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24 de novembre de 2007
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Arran de la sentència de l’11-M i com que avui hi ha manifestació a Madrid de l’AVT

us deixe un article de Soledad Gallego-Díaz publicat a EL PAÍS el passat 2 de novembre.

Clara noción de la verdad


La campaña de manipulación ha estado dirigida, sobre todo, a los simpatizantes del PP

SOLEDADGALLEGO-DÍAZ


EL PAÍS
 – 
España – 02-11-2007


La primera conclusión de la sentencia sobre los atentados del 11-M es
que el Estado de derecho, recogido en la Constitución española, es
perfectamente capaz de juzgar a los sospechosos de crímenes inspirados
por el yihadismo
y por las nuevas doctrinas terroristas de Al Qaeda, que amenazan hoy,
gravemente, a todas las sociedades democráticas. Los autores de la
masacre del 11-M no fueron trasladados a cárceles desconocidas, ni
privados de abogados, ni vieron reducidos sus derechos procesales. Han
sido localizados, detenidos, encarcelados, juzgados y condenados de
acuerdo con la Constitución.


Determinados juristas y políticos, norteamericanos y europeos, han
alimentado teorías según las cuales las sociedades modernas y las
constituciones en vigor no pueden hacer frente a ese nuevo terrorismo
sin nuevos instrumentos incompatibles con principios básicos del Estado
de derecho. Son ellos quienes han quedado en evidencia en un país como
el nuestro, que quizás no es famoso por su larga trayectoria
democrática, pero que, en este caso, con el peor atentado de su
historia, ha sabido comportarse con seriedad y serenidad.


La sentencia del 11-M, rigurosamente garantista, ayudará a quienes
luchan en todo el mundo por conseguir que se persiga el terrorismo yihadista
sin alterar principios democráticos básicos. Y quizás sea una
aportación de la que los españoles podamos sentirnos orgullosos cuando,
dentro de algún tiempo, por fin, se reconozca que estos fueron tiempos
terribles, en los que algunos grupos, radicalmente reaccionarios y
defensores de intereses particulares, intentaron aprovechar el justo
dolor de la mayoría para hacer retroceder derechos conseguidos con
siglos de lucha y esfuerzo.


Quizás precisamente por eso, por lo que realmente puede significar esta
sentencia, para nosotros y para el Estado de derecho, causa tanta
irritación y tanta repulsión la ramplona campaña de engaño que han
mantenido a lo largo de toda esta legislatura varios medios de
comunicación y, lo que es peor, el primer partido de la oposición.


Los dirigentes del PP dirán ahora que no han participado de este circo,
pero es fácilmente demostrable cuál ha sido su estrategia. El PP,
encabezado por José María Aznar, intentó mantener viva la impresión de
que ETA tenía algo que ver con los atentados, por lo menos hasta un
minuto después de que se cerraran las urnas del día 14. No lo consiguió
gracias a la actuación profesional de la policía y de algunos medios de
comunicación. En el fondo hizo algo pésimo para sus intereses, porque
la mentira y el engaño son siempre una baza formidable en manos de tu
oponente político y el PSOE no perdió la oportunidad.


A partir de ahí, el PP, ya con Mariano Rajoy al frente, buscó la
compañía y el apoyo de determinados grupos de comunicación, incluidos
los de la Iglesia, para ocultar ese engaño inicial, con el resultado
que todos conocemos: el principal partido de la oposición prisionero de
su propia estrategia, y unos medios lanzados a una enorme operación de
manipulación de la opinión pública.


La campaña ha estado encaminada, sobre todo, a mantener unidos a los
propios simpatizantes del PP, a quienes, como a los de cualquier otro
partido, no les gusta perder unas elecciones por incompetencia de sus
líderes, ni que les engañen y mientan, y a los que se creyó que sólo se
podría conservar manteniéndoles en la confusión y la falsedad. En el
fondo, hoy, a la vista de la sentencia, son los votantes del PP,
auténtico objetivo de toda esta sucia operación, quienes más indignados
se deberían sentir. Es a ellos a quienes se les ha pedido que creyeran
cosas horribles, como que la policía estaba nada menos que fabricando
pruebas falsas para favorecer a un gobierno socialista. Es a ellos a
quienes se dirigía el abogado de la AVT cuando cometió la bajeza de
solicitar la absolución de Jamal Zougam, condenado ahora a 43.000 años
de cárcel. Son los simpatizantes del PP quienes deberían agradecer a
los magistrados de la Audiencia Nacional, quizás de procedencia
conservadora, como ellos mismos, que no les dejen en manos de ese tipo
de políticos y de periodistas y que les ofrezca el único instrumento
que le sirve a los humanos para llegar a la verdad: la razón.


Son ellos mismos quienes tienen que preguntarse por qué sigue diciendo
Rajoy lo que dijo ayer. Por qué el presidente del PP aludió a su
voluntad de apoyar "nuevas investigaciones", cuando ya existe una
sentencia que razona y expone lo ocurrido. Han investigado la Policía
Nacional, la Guardia Civil, la Fiscalía y los jueces. ¿Qué les propone
Rajoy a sus militantes?, ¿que apoyen una investigación de Prosegur?


Hanna Arendt decía que el problema de la mentira y el engaño es que
dependen enteramente de que exista una clara noción de la verdad que
los mentirosos quieren, precisamente, ocultar. Ya existe esa clara
noción de la verdad y tendrá una inextricable primacía sobre la
falsedad. También para los simpatizantes del PP. solg@elpais.es



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