Els Papers de Santa Maria de Nassiu

EDUQUEU ELS XIQUETS I NO HAUREU DE CASTIGAR ELS HOMES (PITÀGORES)

16 de setembre de 2007
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Un dia sense articles d’opinió pot ser com un dia sense sol? No ho sé. Però jutgeu vosaltres mateixos

Us vaig dir que dijous no vaig poder aconseguir la premsa escrita. A mi encara m’agrada llegir-la en paper. I ja sabia jo que aqueix dia alguna cosa bona em perdia. I si no, jutgeu per vosaltres mateixos.

Al diari LEVANTE-EMV anava un bon article de l’historiador David Garrido, Provincianismo y derrotismo. Aquest article el podeu llegir a continuació, és molt clar a l’hora d’explicar en quina situació ens trobem les valencianes i valencians de "profit".

I en cartes al director trobem que Raül Hernández, de València, escriu al presidente de la Generalitat i li diu unes quantes coses molt ben dites. Si jo fóra el president, m’ho faria pensar. No es pot ser president d’un País i fer les coses que aquest senyor fa. I si no, llegiu, llegiu, que el món s’acaba… La carta de Raül Hernández us la deixe a continuació. L’article de David Garrido el teniu si cliqueu "vull llegir la resta de l’article". Gràcies.

Carta al presidente de la Generalitat

 El abajo firmante (en respetuoso castellano, sin complejos pueblerinos sobre el dialecto) seguro servidor de S.E., atentamente expone: que, falto del más mínimo sentido de la mística, no entiendo cómo se puede uno convertir en paladín y censor de una lengua que no habla ni legará a sus hijos. Que, con poca sal en mi mollera, todavía no he entendido la diferencia primordial y evidente entre catalán, valenciano y mallorquín. Que, miserablemente inducido por los contubernios, me he atrevido a pensar que quizá la escuela pública no debería quedar relegada a barracones con funciones asistenciales mientras se subvencionan escuelas integristas católicas. Que soy incapaz de ver los fastuosos y apabullantes beneficios de la America´s Cup y de la F1. Que no entiendo el sentido de levantar Marinasdor y pistas de nieve artificial en los secanos si nos morimos de sed. Que mis poco aguzados sentidos no saben distinguir a los sibilinos y malvados agentes catalanes que nos invaden corroídos por la envidia. Que, incluso, a veces he tenido la osadía de ver programas de TV3, incluso los que parodian a nuestros amados líderes.
Por todo ello, solicita tenga a bien retirarme el carnet de valencianía que ustedes expenden. Gracia que espera recibir de Vuestra Magnificencia.-Raül Hernández. Valencia.

Provincianismo y derrotismo

 
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DAVID GARRIDO

La provincia vuelve a estar de moda. Ese viejo lastre del centralismo decimonónico que se niega a morir tomó nuevos bríos con el llamado Estado de las Autonomías, que nunca las negó, y ahora vuelve a reivindicarse por las víctimas de las pasadas elecciones co­mo unidad administrativa territorial de primer grado, por encima de la comarca natural o la región histórica.
Está claro que el PP, o su antecesora AP, nunca abogó por la comarcalización o estructura administrativa que rompiese con la que fuese una imposición de Madrid de 1833 que hacía añicos para siempre el antiguo Reino de Valencia. Ellos nunca se han creído este país, ex reino, del cual abominan cuando pueden. No sé si están en su derecho o no de hacerlo, pero a la vista está que buenos réditos electorales les ha da­do. Al menos hay quien se los cree, muchos, y hasta de buena fe. Pero, perdónenme, ése no es el país que una buena parte de valencianos deseamos aunque no lleguemos al 5%, soñamos cuando militábamos en la resistencia antifranquista y, a pesar de los tiempos que corren, aún creemos posible. Y no nos avergonzamos por ello, que «la verdad es la verdad aunque sólo la mantenga una minoría», una magnífica frase de Ghandi, el padre de la independencia india, que bien nos anima a perseverar en ese valencianismo menospreciado por el bipartidismo imperante.
Al PP, efectivamente, lo de las comar­cas se la trae bien floja. También se la trajo la autonomía en un primer momento, aunque ahora nunca la negaría, que eso del autogobierno, si es que todavía alguien se lo cree, sólo ha servido para largar pingües prebendas, sine­curas y canonjías a los fieles, que así viven de la cosa pública a la salud del amo. Vaya, de todos es sabido y hasta consen­tido que las masas no se tiran a la ca­lle para atajar tamaño saqueo de las arcas públicas. Fíjate, que a sabiendas de ello hasta vuelven a votarlos.
Sea como sea y siendo quizás la actitud más fácil dejarse llevar por la política filibustera que nos devora -que ya lo dijo Zaplana en sus inicios, «hay para todos»-, también existe el disidente a esa forma de hacer las cosas que amenaza con dejarnos empeñados de por vi­da y con un país, de Vinaròs al Pilar de la Foradada, vencido por el asfalto, sin identidad y en manos de una clase política lega pero ávida de la ganancia fácil.
Una parte de esos beneficios de meter el sablazo en el erario público se lo llevan las diputaciones -vaya, no la institución, sino sus inquilinos-, sobre to­do presidente -alguno hasta cobra más que el jefe de la Generalitat- y asesores, que buen fajo de billetes se llevan por ejercer una función de dudosa utilidad. Ahora bien, las diputaciones ahí están, que ni PP ni PSOE (lo de PSPV es una broma) no se decidirán nunca a abolirlas, ¡faltaría más!
Hubo una época, la de los soñadores unos, franquistas los otros, que se idea­lizó un País Valenciano fiel a su historia, cultura y gentes. Era cuando aquello, no hace mucho, de «llibertat, amnistia i Estatut d´Autonomia» y los más audaces pintaban en las paredes «parlem valencià». Nos creímos un país de verdad y nos dieron butifarra; vaya, le llamaron Comunidad; quisimos vivir con normalidad en nuestra lengua ancestral y, ahí lo tienen, hemos tenido dos presidentes de la Generalitat que no sabían ni decir «bon dia». Creímos en las comarcas y hubo quien se hizo eco, el extinto PSPV adoptó la estructu­ra comarcal, que después heredó el PSPV-PSOE, también los sindicatos y partidos de izquierda, pero nunca la derechona autóctona, extraordinariamen­te españolista, que volvió a sacralizar la provincia. Y así hasta hoy, que las desdichas poselectorales han rescatado el organigrama provincial del desván de los recuerdos en el PSOE regional, dispuesto a tirar por la ventana lo poco que le queda de PSPV en su enésimo inten­to por ser más papista que el papa, o más campsista que Camps si prefieren, o lo que es lo mismo, convertirse en las formas en un calco del partido de Rajoy.
Ya puestos y si la vencida, cautiva y desarmada dirección actual del PSPV-PSOE lo postula así, tan provincianista que se ha puesto, que por deméritos personales está donde está, no lo olviden, que no por creer en las comarcas o lucir todavía las siglas PV, por qué no llegar más allá, que los del PP encantados. Si este país, cuyas señas de identidad son su lengua, cultura e historia propias, no existe, pues a «ofrendar nuevas glorias a España» cada uno por su lado. ¡Vivan las provincias! Que se constituyan en auténticas autonomías del café para todos, ¿por qué no? En el norte, la Fabralandia de Castelló; en el centro, el reino estricto de Camps y Rita, o sea, la Blaverolandia de las esquizofrenias lingüísticas, derroche por doquier, mucho azul y pocas nueces.
Y en el sur, ¡ay el sur! Al paso que llevamos pediremos la anexión formal al Reino Unido, que de ingleses vamos bien sobrados. Además, entre el circo pijo de los nietecitos del Juanca «el Campechano» y los líos de Charles y Camilla nos quedamos con los segundos. Seguro que nadie nos echaría en falta, que Alacant siempre ha sido a part, y hasta hablaríamos inglés por los codos y gratis.
*Historiador.


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  1. En Montilla va muntar el segon tripartit als despatxos i molt abans de les eleccions: era qüestió de llençar a les escombraries el primer tripartit i de fer desaparèixer a en Maragall. Per què?. Això, ho podeu descobrir a la biografia que s’ha publicat de José Montilla i que ha escrit en Jordi Buch.

  2. Uns que viuen al País Valencià i que ignoren la seva llengua i l’ús e idiosincràsia donant classes de lingüístes als propis valencians.
    De fora vindran i al carrer ens tiraran.

    La desinformació espanyola i catalana lingüística creada de forma interessada en tal de provocar i inflar el conflicte i no en solucions raonables en normalitzar la realitat històrica valenciana de la llengua coneguda al País Valencia com a valenciana amb total normalitat històrica és una anormalitat interessada que aposten pel conflicte tant els espanyolistes catalans com valencians i els ignorants il.luminats il.lustrats amb carrera professional i tot que els segueixen el joc d’una qüestió tant senzilla d’entendre, fins i tot per un xiquet de bolquers. Doncs tot siga per inflar polèmique esterils en tal de menstindre als valencians i per tant al país d’una bona part dels parlants de la llengua en tal de faltar-los al respecte i a la realitat històrica de tants anys en tal de fotre contra la normalitat històrica valenciana i crear conflictes on no tindria que n’hi hauren, ni mig ni cap.

    Però és veu que els interesos espanyols primen i són molt potents tant al Principat com al País Valencià per dividir i alimentar un conflicte que no reconeix la realitat i la normalitat històrica valenciana i els quatre ignorants amb carrera i tot professional que s’apunten al carro dels interesos espanyolistes sense adorn-s’en.


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