Campo de sangre, Max Aub II
Publicat el 18 de juny de 2011 per vicent montesinos
Y allí estaban las municiones. Allí tras el Bidasoa. Allí. Viéndose, a tiro de voz, a ojos vistas, allí, allí. Allí detenidas, estancadas, quietas. Produciendo más muertos, encerradas, que si las hubiesen dejado llegar a sus destinos. Cumpliendo su fin mortal, mataron certeramente a los que no las recibieron.
Un noche los ferroviarios de Hendaya cortaron la luz, quedó al estación a oscuras, intentaron encarrilar los vagones anhelados, a fuerza de brazos, hacia la frontera española. Los sorprendieron y encarcelaron. Frente a ellos, sin má plomo que el que recibian en las entrañas, lívidos de incomprensión y rabia macilentos de impotencia, los españolesm con una sola sangre, abandonaron Irún, perdiendo la frontera.
Un noche los ferroviarios de Hendaya cortaron la luz, quedó al estación a oscuras, intentaron encarrilar los vagones anhelados, a fuerza de brazos, hacia la frontera española. Los sorprendieron y encarcelaron. Frente a ellos, sin má plomo que el que recibian en las entrañas, lívidos de incomprensión y rabia macilentos de impotencia, los españolesm con una sola sangre, abandonaron Irún, perdiendo la frontera.
Una manera de reflectir el que va provocar la política de no intervenció de les potències aliades durant a guerra civil. En aquest cas, en no deixar passar armes per poder defensar la frontera i així aplanar el camí cap a Donòtia dels colpistes.
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