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El mundo está raro. El capitalismo más liberal pide la intervención del Estado para arreglar un asuntito que se le fue de las manos y, en España, la Comunidad Valenciana se convierte en la vanguardia revolucionaria en materia de educación. En estos tiempos es la derecha la que, en vez de defender el statu quo, ha decidido transformar el mundo. El Gobierno de Francisco Camps, del PP, ha recuperado el eslogan de Mayo del 68 que exigía “la imaginación al poder” y se ha lanzado, con audacia y arrojo, a sepultar los caducos convencionalismos pedagógicos y a poner en marcha un sistema de enseñanza tan heterodoxo que hace palidecer al más osado.
El Gobierno del PP en la Comunidad Valenciana se ha equivocado en el tema de la Educación para la Ciudadanía. Lo saben. El consejero Font de Mora y la secretaria autonómica intentan paliar la crisis multiplicando sus apariciones ante los medios de comunicación para explicar su política. Niegan las sospechas que recaen sobre una decisión que, como todo el mundo sabe, nace al calor -y la pasión- de un enfrentamiento con el Gobierno sobre la conveniencia o no de implantar dicha materia. Este debate continúa y podrá continuar en la sociedad. El problema ahora es la situación que se ha creado en la enseñanza en nuestra Comunidad. Los profesores, que no estamos en un momento muy boyante (y, sin embargo, no nos hemos quejado de nuestros salarios ni de los agravios comparativos que padecemos) nos sentimos maltratados por la Administración. Los directores de los centros, los coordinadores, los responsables de los departamentos, lo han contado en los medios; las horas que les ha costado poner en marcha las clases de Educación para la Ciudadanía en inglés, haciendo y deshaciendo, según las órdenes contradictorias que les iban llegando de la consejería; los agravios comparativos que se han creado entre profesores en los centros, que han visto llegar nuevos docentes, venidos como héroes, para salvar la situación, etc.
El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, hizo caso omiso ayer del fracaso que supone la decisión de impartir en inglés la asignatura de Educación para la Ciudadanía y convirtió su intervención en el hemiciclo de las Cortes en un reconocimiento del PP al consejero de Educación, Alejandro Font de Mora.
“No entiendo nada, esto no es de mi nivel, no puedo hacerlo”. Así de contundentes respondieron prácticamente todos los alumnos (199 de 201) de tres institutos públicos de Alicante (Las Lomas, Mare Nostrum y Bahía Babel) en la primera prueba inicial de Educación para la Ciudadanía, una asignatura obligatoria por ley que el Gobierno de Francisco Camps ha introducido este curso en la Comunidad Valenciana, pero que ha decidido que se imparta en inglés para dejar clara su oposición a la materia.
El examen de ‘Citizenship studies’ | ||||
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Su traducción al castellano | ||||
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La Consejería de Educación de la Generalitat Valenciana ha enviado una circular a la Comisión Permanente de Directores de Secundaria en la que recomienda emplear material audiovisual para impartir la asignatura de Educación para la Ciudadanía en inglés, y pone como ejemplo la utilidad de proyectar películas con subtítulos.
la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) conocida ayer, que respalda que esta región tiene capacidad para establecer su propio currículum educativo de Primaria. Con este recurso, el Ministerio de Educación pretendía hacer frente a las “omisiones” que detecta en el desarrollo educativo madrileño. El ministerio ya ha recurrido la sentencia, cuyo contenido declina valorar, al tiempo que ha vuelto a requerir a Madrid para que deje de amparar las objeciones a Ciudadanía. Con esta sentencia, el TSJM tumba el recurso contencioso que Educación presentó contra la Comunidad de Madrid por el desarrollo de los contenidos de Primaria, entre los que se incluye Educación para la Ciudadanía, que el año que viene se impartirá obligatoriamente en 5º curso de este ciclo. El ministerio acusaba al Gobierno de Aguirre de omitir o recoger mal en el currículo contenidos relacionados con la homofobia, la igualdad entre hombres y mujeres, la resolución pacífica de conflictos, las diferencias entre sexos o el rechazo de estereotipos sexistas.
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i malgrat que vaig anar a la manifa de fa dos dilluns. Quan vaig observar l’ordre dels assistents, l seu nombre dels difernts sindicats i que la tv treia en ordre inversament proporcial als aportats i en orde directament proporcional a la seua españolitat, vaig entendre què collons passava. En el programa del Milà donaven a entendre qu la gent estava en contra de l’anglès i que volia español. El contrari que la manifestació. EDucació per a la ciutadania española= FORMACIÓN DEL ESPIRITU NACIONAL (español of course) . La ciutadania hi hauria d’ésser universal. Que en servís per al qui està ací i a les antípodes. Sense fronteres. Human’s Rights !
Estic amb Paco Camps. Si més no, alguna cosa d’anglès els en quedarà als nostres fills. A fer la mà l’españolada, home !
D’on poues els articles, Àngel?
De Le Monde, del New York Times, del Frankfurter, The Guardian ?