A principios de los años cincuenta tuve como profesor de letras, en un pequeño instituto de bachillerato privado de Ciampino, a Pier Paolo Pasolini. Me habia trasladado a Ciampino con mi familia, desde Roma, mi ciudad natal, después de una serie de enfermedades y de incidentes que amargaron mi infancia. De niño padeci difteria, que me dejá graves secuelas, durante un cierto periodo perdi por completo el tacto y la vista (…)
Us ha agradat aquest article? Compartiu-lo!