"(…) Hace años un periodista estaba un poco escandalizado de que yo, siendo escultor, hubiera sido portero de fútbol. ¡Qué cosa más absurda! No veía ninguna relación entre una cosa y otra. Y yo le convencí e que estaba en un error. Que el campo de fútbol es una superficie bidemensional en la cual ocurren una serie de fenomenos a través de un balón que se mueve y que tiene que entrar en una portería y en la otra. Pero da la casualidadad de que en las porterías, entre el marco y el área, hay un espacio tridimensinal, es un diedro. Y ahí es donde está el portero y ahí ocurren todos los fenómenos verdaderamente activos del fúbtol. Por lo tanto, el portero tiene que desarrollar unas intuiciones espacio-temporales muy rápidas y muy immediatas. Y una serie de relaciones con estos dos misterios que son el espacio y el tiempo, que me hacen pensar, le dije yo, que, probablemente, las condiciones que hacen falta para ser un buen portero y un buen escultor son casi las mismas. Se quedó muy extrañado, pero pienso que algo de verdad hay."