Els Papers de Santa Maria de Nassiu

EDUQUEU ELS XIQUETS I NO HAUREU DE CASTIGAR ELS HOMES (PITÀGORES)

10 d'agost de 2014
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ORAR EN EL MUNDO OBRERO XIX SEMANA T. O. B (10 de Agosto 2014)

¡El imperativo de Jesús hecho indicativo discipular! Tal fundamento habilita para la acción y preserva a ésta de la arbitrariedad: se trata de hacer, no cualquier cosa, sino la que viene de un imperativo de Jesús.

 

 

VER

 

Cuando termine la recesión habremos perdido 30 años en derechos y salarios…
Un buen día del año 2014 nos despertaremos y nos anunciarán que la crisis ha terminado. Correrán ríos de tinta escritos con nuestros dolores, celebrarán el fin de la pesadilla, nos harán creer que ha pasado el peligro aunque nos advertirán de que todavía hay síntomas de debilidad y que hay que ser muy prudentes para evitar recaídas. Conseguirán que respiremos aliviados, que celebremos el acontecimiento, que depongamos la actitud crítica contra los poderes y nos prometerán que, poco a poco, volverá la tranquilidad a nuestras vidas.

Un buen día del año 2014, la crisis habrá terminado oficialmente y se nos quedará cara de bobos agradecidos, nos reprocharán nuestra desconfianza, darán por buenas las políticas de ajuste y volverán a dar cuerda al carrusel de la economía. Por supuesto, la crisis ecológica, la crisis del reparto desigual, la crisis de la imposibilidad de crecimiento infinito permanecerá intacta, pero esa amenaza nunca ha sido publicada ni difundida y los que de verdad dominan el mundo habrán puesto punto final a esta crisis estafa… cuyo origen no es difícil de descifrar y cuyos objetivos han sido claros y contundentes: hacernos retroceder 30 años en derechos y en salarios.

Un buen día del año 2014, cuando los salarios se hayan abaratado hasta límites tercermundistas; cuando el trabajo sea tan barato que deje de ser el factor determinante del producto…; cuando hayan amaestrado a la juventud en el arte de trabajar casi gratis; cuando dispongan de una reserva de millones de personas paradas dispuestas a ser polivalentes, desplazables y amoldables con tal de huir del infierno de la desesperación, ENTONCES LA CRISIS HABRÁ TERMINADO.

Un buen día del año 2014, cuando los alumnos se hacinen en las aulas…; cuando la salud se compre y no se ofrezca; cuando nuestro estado de salud se parezca al de nuestra cuenta bancaria; cuando nos cobren por cada servicio, por cada derecho, por cada prestación; cuando las pensiones sean tardías y rácanas, cuando nos convenzan de que necesitamos seguros privados para garantizar nuestras vidas, ENTONCES SE HABRÁ ACABADO LA CRISIS.

(…)

Nunca en tan poco tiempo se habrá conseguido tanto. Tan solo cinco años le han bastado para reducir a cenizas derechos que tardaron siglos en conquistarse y extenderse. Una devastación tan brutal del paisaje social solo se había conseguido en Europa a través de la guerra. Aunque, bien pensado, también en este caso ha sido el enemigo el que ha dictado las normas, la duración de los combates, la estrategia a seguir y las condiciones del armisticio.

Por eso, no solo me preocupa cuándo saldremos de la crisis, sino cómo saldremos de ella. Su gran triunfo será no sólo hacernos más pobres y desiguales, sino también más cobardes y resignados, ya que sin estos últimos ingredientes el terreno que tan fácilmente han ganado entraría nuevamente en disputa.

De momento han dado marcha atrás al reloj de la historia y le han ganado 30 años a sus intereses. Ahora quedan los últimos retoques al nuevo marco social: un poco más de privatizaciones por aquí, un poco menos de gasto público por allá y voilà: su obra estará concluida. Cuando el calendario marque cualquier día del año 2014, pero nuestras vidas hayan retrocedido hasta finales de los años setenta, decretarán el fin de la crisis y escucharemos por la radio las últimas condiciones de nuestra rendición. (Escrito por Concha Caballero el 18 de enero del 2013).

 

NO NOS REPRESENTAN

 

La especulación gansteril y criminal de las elites financieras,

sus paraísos fiscales, su fraude de vida…

persisten imperturbables al paso de la crisis,

lo mismo que persiste nuestra idiotez culpable.

 

Vamos derrotados, nos vencieron,

en sus medios se refleja el éxito obtenido:

«Estamos saliendo de la crisis», dirán

sus nodos altavoces, sus cínicos diarios,

pero…la realidad del pobre es terca como el dolor.

Todo va a peor para los últimos, la vida y el trabajo,

la compra. Salarios de miseria, si trabajas; limosnas de parado…

 

La especulación gansteril y criminal de las elites financieras,

sus paraísos fiscales, su fraude de vida…

persisten imperturbables al paso de la crisis,

lo mismo que persiste nuestra infame obediencia.

 

Sí. Nos llevan a la eterna miseria del oprobio.

Lo pretenden. Enemigos del pueblo, nos desprecian.

Por eso habrá que echarlos, por nuestra dignidad y nuestra vida…

No nos representan. Por eso habrá que echarlos,

ahogarlos en “el mar de los egipcios” (cf. Ex 15).

Los pobres nos esperan.

 

EVANGELIO (Mt 14,23-33)

 

23 Y después de despedir a la gente subió al monte a solas para orar. Llegada la noche estaba allí solo. 24 Mientras tanto la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. 25 A la cuarta vela de la noche se les acercó Jesús andando sobre el mar. 26 Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, diciendo que era un fantasma. 27 Jesús les dijo enseguida: «¡Animo, soy yo, no tengáis miedo!».28 Pedro le contestó: «Señor, si eres tú, mándame ir a ti sobre el agua». 29 Él le dijo: «Ven». Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua acercándose a Jesús; 30 pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: «Señor, sálvame». 31 Enseguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: «¡Hombre de poca fe! ¿Por qué has dudado?». 32 En cuanto subieron a la barca amainó el viento. 33 Los de la barca se postraron ante él diciendo: «Realmente eres Hijo de Dios».

 

 

La escena de hoy (Mt 14,22ss) nos recuerda la anterior escena de tempestad (Mt 8,23ss), pero con una diferencia decisiva: esta vez no los acompaña Jesús, que se ha quedado en el monte a solas para orar.

La barca es “zarandeada” por las olas. La idea de sufrimiento humano que expresa el verbo basanitsô parece ser intencionada: normalmente se aplica a desgracias, torturas o enfermedades de personas. Este verbo evoca también la tiranía política.

El agua, la tempestad y la noche son símbolos de inseguridad, angustia y muerte, símbolos que la comunidad conoce sobre todo por el lenguaje de los salmos. La cuarta vigilia nocturna, la hora del amanecer entre las tres y las seis de la madrugada, es el tiempo bíblico de la intervención salvadora de Dios (Ex 14,24) (y para los cristianos, el tiempo de la resurrección de Jesús: Mt 28,1).

En la antigüedad la facultad sobrenatural de andar sobre el agua era arrogada (atribuida, usurpada) por diversos poderes ‘divinos’, entre ellos el imperio encarnado en el emperador. Por ello, esta aparición es interpretada por los discípulos en sus categorías culturales, las cuales les suscitan el comprensible ‘pavor’ ante lo desconocido-‘divino’. En la dominante interpretación onírica-religioso/ideológica el poder imperial (capitalismo) será visto como un poder fantasmal sobrecogedor, dominador del mar, con pretensiones divinas. Pero esta ‘fantasmal interpretación’ va a ser desnuda de su fantasmagoría por Jesús. Al hablar y decir:  “soy yo”, queda ‘desdemonizado’ el tal fantasma cultural, desvelándose ser el hombre Jesús que conocen. Al mismo tiempo son remitidos a evocar la autopresentación de Yhwh en la Biblia: en Jesús es vivenciado Dios mismo. ¡La pretensión cultural de la sobrenaturalidad resulta ser real solo en Jesús! ¡El Hombre Jesús es el Señor de Mares y Sábados!

Podríamos decir que Mt presenta aquí a Jesús en ropaje de héroe helenista (de acuerdo a la cultura de su tiempo) y en lenguaje del Dios del A.T. Pero lo interesante para Mt, y lo actualizable para nosotros, es que de entre las diversas pretensiones  político-religioso-culturales de caminar sobre el mar, es decir, con la pretensión de ser divinos,  ¡sólo la pretensión de Jesús, es decir, el camino del amor hasta el final, revela al Dios de la Biblia!

Pedro, como el Jesús divino, quiere caminar sobre el agua. Todos saben que eso es imposible, tan imposible como trasladar montañas (Mt 17,20), pero esta petición de algo imposible pone de manifiesto la fe de Pedro. Con Jesús no estamos para nimiedades: ¡hemos de amar como Él!

Fijémonos que la petición de Pedro consiste en solicitar de Jesús un imperativo, una orden: «mándame llegar hasta ti…». Para Mt lo importante es esto: la acción humana obedece a la orden fundamental de Jesús. ¡El imperativo de Jesús hecho indicativo discipular! Tal fundamento habilita para la acción y preserva a ésta de la arbitrariedad: se trata de hacer, no cualquier cosa, sino la que viene de un imperativo de Jesús.

Jesús da la orden solicitada, Pedro obedece… y siente miedo. No es el miedo cultural anterior ante lo ‘divino fantasmal’, sino el cotidiano miedo humano ante la tempestad, la inseguridad, la represión imperial. Mt lo describe con palabras del salmo de la pasión, el Sal 69 (68) [es interesante leerlo]: Al andar sobre el agua, Pedro se fija en el viento en lugar de mirar al Señor… comienza ahogarse; grita: Señor, Sálvame. Los lectores que conocen este salmo, se unen aquí a la oración, pues reconocen (las imágenes son abiertas) que ellos son otro Pedro ante las amenazas de la vida: inseguridad, increencia, hostilidad, enfermedad, culpa… paro…

Podemos evocar en nuestra oración desesperada la desgraciada situación del mundo obrero ante la despiadada tiranía de este capitalismo ramplón.

**

Jesús tiende la mano a Pedro y lo salva: Jesús garantiza la protección divina. Lo importante para Mt es esto: la presencia salvadora de Dios no consiste en que no se levanten las tempestades, sino en que su presencia se haga sentir en medio de  ellas.

El que arriesga la obediencia y deja de lado sus seguridades, siente la presencia salvadora. La ayuda de Dios no consiste en que la fe radiante y firme niegue las tempestades de la vida. La fe es a veces “poca fe”, esa amalgama de coraje y angustia,  de oír al Señor y ver el viento, de confianza y de duda, que según Mt es un rasgo fundamental de la existencia cristiana.

El episodio tiene un rápido desenlace… Al final los discípulos confiesan a Jesús como Hijo de Dios (el título cristológico más importante para Mt y probablemente la confesión central de la comunidad).

 

 

 

 

LA IGLESIA NOS LLAMA A LA SANTIDAD

El orden económico actual, ¿no es contrario a un trabajo dignificador de la persona que trabaja? Parece claro que en este sistema no es posible ofrecer un trabajo digno para todos. Para muchas personas el actual sistema se opone a/impide su dignidad humana, como una atmósfera −enrarecida por el humo− la salud de los pulmones. Esto explica –sin disculparles− el estado psicológico de tantos obreros. El “embrutecimiento” del puesto de trabajo; el consumismo en el que se sumergen; la profunda ideologización… En estas circunstancias se dice a las familias: ¡Tened hijos! Pero… ¡mientras tanto la ayuda a las familias obreras es de una ridiculez insultante¡ ¡Cuántas carecen de sueldos suficientes para fundar un hogar… con hijos! Etc. Trabajar por las familias obreras no es posible sin trabajar por la justicia social. Porque somos católicos, somos sociales. No puede haber santidad cristiana sin trabajar por una sociedad a la medida de los últimos. Si la iglesia nos llama a todos a la santidad, entonces la iglesia nos llama a todos a cambiar este sistema que nos contamina con su injustica. Hemos de construir otro que posibilite realmente la santidad de todos, es decir, la realización de nuestra humanidad, por la satisfacción de nuestras necesidades espirituales, culturales y materiales. Las tres.

 

 

 

 

 

 

VAMOS A ARRIESGARNOS

 

Vamos a arriesgarnos, a obedecer al Evangelio,

pasemos la prueba del dolor, –no importa

si es poca la fe que nos alumbra–,

hasta sentir su fuerza salvadora,

sus manos en tus manos en medio del peligro…

allí donde se espesa la lucha necesaria.

salgamos a alta mar, dejemos las orillas…

pisemos sin temor las olas bravas,

hasta alcanzar la fe madura,

la verdadera fe probada.

 

 

 

 

 


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