Els Papers de Santa Maria de Nassiu

EDUQUEU ELS XIQUETS I NO HAUREU DE CASTIGAR ELS HOMES (PITÀGORES)

19 de setembre de 2006
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Avui estic molest…

Ja fa dies que açò de la Memòria Històrica m’està fent pensar. M’explique: què volen aquest gent?… era el títol d’una cançó que Maria del Mar Bonet ha cantat en molts recitals. Vam fer la Transició i ells van seguir com si res. Van fundar partits polítics (quan no creien en la democràcia) i ens va semblar molt bé perquè això era una manera d’afegir-los a la causa democràtica. Han estat governant i, fins i tot, alguns (PP) pensen que el govern els l’han furtat… ja sabeu per què ho dic. I ara que arriba l’hora que els morts i soterrats d’aquella manera (franquisme) troben la pau i siguen soterrats com a persones humanes, ixen a dir que això és remoure coses del passat. Fins i tot, he vist una pintada per la zona de Castelló de les Gerres on han escrit (més o menys i en castellà): "Zapatero, tu abuelo a cuántos se cargó?".  INDIGNANT
Ací teniu un article de Rosalía Sender Begué, escriptora, molt aclaridor. Us el deixe a continuació:

Una cuestión de justicia, no de venganza
 
 
ROSALÍA SENDER BEGUÉ
 
 
 
 

Francisco Mora presentándose como acostumbra, como un juez imparcial
lleno de clarividencia, pero atacando siempre a la izquierda de forma
cada vez más burda al estilo de la COPE (ejemplo su artículo del 8 de
agosto comparando Zapatero a Goebbels, o llamando de forma despectiva
«la abuelita del PSOE» a la vicepresidenta del Gobierno en todos sus
escritos), en su artículo del 29 de agosto se pasa de cinismo.

¿Cómo puede, un periodista que ha ejercido también bajo el
franquismo, escribir: «¿Solamente hay que mantener vivo el recuerdo de
la génesis y desarrollo del gorilazo castrense contra el gobierno
legítimo de la república, la incivil guerra que desencadenó y los
fusilamientos de la represión franquista de las posguerras? ¿O también
forman parte de aquella infamia…» Y a continuación enumera los
crímenes, vandalismos y destrozos imputados a los republicanos. ¡Pero
señor Mora, si a lo largo de 40 años sólo se habló de los muertos
nacionales, de las maldades de los rojos, y ni una palabra de las
atrocidades franquistas! Ya en su artículo del 10 de abril decía:
«…el empeño de desenterrar muertos de un solo bando con malsano
espíritu de sepulturero stajanovista es un grave error.»

¡No es un error! Hay que desenterrar esos muertos, hay que
hacer los listados de los desaparecidos, hay que restablecer la verdad
de lo que fue, porque siguen ahí silenciados. A lo largo de esos 40
años, una censura férrea cuidó que nunca salieran a la luz esos
crímenes, y todas las atrocidades cometidas por los franquistas cuando
conquistaban un pueblo, así como los ríos de sangre tras su victoria.
Las sacas, las torturas, los encarcelamientos, los juicios sumarísimos
con falsos testigos, las cárceles atiborradas, todo se cubría con el
silencio. Y la represión siguió los 40 años.

Dos generaciones se han criado con esa visión deformada de los
hechos: el caudillo Franco al frente de los nacionales salvó a España
de las hordas rojas en una santa cruzada. Y en 25 años de democracia se
siguió con el silencio, lo que significa que una tercera generación
ignora la verdad. Ningún asesino, ningún torturador fue sometido a
juicio, y eso que se conocen sus nombres, siguieron con sus cargos, y
siguen vivos algunos de los que pasaron por sus manos y aparatos de
tortura. Los gobiernos de la democracia no corrigieron la versión
deformada de lo que fue la república y la guerra civil, ni se habló de
lo que fue la lucha contra la dictadura en la clandestinidad.

Esos miles y miles que duermen en las cunetas o en las fosas comunes de
los cementerios, ignorados por la inmensa mayoría, no eran criminales,
eran hombres y mujeres inocentes que querían un mundo mejor y más
justo. Todos los países europeos tras la derrota del fascismo honraron
a los luchadores contra los nazis, a sus muertos en la resistencia o en
los campos de exterminio alemanes. Incluso por fin se hace justicia en
Chile y en Argentina y se conocen las atrocidades cometidas por sus
dictadores Pinochet o Videla. Sólo en España se silencia lo que fue la
dictadura franquista, y eso es una tremenda injusticia. Hay que
explicar lo que fue, no para reclamar venganza, ninguno la queremos,
sino para que no se repita, y para restablecer el honor de tanto héroe
anónimo.

En nombre de todos esos muertos en las cuentas, entre ellos
mis dos abuelos paternos tras ser torturados cuando tenían más de 70
años, agradecería que publicaran esta carta, y les saludo muy
cordialmente.

 


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