Raül Romeva i Rueda

la ausencia del periodista de Marruecos para lanzar una orden internacional de busca y captura contra el informador. Se le acusa, entre otras cosas, de ser un agente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), de haber conspirado contra el rey Mohamed VI, y de haber incitado a un ex espía marroquí, Hicham Bouchti, que estaba entonces en trámites para obtener el asilo político en España, para que denunciara una «ficticia tentativa de asesinato». 

Antes de que escapara de Marruecos y pidiera el asilo político en España, Bouchti fue un espía que trabajó de chivato para varios servicios secretos marroquíes y reveló una supuesta trama de asesinato de Ali Lmrabet.  

EL MUNDO comenzó a investigar y puso el asunto en manos de la policía. Pero poco tiempo después, Bouchti aparecía en el Hotel Hilton de Rabat, el más caro de todo el país, para una entrevista conjunta con dos medios afines al régimen, el semanario francófono Maroc Hebdo Internacional y el diario arabófono Al Ahdat Al Maghribia. Las fotos de Bouchti, afeitado y con traje nuevo, eran las mismas y la entrevista fue publicada el mismo día por las dos publicaciones. El ex espía comenzó por acusar al director del diario EL MUNDO, al periodista Antonio Rubio y al corresponsal del diario en Marruecos de obligarle a conspirar contra Mohamed VI. También implicó a la revista Interviú. Luego acusó a casi todos los disidentes o exiliados marroquíes en el extranjero. 

Fuera del guión 

Pero algo debió fallar durante la entrevista. Bouchti no solamente insistía demasiado en convencer de que había regresado voluntariamente a Marruecos, sino que después de explicar que fue bien acogido por diferentes servicios de seguridad, declaró algo que probablemente no estaba previsto en el guión. Aseguró que firmó la declaración policial en la comisaría madrileña en la que denunciaba la tentativa de asesinato sin saber lo que firmaba, cuando en realidad estaba presente un traductor oficial.  

Dijo que fue obligado a viajar a París en avión cuando existen pruebas documentales que atestiguan que viajó en autocar. Declaró que el corresponsal de EL MUNDO le entregaba cada tres días en Madrid a cuenta del CNI «entre 600 y mil euros», pese a que Lmrabet reside oficialmente en Marruecos y que raros son sus viajes a la capital de España. En su entrevista Bouchti agradeció al rey Mohamed VI el haberle otorgado un indulto real total y a sus interlocutores de los servicios de seguridad que lo habían acogido durante semanas les agradeció la promesa de reintegrarlo en las fuerzas del orden. Dos días después, un comunicado del Ministerio de Justicia desmentía el indulto real total, pero no el indulto real simple, del que supuestamente se había beneficiado el ex espía, y anunciaba que el fiscal general del Estado había decidido interrogar a todos los citados por Hicham Bouchti. Pero Bouchti fue arrestado y encarcelado para que no hablase más. Cuando fue liberado el 27 de octubre, falló otra vez algo.  

Entretanto, una comisión rogatoria internacional enviada por Rabat llegaba a España para interrogar a los citados por Bouchti. El juez marroquí pudo así interrogar a Antonio Rubio el 24 de octubre y tres días después, el ex espía era juzgado y condenado el mismo día por un tribunal de Casablanca a dos años de cárcel. El tribunal se había basado sobre la comisión rogatoria que traía literalmente del aeropuerto el juez marroquí.  

Decididamente alguien quería sacar a Bouchti de la circulación. Durante su juicio el ex espía no volvió a acusar a EL MUNDO ni a Rubio. También cambió su primera versión. Esta vez dijo que Lmrabet le había entregado «en una sola vez 2.000 euros» en vez de los «600 y 1.000 euros cada tres días». Pero siguió insistiendo en que el intento de asesinato fue un montaje y volvió a decir que el corresponsal de EL MUNDO era un agente del CNI.

Ali Lmrabet ha decidido llevar el asunto a la justicia. «Confío plenamente en la justicia española y nada en la corrupta y servil justicia de mi país. Si ocurre algo a mi o a mi familia será el Putin de Rabat el responsable». 

Per tot plegat, he presentat la següent pregunta a la Comissió: 

Según el diario ‘Assabah’, el gobierno marroquí vuelve a intentar acallar a Ali Lmrabet, periodista y ex preso político condenado a cuatro años de cárcel en 2003 por varios artículos de prensa críticos con el régimen político de Marruecos. El diario marroquí, que se basa en fuentes policiales, asegura que las autoridades marroquíes han aprovechado la ausencia del periodista de Marruecos para lanzar una orden internacional de busca y captura contra el informador. Se le acusa, entre otras cosas, de ser un agente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), de haber conspirado contra el rey Mohamed VI, y de haber incitado a un ex espía marroquí, Hicham Bouchti, que estaba entonces en trámites para obtener el asilo político en España, para que denunciara una «ficticia tentativa de asesinato». Lmrabet, que se encuentra actualmente en España, ha decidido llevar el asunto ante la justicia española.

¿Tiene conocimiento de estos hechos la Comisión?

Teniendo en cuenta los precedentes de falta de respeto de los derechos humanos por parte del gobierno marroquí contra los disidentes y, en concreto, contra Ali Lmrabet, ¿cree la Comisión que es necesario llevar a cabo algún tipo de acción o iniciativa hacia el gobierno de Rabat? En caso negativo, ¿Por qué? En caso afirmativo ¿qué tipo de iniciativa piensa emprender la Comisión?

 Foto: Ali Lmrabet. Font: El Mundo