Avui us vull destacar algun fragment d’articles apareguts recentment a la premsa.
“Según la normativa aplicada, estos impuestos, en lugar de bonificarse en función de la situación fiscal y patrimonial de las personas contribuyentes, fijan descuentos y exenciones para dos únicos colectivos: pensionistas y familias numerosas, sin apenas importar la capacidad económica y patrimonial que puedan tener unos u otras. En cambio, ser familia monoparental, o parado/a, mileurista o simplemente pobre no se considera razón suficiente para tener derecho a ningún descuento.”
“I mentrestant, què opina de tot açò la Santa Mare Església Catòlica? Res! Com ja s’ha dit abans, als portaveus eclesials només els preocupen els assumptes carnals i les excomunicacions. Les qüestions relacionades amb l’oratge són cosa de Sant Pere.”
“Un drama. A todo esto, nadie se acuerda de l@s antigu@s novi@s de la pareja, esos que les han acompañado en sus juergas, que les han prestado mucho dinero y que ahora están entrampados hasta las cejas. Parece que también tienen derecho a opinar. Como son jóvenes, tampoco entienden por qué uno sólo puede casarse dentro de la familia. ¿No dicen que eso trae malformaciones genéticas y, en todo caso, aburrimiento? ¿No ganaríamos todos inyectando sangre nueva en venas gastadas? Nuestro pater familias, consciente de que se le acabaría el chollo, se ha mostrado tajante: o se casan con el/la prim@ o se van a un convento. Puro siglo XIX. Y así nos va.”
“A raíz de la obvia sentencia del Tribunal de Derechos Humanos europeo sobre el crucifijo en las aulas, hemos vuelto a oír las protestas habituales, igual de mal argumentadas. Los unos: “¿A quién puede ofenderle un crucifijo, símbolo de perdón, etcétera?”. Respuesta: a nadie, claro. En cambio, ofende a los laicos y a los partidarios de la libertad de conciencia que se invada un espacio que debe permanecer confesionalmente neutral con símbolos respetables pero partidistas. Los otros: “¡Ignorantes, se trata de una expresión cultural, no religiosa!”. Respuesta: ignorante usted, so merluzo, porque el crucifijo es una expresión cultural en tanto que religiosa. La prueba: colocar sobre la taza del retrete una reproducción de la Gioconda o del Pensador de Rodin (más apropiado) puede ser de mejor o peor gusto ornamental, pero poner un crucifijo será una provocación que irritará justificadamente a muchos creyentes.
Dejo de lado a los multiculturalistas que recomiendan traer a las aulas, junto al crucifijo, versículos del Corán, candelabros de siete brazos, imágenes de Buda, moais de la Isla de Pascua, etcétera. En época de crisis, no es bueno sobrecargar los gastos de material escolar.”
“Esta independencia radical que me atrevo a calificar de paradigmática es ahora capital para devolvernos las esperanzas de la democracia española, que se han estragado en tan pocos años y han dado paso a este lodazal de personas, instituciones y prácticas que forman hoy la trama social y política de nuestro país.
Recuperar la voluntad inicial de cambio y transformación radical, convertida en esta siniestra parodia de ejercicio democrático, en esta envilecida celebración universal de la fullería y la mangancia de nuestra democracia postfranquista es nuestro primer y fundamental objetivo. Para cuyo logro conductas como la de Paco Ibáñez, sean cuales sean sus fallos y limitaciones en otros aspectos, son esenciales.”
No el toque perquè corre perill de desaparéixer. Disculpes us demane.