“En mi país, Colombia, desde 1990 se introdujo gradualmente el neoliberalismo con las recetas del FMI y el consenso de Washington, lo que produjo cierta modernización y racionalización en la Administración, pero los resultados en todos los aspectos sociales han sido desastrosos. El panorama laboral ha sufrido los peores estragos, el desempleo y el subempleo superan el 50%; antes el empleo formal y estable era del 70%, como este se destruyó ahora la informalidad y los trabajos miserables representan el 80%; el empleo oficial se redujo del 15% al 5%. Han emigrado huyendo del desempleo cuatro millones (10% de la población).
La inflación bajó pero reduciendo la capacidad de compra y poniendo a aguantar hambre al pueblo; nuestro Gobierno manipula cifras, dice que el desempleo es del 12%, pero no informa sobre el subempleo, que es el verdadero problema. Espero que no se dejen arrebatar el trabajo digno, formal y estable; si no hay empleo e ingresos, no hay demanda, las empresas no venden y la crisis será más fuerte.” (El País)
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