Els Papers de Santa Maria de Nassiu

EDUQUEU ELS XIQUETS I NO HAUREU DE CASTIGAR ELS HOMES (PITÀGORES)

9 de desembre de 2007
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Avui és diumenge

Després d’aquest pontet, quan veus que demà has de tornar a la faena (i això que tinc la sort que aquesta m’agrada), et trobes una mica deprimit. Perquè voldries haver fet més coses de les que has fet (en el meu cas, he pogut fer), etc. i no les has dutes a cap. Però no passa res. Demà a les 8 del matí estarem en l’aula núm. 14 del meu ies donant la classe del grup de 2n d’ESO. Però això encara ha de vondre.
Avui us vull fer referència a diversos articles que he trobat a la premsa i que us penjaré a continuació. Algun és de lectura obligatòria. Cal dir les coses pel seu nom.

El primer és Cabrones, de Manuel Rivas, escriptor admirat i seguit per mi. Explica molt bé la realitat social del nostre país o el que algunes i alguns s’entesten a dir el nostre país.

El segon article, i en açò coincidesc totalment amb Josep Blesa, és de Vicente Verdú, La miseria de la escuela. No és un escriptor del meu gust però a l’article diu coses de pes. Llegiu-lo si voleu.

Seguirem per ací…

Cabrones


MANUEL RIVAS

EL PAÍS  –  Última – 08-12-2007

Juan de Mairena lo veía venir. Lo del Informe PISA, con el catastrófico balance educativo. Las aulas son los espacios que mejor registran los descalabros de la historia. Y Mairena, el maestro librepensador, el juglar meditativo de Machado, es quien mejor expresa todo el malestar de la cultura en un medio tradicionalmente hostil, cuando se planta ante el padre airado que discute un examen y reprocha el suspenso del hijo. "¿Le basta a usted ver a un niño para suspenderlo?", grita el visitante. "Me basta ver a su padre", le espeta Mairena. Así que, en el fondo, no hemos salido tan mal parados del Informe PISA. Los estudiantes nos han salvado la cara, porque, por suerte, no se valoran algunos empeños educativos de los adultos. Ahí está, por ejemplo, el esfuerzo pedagógico desplegado por la muchedumbre que saludó con aplausos al alcalde y otros presuntos implicados en la corrupción urbanística de Totana. En realidad, el gentío estaba ejerciendo la crítica literaria. Está en auge la novela de "serie negra". Una oportunidad para explicar al vástago la teoría de los géneros: "Mira, hijo, ¡qué estilo! Perfecto en ejecución y contenido". Vamos a ser ecuánimes. Equidistantes. No lacerarnos. No simplificar. Que los chavales aprendan a reflexionar a partir de la propia realidad. No hay que escandalizarse porque otro grupo de críticos literarios se sofoquen llamando "terrorista" al presidente del Gobierno y "maricones" a sus diputados. No es una burrada. Es una performance. Aquí en España la ultraderecha es lo que en otras partes llaman Living Theatre, pero con un atrezzo de cojones y unos actores bárbaros. Y el llamar maricón a alguien siempre ha sido un detalle cultural. Una atención. Aquí existen dos categorías de héroes. El Cabrón y el Maricón. En España, maricón es un eufemismo de culto. Lector. Poeta. Pintor. Cinéfilo. Ésa es la idiosincrasia que nunca entenderán los autores del Informe PISA. Unos cabrones.

La miseria de la escuela


VICENTE VERDÚ

EL PAÍS  –  Sociedad – 08-12-2007

La educación es mala en España y no hay duda alguna sobre ello. Lo chocante viene a ser que los responsables políticos sigan relativamente desentendidos del problema. ¿No votan en suficiente cantidad los maestros? No votan, sobre todo, los millones de alumnos y ésta viene a ser la llave maestra.

En Francia, en Alemania, en Gran Bretaña o en Estados Unidos, los Gobiernos han elevado el asunto de la educación y sus inversiones a la categoría más importante. Lejos de hacer demagogia, puesto que los niños allí tampoco votan, tratan de hacer cierta sociedad mejor. "Después del pan", decía Danton, "la primera necesidad del pueblo es la educación". Los franceses no lo olvidaron nunca, aun en situaciones de crisis. ¿No disfrutamos de una tradición igual? Efectivamente, pero ni con ministros educados en el extranjero se han afrontado las miserias de un sistema educativo que nos sitúa por detrás de los búlgaros. ¿Van a cambiar las cosas? Ni siquiera con el Informe PISA se abochorna nuestra estirada Administración. La actual ministra de Educación que a primera vista nos pareció espabilada, apenas asume que las aulas no funcionan. En su parecer son los padres sin estudios universitarios suficientes o los insuficientes padres con estudios superiores quienes despiden una atmósfera cultural doméstica que no aromatiza debidamente a sus vástagos. En cuanto a las escuelas, las escuelas quedan una y otra vez en un plano sombrío donde los profesores enferman, se deprimen, padecen tendinitis, se denigran o sobreviven con sueldos de segunda fila. Ningún plan de mejora, en caso de intentarlo honestamente, podrá soslayar el sensible aumento de las retribuciones pero, más aún, miles de profesores debieran gozar de jubilaciones anticipadas y bien retribuidas. Deberían dejar sus puestos a enseñantes mucho más jóvenes y aptos, por edad y estilo generacional, de conectar con alumnos de referencias tan radicalmente ajenas a las de su profesor actual 40 o 50 años mayor. Tanta distancia biográfica hace no sólo arduo sino imposible el trasvase de los conocimientos y del interés por temas concretos. Nunca como ahora pudo decir con razón un alumno de 12 años que la asignatura a cargo de un señor o una señora de 60 años "no le entra". Ni le entra ni lo digiere, ni le interesa ni lo metaboliza. Más bien lo vomita. El sistema que transmitía conocimientos escolares por conductos basados en la permeabilidad del arriba / abajo funcionaba gracias a la eficiencia de la jerarquía y la autoridad. De esto, sin embargo, queda poco tras la absoluta vulgarización de la democracia y el paradigma general de la red. El saber no llega al interior del alumno tan sólo por el poder del magisterio, sino por la astucia de la empatía y contagio. Pero transmitir mediante empatía, explorar y hasta explotar la proximidad, sólo parece al alcance de los profesores jóvenes y jovencísimos. El espectáculo de un aula presidida por una señora o un señor en edad provecta genera, en la cultura de la imagen, una actitud tan decisiva que con mucha frecuencia no atenúa ni la voluntad, ni el cariño, ni la ilustración del profesor. No se diga ya, como suele ocurrir, que además de mayores son vetustos. ¿Disciplina? Cualquiera ofrecería una ración de disciplina a cambio de una buena recompensa. Pero ¿cuál es la compensación? ¿Los comentarios a La Celestina? Los chicos españoles presentan esta dificultad para leer porque no reciben recompensa sino castigo en lo que se les da a leer, empezando por la misma escritura de los libros de texto. ¿Forzarlos a la lectura? ¿Por qué no purgarlos y raparles el pelo? Ni la lectura es un bien absoluto ni todo el saber está ya en los libros. Leer más no hace más inteligentes, sólo hace más inteligentes para leer. El resto del mundo del conocimiento, el mundo audiovisual es ahora una fuente más caudalosa e importante en el saber. Pero ni siquiera para aprender a servirse apropiadamente de todo esto hay horarios y maestros preparados. Miseria de la escuela, escuela de mil miserias. www.elboomeran.com



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