Raül Romeva i Rueda

Avui comença, a Paris, i fins el 27, una nova
reunió de la Comissió Internacional per a la Conservació de la Tonyina Vermella
(ICCAT). Tinc previst afegir-m’hi divendres, i fins que finalitzi hauré de
combinar-ne el seguiment amb alguns actes de campanya, per Catalunya, i amb la
sessió plenària que tindrà lloc al Parlament Europeu a la veïna ciutat d’Estrasburg.

Després del debat que va suscitar la gairebé
inclusió d’aquesta espècie a la llista d’espêcies amenaçades de CITES (cosa que
n’hagués prohibit el comerç internacional), ara la pilota torna a estar en mans
d’aquells que, fins a data d’avui, han estat incapaços de garantir-ne la
coservació i, menys encara, la recuperació. El problema de fons segueix essent
una fatídica combinació de mercat negre i pesca il·legal, avaricia empresarial i manca de control
governamental, tot plegat amanit amb una certa indiferència política i social
tot i que, aquest darrer element, cada cop és menor.

La reunió d’ICCAT comença amb el sempre
interessant i pol.lèmic Comitè de Compliment, que és on es posen de manifest
les nombroses irregularitats comeses per les diferents parts contractants (la
UE i participa com a tal, representada per la Comissió Europea, qui ha de donar
la cara pels Estats membre).

En aquest sentit em sembla especialment il.luminadora
la nota que fa uns dies va fer pública WWF i Greenpeace:

WWF y Greenpeace revelan que la campaña de
pesca de atún rojo de 2010 en el Mediterráneo ha vuelto a estar plagada de
irregularidades, con un incumplimiento generalizado de las regulaciones
pesqueras y la existencia de deficiencias sistemáticas en la trazabilidad de
las capturas por parte de la flota de cerco industrial y las granjas de
engorde.

La información puesta recientemente a
disposición de las Partes Contratantes de ICCAT procede del nuevo Programa
conjunto de inspectores internacionales y observadores regionales. A través de
este Programa, los observadores de ICCAT han seguido las operaciones de pesca
en los barcos de cerco industrial y en las granjas de engorde de atún durante
2010.

Greenpeace y WWF denuncian, a partir del
análisis realizado de esta información, que durante el presente año ha existido
un incumplimiento generalizado de las normas de pesca, de las obligaciones de
declaración de capturas, así como deficiencias en la trazabilidad del atún rojo
en todo el Mediterráneo.

Como ejemplo, un barco de cerco turco no
declaró de manera deliberada 18 toneladas que había capturado, escapándose
completamente del sistema de declaración de ICCAT. El barco duplicó las
declaraciones obligatorias de capturas y transferencias a la granja, haciendo
imposible conocer las capturas reales. A su vez, el capitán del cerquero
facilitó información falsa sobre el nombre del remolcador que recibió los
atunes capturados para trasladarlos a las jaulas de engorde. Una inspección
formal desarrollada a este mismo barco informó sobre “violaciones serias” de
las normas ICCAT, incluida la ausencia de autorización de transferencia de las
capturas al buque remolcador.

Por su parte, 15 de los 23 observadores a
bordo de barcos de cerco españoles y franceses informaron de las dificultades
para estimar los volúmenes de atún rojo presentes en las jaulas, reconociendo
en la mayoría de los casos que resulta “simplemente imposible” y se limitaron a
reflejar las estimaciones aportadas por el capitán del buque o los buzos de las
jaulas. De los 8 observadores restantes que no informaron sobre infracciones, 3
estuvieron a bordo de barcos que no realizaron ninguna captura.

Otra ilegalidad frecuente detectada por los
observadores es el vaciado incompleto de las jaulas de transporte, quedando
ejemplares de atún rojo en su interior. Estos ejemplares se mezclan con las
nuevas transferencias desde las redes de los cerqueros. Algunos de los
operadores de granja afectados por estas irregularidades se defendieron
declarando que habían inventado esa técnica para atraer a otros atunes.

Estos incumplimientos generalizados tienen,
además, otro impacto negativo al poner en entredicho el mal llamado Plan de
Recuperación. La falta de responsabilidad de la flota a la hora de facilitar la
información sobre las operaciones de pesca dificulta notablemente los trabajos
de los científicos para evaluar la situación de la población. Este hecho ha
sido denunciado por el Comité Científico de ICCAT, que en sus recomendaciones
matiza que son válidas si se da una situación de cumplimiento del 100% de las
normas aprobadas, lo que dista mucho de suceder en la actualidad.

Según Greenpeace: “Resulta fácil encontrar
pruebas de fraude con sólo echar un vistazo a los documentos públicos, lo que
hace a uno preguntarse cuánto habrá sin documentar. Un grupo de gobiernos
europeos, entre ellos Francia, está respaldando los beneficios a corto plazo de
una industria corrupta y moribunda frente a la supervivencia de una especie.
Todas las evidencias apuntan a una situación dramática para las poblaciones de
atún rojo y una pesquería fuera de control. Los responsables de las pesquerías
en la UE han insistido en la necesidad de un recorte en las capturas. Pero,
dada la situación de la población, la mejor opción para la recuperación es que
los gobiernos vayan más allá y cierren la pesquería por completo”.

Ante esta situación, WWF afirma: “Hay que
terminar con el caos y el incumplimiento generalizado de las normas de ICCAT
que ponen en riesgo el futuro de la especie. Por ello, pedimos a la nueva
Ministra de Medio Ambiente que, de una vez por todas, aplique el principio de
precaución y apoye la modificación del actual Plan de Recuperación”. Y añade:
“Hay que suspender de forma inmediata la pesca industrial de cerco y el engorde
de atún y reducir las capturas a menos de 6.000 t, como recomiendan los
científicos y en la línea de la propuesta de la Comisaria de Pesca, antes de
que desaparezcan los miles de empleos que mantiene en el sector artesanal”.

Según ambas organizaciones ecologistas, la
información más reciente demuestra que no existen mejoras en el control de esta
pesquería, con una de las tasas de pesca ilegal más altas del mundo en los
últimos años, tal y como señala también la reciente investigación periodística
del International Consortium of Investigative Journalists (ICIJ) centrada en la
pesquería de atún rojo entre 1998 y 2007.

Asimismo, Greenpeace y WWF reclaman tanto al
Gobierno español como a ICCAT, que promuevan en la próxima reunión del
organismo internacional en Paris, del 17 al 27 de noviembre, el establecimiento
de santuarios en las zonas de reproducción del atún rojo en el Mediterráneo,
como las aguas de las Islas Baleares.

Foto: Granja d’engreix a Croàcia. Font: Our Sea, Croàcia.