y, también, la razón
por la que las elecciones europeas importan tanto. En la actualidad, y, más
aún, si finalmente se aprueba el Tratado de Lisboa, el Parlamento Europeo
tendrá la última palabra a la hora de aprobar legislación, pudiendo rechazar o
enmendar la legislación que proponga la Comisión o los Estados miembros,
legislación que afecta muy profundamente las vidas de los ciudadanos. Hay veces
que Europa parece estar muy lejos, otras veces está aquí mismo, aunque más a la
derecha de lo que nos gustaría.

 

Foto:
Ferry de la Compa ía Viking. Font: Ålandstidningen

 



  1. no entenc el titol de l’article, Europa no és d’esquerres però tampoc de dretes, en qualsevol cas seran els seus ciutadans.

    I per trobar exemples d’estos no cal escusar-se en Europa, a l’Estat espanyol en trobarem molts d’exemples d’estos, i en particular, en l’agricultura citricola, on veiem com territoris com Andalusia i Murcia fan competència deslleial, han rebut quantitats d’euros europeus per incorporar el cultiu citricola on sols es podia cultivar el cotó i d’altres cultius exòtics, fent la competència deslleial a la citricultura del País Valencià.

    I Espanya no és de dretes, o si?

Deixa un comentari

L'adreça electrònica no es publicarà. Els camps necessaris estan marcats amb *

Aquest lloc està protegit per reCAPTCHA i s’apliquen la política de privadesa i les condicions del servei de Google.

Aquesta entrada s'ha publicat dins de Economia, Europa social, Joves, Crisi (Respostes) i Green New Deal per raulromeva | Deixa un comentari. Afegeix a les adreces d'interès l'enllaç permanent