Els Papers de Santa Maria de Nassiu

EDUQUEU ELS XIQUETS I NO HAUREU DE CASTIGAR ELS HOMES (PITÀGORES)

15 de febrer de 2010
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El cónsul de Sodoma

S’ha escrit molt sobre la pel.lícula de Sigfrid Monleón El cónsul de Sodoma. Ací teniu les referències a la pel.lícula. Sols us diré que sí que em va agradar. I us deixe un article de R. Ventura-Melià, “Una noche con Gil de Biedma” (Levante-EMV). 

Una noche con Jaime Gil de
Biedma no podía ser una noche
más, una noche cualquiera.
Con una discreción elegante
y sin apenas costarle esfuerzo, el poeta
maduro, a quien admiraba por su obra insólita
en el panorama español, y por haber
prologado el Valentín de Juan Gil Albert
—quien siempre me habló muy bien del
catalán— se convertía en una presencia
tan agradable como poderosa, sin reclamar
atención ni querer protagonismo,
todo lo contrario que nuestro compañero
de farra, un fantasmagórico y recalcitrante
Antonio Gala, del que no podíamos deshacernos,
aunque lo intentábamos… La
noche hubiera sido perfecta sin él.
Y no es que pasara nada de lo que podemos
ver y oír en la película de Sigfrid
Monleón, El cónsul de Sodoma, recién estrenada,
y que puede hacer correr ríos de
tinta, en los blogs, sospecho, donde la gente
ahora se desgañita, con sus verdades o
sus locuras.
Me hubiera gustado ver la película con
público, para sentir las reacciones, las
coincidencias, la respiración, o escrutar la
mirada del que está al lado, y en este caso,
el diapasón marcaba algunas emociones
concordantes, sorpresas o carcajadas. Porque
tienen razón Sigfrid, la película es
suya, tan suya como su primer corto, u
otras obras, aunque parte de una idea ajena,
una novela, una biografía. La ha hecho
suya, carne de su carne. Respira con él.
Y por ello es de veras la más ambiciosa,
la más desafiante, la que transmite más
emociones, y en la que ha puesto más carne
en el asador, no sólo la carne ya en la
madurez dorada de Jordi Mollà —impecable
en su papel, a veces auténtico, un peligro
para un actor— sino la carne de otros,
hasta los extras, como mi amigo Nick Moreno
(sólo Levante-EMVle ha entrevistado
en sus inicios), que es la encarnación
de Dionisos tonante cuando toca. Eso sí
que es juventud gloriosa, todavía.
Pero yo prefiero recordar la fina ironía
de Jaime, su saber estar, su contención en
la bebida, su entretenida y palpitante conversación,
su estilo, y su perfil aquella noche
en Valencia, de emperador romano,
más Marco Aurelio o Adriano, con barbita
griega, que el teatral Calígula, al que se
refiere el diálogo del filme.
Me dijo Sigfrid que hay mucho ex del
poeta que calla, su verdad, su mentira, sus
recuerdos. Allá ellos, temen por su fachada
o su integridad. La vida exige mucha representación
de teatro de patronato. Hay
tanta represión en la vida y en la literatura,
en Catalunya o en Valencia, que causa vergüenza
ajena y, seguro, dolor. Él era de Gênet
o de Tácito. A la postre lo grande es su
poesía. «Que la vida iba en serio uno lo
empieza a comprender más tarde…»
Lo que sí que es de valientes, por parte
del director y de los productores, atreverse
con la vida de un poeta muerto, un poeta
homosexual, un antihéroe, hijo de ricos,
con una obra escasa y no popular. Y cuando
el cine es videojuego, cuento consolador.
Como Donne dejó en verso, «it’s all in
pieces, all coherente gone» (Javier Alfada
se lo aplicó al escritor ya muerto). La vida,
la experiencia o los recuerdos de una noche.
Tan fuerte como la vida e insidioso
como un sueño. Pero no fue un sueño.


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