Els Papers de Santa Maria de Nassiu

EDUQUEU ELS XIQUETS I NO HAUREU DE CASTIGAR ELS HOMES (PITÀGORES)

3 d'abril de 2010
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Per l’Educació, Consulta Popular JA!

Sabem que la Conselleria farà tot el possible per tal que la consulta popular, programada per al 6 de maig, a l’Ensenyament Públic del PV, no es duga a cap. Ho sabem. No sé a què tenen por. Si tan bé estem en tot… per què no ens deixen que ho manifestem el dia 6 de maig. Ací teniu la informació d’aquesta consulta popular. Com que el vot és secret no el manifestaré ací. Però sí vull exercir el meu dret a dir què em sembla l’educació pública del meu País. 
Us deixe un editorial de Levante-EMV sobre Educació. Interessant (per anar fent boca). 

Por una educación con el esfuerzo y el mérito como grandes pilares (Levante-EMV) 



“Hace bien poco, cualquier progenitor reaccionaba ante una cartilla con unos cuantos suspensos buscando responsabilidades por el fracaso en su hijo, y le conminaba a un mayor esfuerzo. Ahora cada vez se dan más casos en los que la mirada inquisitiva se vuelve hacia el profesor, como si la culpa de que el saber no arraigue hasta en el más improductivo discente fuera únicamente suya.


Estamos pagando la factura de una sociedad permisiva que abomina prohibir, de una cultura educativa en la que ha prevalecido durante demasiado tiempo el igualitarismo ramplón frente al esfuerzo. Estamos hoy en pleno debate sobre la necesidad de un pacto por la enseñanza en España. El ministro de Educación, Ángel Gabilondo, ha sido tremendamente sincero al diagnosticar lo que está ocurriendo. Al hilo de los dimes y diretes que se producen estos días en la búsqueda de acuerdos entre los dos grandes partidos nacionales, afirmó Gabilondo que garantizar que no haya diferencias en las aulas «no es incompatible con premiar los buenos rendimientos. No hay que plantearlo como si hubiera que optar entre el camino de la equidad y el de la excelencia porque así acabaremos haciendo procesos de igualar por lo bajo, y nunca podremos mejorar seria y rigurosamente. Éste es el gran error ».

Cada ministro ha tenido la tentación de hacer una ley de Educación, sometiendo el sector a un perpetuo carrusel de cambios que no siembran más que el perenne desconcierto. Ciertamente, de tanto buscar nivelaciones a la baja se ha acabado por devaluar el sistema en todos sus órdenes, desde la propia figura del profesor, cada vez más desprestigiada, a la capacidad intelectual del alumno, cada trimestre probada con menos exigencia. Confundir cualquier mínimo requisito de rendimiento con una prueba de desigualdad o segregación es pernicioso y muestra hasta qué punto la discusión está sesgada y asentada sobre principios maniqueos.
El «Panorama de la educación 2009» de la OCDE señala que el gran agujero educativo español es la enseñanza intermedia. Hay bastantes titulados superiores, incluso más que la media europea, pero también una gran masa, casi la mitad de la población, sin estudios más allá de los obligatorios. 

Elevando la vista más allá de las estadisticas con las que intentan salvar la cara los gobernantes, el sisttema padece de desaliento y conduce a frstraciones en el conjunto de la enseñanza española. La excelencia no se alcanza por intensificar el tiempo de clase o por aumentar el dinero para colegios, sino con los métodos que se apliquen. Lo importante no es cuánto se gasta, sino cómo.
Combatir el fracaso escolar no significa levantar la mano para aprobar más, como algunas veces sugieren los inspectores a los profesores asturianos para cumplir con las ratios. Eso es autoengaño. Finlandia, el paradigma en estas cuestiones por sus extraordinarios resultados, es de los países con menos horas lectivas. En cambio, está entre los que más consideración social y solvencia profesional otorga a sus maestros.

Tener una enseñanza moderna no equivale a llenar las clases de ordenadores y pizarras digitales. El mundo ha cambiado a una velocidad de vértigo. No lo ha hecho en igual medida la docencia, ni la capacitación que se exige y que se ofrece a los docentes. Si, como sostienen algunos pedagogos, los alumnos aprenden hoy más fuera de las aulas que dentro es porque el modelo no responde a sus necesidades. Precisamos una revolución educativa, una reforma profunda de la organización escolar y de sus modos. Ahora que el PP y el PSOE parecen decididos a llegar a acuerdos en esta materia es la hora de afrontarla.
El cambio sólo llegará cuando el mérito y el trabajo vuelvan a ser los pilares sobre los que se asiente la enseñanza. La autoridad del profesor, tan mentada estos días a cuenta de la indisciplina en las aulas, no es la voluntad de unos que se impone a otros por la fuerza. La verdadera autoridad educativa es el respeto que se conquista por el conocimiento, por el respeto y la admiración. Recuperarlos es tanto como restaurar el prestigio de la escuela. Y ésa es tarea de todos, empezando, claro que sí, por los padres.”

PD: Sobre aquesta consulta popular de què en parlarem més vegades podreu trobar informació en aquest enllaç. 

 

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