Els Papers de Santa Maria de Nassiu

EDUQUEU ELS XIQUETS I NO HAUREU DE CASTIGAR ELS HOMES (PITÀGORES)

18 de gener de 2008
1 comentari

ABANS DE DEIXAR D’ESCRIURE PER DOS DIES

Per causes de totes i tots conegudes, us vull deixar algun article de la premsa.

El primer és de Manuel Vicent, ALBELDA, publicat a EL PAÍS arran de la defenestració d’aquest, Cañizares i Angulo. Ací el teniu.

Albelda

MANUEL VICENT


EL PAÍS – Última –
23-12-2007

Cada equipo de fútbol, durante
una época determinada, genera un jugador cuyo espíritu sintetiza el sueño
colectivo de la tribu. En el Valencia FC este jugador ha sido David Albelda.
Más allá de la convulsión de las gradas y de los negocios redondos del palco,
el fútbol lo desarrollan unos deportistas sobre una geometría muy pura: el
balón es una esfera, el césped está trasquilado por planos paralelos, unas
líneas rectas definen el espacio y las áreas del campo, las porterías tienen
cuatro ángulos, la red forma cuadrados y existe un punto por antonomasia que es
el de penalti. Sobre esta geometría euclidiana se agitan los músculos, el
corazón y el cerebro de unos atletas con el único afán de la gloria, pero los
dioses son muy caprichosos y entre once eligen sólo a uno para que asuma las
prerrogativas del héroe y se concentren en él todas las pasiones del público.
Entre la directiva del club y ese ídolo se establece una distancia oscura,
misteriosa, insalvable. Lo que ha sucedido en el equipo del Valencia ha sido
que un presidente de muy pocas luces en la mollera pero cuyo trasero apenas
cabe en la butaca del palco, ha creído que por el hecho de ser propietario del
club podía salvar la distancia infinita que separa el dinero de la magia para
menoscabar o humillar a un héroe por una venganza personal o por otra cuestión
privada cualquiera. David Albelda ha sido parte fundamental durante años del
espíritu del Valencia, el que ha cohesionado el equipo. Cuando ese espíritu se
rompe todo se quiebra, porque entonces la geometría pura del campo abandona la
imaginación de los jugadores, llena de caos todas las mentes y convierte el
césped mentolado en una selva. Un presidente ahíto de dinero de papá, que te da
la mano con sólo tres dedos a la hora de saludar, preside los partidos de su
equipo con la mirada perdida. No le interesa nada de lo que sucede en el campo.
Está pensando en otros negocios. De hecho, mientras los jugadores se agitan por
el césped, él ya ve el Mestalla convertido en pisos de lujo y los billetes
lloviendo en otro campo. Este señorón, al que los dioses confundan, se ha
atrevido a profanar a David Albelda, al ídolo de la tribu, sin saber las
fuerzas oscuras que ha destapado.



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  1. Confondre el liders naturals de tot vestuari amb el problema. En lloc de crear un clima de confiança per que l’equip vaja a mes que és el primer que deu fer un president, ser el promotor de la creació d’un fons de desconfiança i desmoralitzar l’equip per què vaja de mal en pitjor.

    Posar com a secretari tecnic a un ex-company dels jugadors com el Carboni amb les gelosies i camarilles que es formen entre els jugadors de tot els equips.

    Amb la conseqüent manca dels fixatges adients des del començament de la seua presidència per reforçar  l’equip, incentivar el jugadors i fer un correcte relleu generacional gradual.

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