Velocidad fórmula cero para la discapacidad
CARLOS LAGUNA
Todo perfecto para que Valencia cuente con un icono más que la
continúe proyectando en el mundo mundial y, como decía un compañero de reunión
hace unos días, que la veamos hasta en la televisión de la India. Como también
perfecta la continuidad, unos años más, de la Copa del América, tan solo
con una fácil gestión de por medio: el regateo, al más puro estilo de mercado
árabe, por unos cuantos millones de euros más. También perfecto y legítimo.
Pero, entre tanto millón y millón -de euros, claro- ¿sólo para
la discapacidad las cosas de palacio van despacio? ¿Sólo para la inversión
social? ¿Cómo podemos enfrentarnos, día tras día, año tras año, desde la
dedicación voluntaria decenas de dirigentes y asociaciones al castigo de
insoportables, interminables, inaguantables tramitaciones, reuniones, conversaciones,
llamadas telefónicas, decenas de explicaciones a técnicos y políticos, búsqueda
de recursos en entidades e instituciones públicas o privadas, negociaciones,
reformados de proyectos, reformados de convenios, etcétera, para ver terminado
un recurso que, desde hace muchos años, necesitan muchas personas con discapacidad
y/o sus familias como ayuda o respiro?
No es entendible -y si alguien lo entiende que me lo explique-
que llevemos ocho años, ocho ni más ni menos, desde que iniciamos los trámites
de un proyecto de residencia para atención a personas aquejadas por grandes
discapacidades físicas. Es el caso de la residencia que COCEMFE Alicante
está construyendo en la localidad de Petrer, de carácter comarcal, para atender
a 40 personas muy necesitadas de esta atención y dispersas por otros territorios.
Pero menos entendible todavía es este retraso cuando las administraciones,
ambas, la central y la autonómica, saben fehacientemente, -números cantan
más que David Bisbal-, que, producto de la gran desidia de los últimos años,
hay un exagerado déficit de plazas para este colectivo en nuestra Comunidad,
plazas que, por cierto, nada tienen que ver con las de los mayores.
Desde la Administración Central nos dicen que todo es un problema
de podencos. Desde la Autonómica, de galgos. Unos y otros dicen que los otros
no han puesto un euro. Y unos y otros dicen que sólo ellos lo han puesto.
Y así andamos, tirándose los trastos a la cabeza los unos a los otros y la
residencia, a medio construir, de nuevo parada con los consiguientes reformados
y costos añadidos. Menos mal que la empresa constructora, sensible a lo que
está haciendo, tiene paciencia y aguante espartano (como nosotros, los discapacitados),
si no el proyecto ya se habría ido al garete.
Mientras tanto, nos regodeamos de que nuestra Comunidad, en el
2006, ha tenido un crecimiento económico del 4%, por encima de la media del
país y superior también a la de la Eurozona; que hemos creado 100.000 puestos
de trabajo; que seguimos con un crecimiento sostenible, que si patatín que
si patatán… Pero a los más necesitados, a los más débiles, que los zurzan.
Que se esperen. Para ellos lo de la velocidad de fórmula 1 es fórmula 0.
Una auténtica entelequia sólo envuelta en algunos guiños, gestos, promesas
e incumplimientos. ¿Ocho años, de momento, para terminar una necesaria residencia?
¿Será que alguien, durante todo este tiempo, nos ha estado tomando el pelo
miserablemente? ¿Nos habrán engañado por otros espurios intereses?
Llevamos muchísimo años, demasiados, aguantando y calladitos.
Nosotros y nuestras familias. En el fondo somos buenos chicos y chicas, sobre
todo los más cercanos a cualquier tipo de poder que, más que buenos, están
bien adiestrados y, como aquí, entre nosotros, también cuecen habas, pues
hasta existe más de un estómago agradecido. Ya basta, ¿no?, porque mientras
nos están viendo en la India, nosotros estamos haciendo el indio.
.
P.S. Té més raó que un sant… I si ix el text roig, no sé per què és… igual és algun membre del PP que em fa la punyeta… xddd
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