Hui farem descans a la residència. Com no plou farem una eixida al centre comercial EL SALER.
Opinión | Bolos
Si un director deportivo dice en sala de prensa que no llueve, pero tú oyes el repicar de las gotas al caer, solo tienes que ir a la ventana, sacar la mano y comprobar que efectivamente llueve. Algo tan elemental, como es el derecho a una información veraz, hace años que se rompió entre el entorno y el aficionado valencianista. Primero fue el club, que entre el populismo vanidoso de dirigentes malvados y el gusto por el dinero de sus directores de comunicación dejó a la intemperie una fluida comunicación de la entidad. A eso le siguió los mercenarios a sueldo, y los que quisieron imitarlos, con la intención de hacer del Valencia su modo de vida a costa de bulos. El resultado está en la calle, nadie nos cree ya. Objetivo cumplido, que diría aquel.
Por eso estimados colegas, no se vacía el campo pese a vuestras desesperadas campañistas inútiles, ni tampoco nadie creerá nunca a Peter Lim ni a sus empleados. Los ocultos intereses mediáticos de algunos se han ido al traste junto con el desastre deportivo y social de la entidad. Hubo un tiempo en que la información sobre el Valencia era plural y diversa, pero contrastada, tanto la que afectaba a las oficinas como al verde. Era fácil, y a la vez entretenido, leer y escuchar el día a día del club. Con todos los matices inimaginables, existía el común denominador de la veracidad. La crítica era justificada, los fracasos argumentados y los éxitos celebrados.
Los entrenadores estaban pendientes de la prensa, y los jugadores más importantes también. El pueblo de Mestalla era el más libremente informado y lo agradecía con el reconocimiento a los buenos profesionales, que eran agasajados en la calle, en bares y en las inmediaciones de Mestalla. Aquella época, mira por dónde, coincidió con la del mejor Valencia de la historia. Lo que lleva a la conclusión que la información veraz va en paralelo a los éxitos del club.
Llegó la venta del club y todo se fue al carajo. Lo primero que hicieron Salvo y Martínez, con la complicidad de Vidagany, fue desprestigiar y amenazar a periodistas. Un juego al que se prestaron algunos comunicadores. Tras varios años jugando con fuego, nos quemamos todos, y Mestalla sigue llenándose en cada partido, pero sin atender a las soflamas de nadie, ni tampoco a los desesperados esfuerzos de la directiva de la entidad. Lo más triste es que cuando el director deportivo del club, Miguel Ángel Corona, miente a la cara de los profesionales que están en la sala de prensa nadie proteste.
Por cierto, como nunca fui apocalíptico me gustaría reconocer el gran oficio de dos compañeros: Paco Lloret y Vicent Chilet.
Foto: https://www.marca.com/en/technology/fan-tokens/2023/09/19/6509c77e46163f9fb08b45cd.html
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