Junto al cauce muerto,
tres álamos secos.
Parados.
—¿Qué aguardáis, en fila,
centinelas blancos?
Invierno ¿qué esperan?
—Que agite el ribazo
campanillas nuevas
y pase el cortejo de risas
—por el cauce muerto—de la Primavera:
para abandonarme,
rindiéndose a ella…
¡Siempre me traicionan
estos centinelas!
Almendros rosas:
peladillas de boda.
La Primavera es la novia.
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