Tantos años sirviendo al Señor…
Tantos años sembrando Su Amor…
Mediador entre Dios y los hombres
¿Qué otra cosa sería mejor?
Al besar el altar te revistes
del Amor de El que es Todo tu Amor,
con tus manos benditas consagras
ese pan que es el mismo Señor.
Desde el Monte Tabor tú desciendes
a llevar el rebaño al Señor,
y al llevarlo otra vez te recubres
del Espíritu Santo de Dios.
Compañero de cada jornada,
de alegría, esperanza y dolor,
nos recibes en nuestro Bautismo
y nos das la final bendición.
Cuando niños nos das tu ternura,
cuando adultos nos formas mejor,
cuando ancianos visitas la casa,
preparando el encuentro con Dios.
De la Virgen predilecto hijo,
de los hombres hermano y pastor,
hombre santo y a la vez humano,
quien perdona y quien es pecador.
Tantos años de lucha y cansancio
de domingo a domingo sermón,
asambleas, retiros, convivios,
y al fin solo entre tanta reunión.
Criticado y también admirado,
encontrando descanso en tu Dios,
absolviendo en el Nombre del Padre,
bendiciendo a este mundo traidor.
Tantos años sirviendo al Señor…
Tantos años sembrando su Amor…
¡Sacerdote de Cristo…no hay nada
que se pueda igualar a este honor!
Que se rían los que no comprenden,
que se burlen los hombres sin Dios,
pues tú sabes con fe inquebrantable
que escogiste el camino mejor.
Cuando Aquél que elegiste te llame
para darte su Reino de Amor,
le dirás con las manos colmadas:
“Heme aquí, todo Tuyo yo soy”.
Teresa Sanga Tomasevic
Cartago, Costa Rica
Escrito el 13 de julio de 2008
para el XXX Aniversario del P. Manuel Peña González de Costa Rica
y readaptado para todos los sacerdotes para este Año Sacerdotal