Els Papers de Santa Maria de Nassiu

EDUQUEU ELS XIQUETS I NO HAUREU DE CASTIGAR ELS HOMES (PITÀGORES)

29 d'agost de 2011
1 comentari

CAM, POLÍTICOS E IGNORANCIA, per José María Asencio (LEVANTE-EMV)

     Ja feia temps que no us duia enllaços o articles de la premsa al meu bloc. Avui no me n’he pogut estar. Aquest article d’Asencio, catedràtic de Dret Procesal de la Universitat d’Alacant, ho pot dir més fort però no més clar. Llegiu…
Lo sucedido en la CAM es el paradigma de lo que acaece en este país en casi todos los lugares donde se gestionan intereses públicos. La ocupación de espacios por la clase política, su ignorancia generalizada, su incapacidad para gestionar aquello para lo que no se tienen conocimientos y el aprovechamiento de las instituciones para el propio beneficio, están en la base de la situación de España, que si bien ha sufrido una crisis global, padece sus consecuencias con mayor crudeza, pues quienes han de poner los remedios para su superación, no saben nada de nada, son profanos en sus competencias y de ahí al desastre hay un solo paso.
 

La CAM fue ocupada por gestores ignorantes, a los que les venía grande el cargo, designados a dedo por otros cuya formación también era nula y aplicaron a la entidad una política apropiada a su ignorancia, unida a las pretensiones que les formulaban los que les habían nombrado, aprovechándose, de paso, entre otras prebendas, del cargo, para concederse créditos a bajos o nulos tipos de interés a ellos mismos, sus allegados y aquellas empresas que indicaban desde la Generalitat.Este país no saldrá adelante mientras los que deben dirigirlo sean unos completos ignorantes, mientras se pueda ser alcalde, ministro o conseller sin acreditar una formación adecuada al cargo, mientras los políticos sean profesionales y cobren durante toda su vida de una cosa o de otra, tanto les da; mientras, en fin, todo sea dominado por quienes sólo desean vivir del presupuesto aunque el efecto sea la ruina colectiva. Una profesión política es una lacra, pues los que a ella se dedican llegan a la misma sin acreditación de méritos y sólo merced a estrategias internas —matar al enemigo— y tienen que perpetuarse, pues en ello les va la supervivencia, dándoles lo mismo la función que se les encomiende, pues sólo se trata de vivir del oficio y cuanto más mejor. Ojalá llegue un día en que los políticos sólo puedan serlo por un plazo determinado y luego a su casa.La Caja Mediterráneo es un duro ejemplo de cómo se puede derrumbar una obra si ésta se entrega a quienes suman a su ineptitud la desvergüenza, pues esta última cualidad es seguro que la conocen quienes acceden a puestos para los que, reconocidamente, no están preparados. Es el paradigma de lo que tantas veces se dice y nadie parece escuchar. Es la expresión máxima de que la democracia no significa que todos tengan derecho a ocupar cualquier cargo. Para curar hay que ser médico. Y para gobernar hay que saber. Por mucha buena voluntad que se ponga en el empeño, el que no sabe, no sabe.El desgobierno español, en el Estado y sus autonomías, así como en aquellas sociedades y entes públicos dependientes de la Administración es la consecuencia de la ocupación de todos los resortes del poder por ignorantes, cuya capacidad es tan limitada, como su ambición conocida. Y, de igual modo, su desparpajo para apropiarse de lo que creen que es suyo, porque han ganado unas elecciones. Lo sucedido en la CAM, con un presidente que no tenía capacidad alguna para gestionarla, pero nombrado por otro, Camps, con similares méritos, es parecido a lo que sucede en España con un Zapatero de escasos recursos. Pueden trabajar mucho, no lo dudo, pero, simplemente, no saben y por mucho que se esfuercen no dan más de sí. La prueba evidente la ofrece nuestro ocurrente Gobierno, que ha ido dando palos de ciego constantemente, haciendo un día una cosa y la contraria al siguiente, sin saber por qué las hacía. Un técnico adopta decisiones coherentes y permanentes. Un aficionado metido a presidente, imbuido de la soberbia propia del cargo, lo que le place o se le ocurre, sin base, ni criterio, tan sólo su espontaneidad e intuición.La igualdad no es igualitarismo. Mientras que la primera nivela a las personas garantizando que tendrán las mismas oportunidades, pero respeta las diferencias razonables y lógicas, entre ellas el esfuerzo y sus frutos, la segunda es un absurdo que roza el esperpento, pues no admite diferencia alguna y concede a todos similares derechos, entre ellos el de acceder a cargos públicos sin exigencias de formación adecuadas. Y así nos va. Tenemos presidentes y directores generales que nadie contrataría para su empresa, pero que aceptan y se postulan alegremente para nombramientos para los que están manifiestamente incapacitados. De ahí que España sea un desastre. Pero lo más curioso es que la igualdad se exige para cualquier puesto, para el que se piden méritos y títulos, mientras que para la política se impone el igualitarismo. Y es así porque de exigirse en política algo más que la capacidad de caminar erguido y balbucear algunas palabras —lo que nos diferencia de algunos animales, no de todos— muchos de nuestros políticos no podrían serlo ni en sueños. Bajar tanto el listón es indispensable para que muchos de ellos puedan estar donde están y soñar con jubilarse en la mamandurria.

Nota: Medito serenamente unas líneas sobre lo acaecido en Madrid estos días atrás. Pero, en cualquier caso, afirmo que el laicismo no puede significar exclusión de lo religioso o prohibición de su libre expresión. El laicismo no puede ser fundamentalista, so pena de convertirse en intolerante e integrista. Todos tienen derecho a expresarse libremente y todos a poder hacerlo sin ser atacados por sus creencias. Lo que sucede es que en España el laicismo se confunde con una suerte de anticlericalismo anacrónico que, por construirse «contra» o «anti» lo religioso, roza la irracionalidad y se sitúa muchas veces en el marco de lo autoritario.

     PD: El subratllat és meu. Bon dia.


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  1. Referent a la “Nota” de l’artícle del Sr. Asencio, dir-li que potser hi hauria un xic menys d’anticlericalisme si l’Església catòlica, apostòlica i romana tinguesi menys privilegis. I que les altres confessions no vulgessin “sucar” diner públic (en conèc algunes que en aquest aspecte mantenen una escrupulosa virginitat). A part, clar, d’una ignorància qüasi bé genètica dels ciutadans/servs espanyols pel què respecta a assumptes religiosos (ignorància fomentada, molts cops, per periodistes i “creadors” [?] d’opinió pública). Tot això amanit amb la pseudodictadura nacionalcatòlica que encara patim, i que comporta el tancament i la prohibició de llocs de culte pels no-catòlics, i abocar -en temps de retallades socials- milions i milions d’euros de la caixa pública per una visita doctrinària-proselitista d’un cap d’una Església que es fa dir cristiana.

    Atentament

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