Els Papers de Santa Maria de Nassiu

EDUQUEU ELS XIQUETS I NO HAUREU DE CASTIGAR ELS HOMES (PITÀGORES)

25 de març de 2008
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DIES INTENSOS

Ahir i avui han estat dos dies intensos pel que fa a activitats fora de casa. Ara no puc redactar cap apunt. M’adorm cara a l’ordinador. Ara us deixe algun article de premsa i demà ja en redactaré els apunts. Bona nit.

La batidora loca

SUSO DE TORO

 

EL
PAÍS – Opinión – 08-11-2007

Especular con estudiantes

Mª Dolores Sánchez Tendero – Albacete

 

EL
PAÍS – Opinión – 06-10-2007

 

 

Adolescentes

Mónica Serra Vidal – Sant Cugat del Vallès

 

EL
PAÍS – Opinión – 06-10-2007

 

Matrix

Miguel Ángel García. València (LEVANTE-EMV)

 

Los nuevos liberales

Vicente J. Herreras y Carme Capilla. València (LEVANTE-EMV)

La batidora loca

SUSO DE TORO

EL PAÍS – Opinión –
08-11-2007

La derecha perdió las elecciones y la
vida política y social española cobró aire de guiñol. Pero un guiñol grave,
porque su mascarada evoca al Ruedo ibérico de Valle-Inclán, con su Corte
de los Milagros. Aquel mundo literario caótico y grotesco de Valle retrató el
fracaso de la política y de un país, cuando la historia cae en la locura, que
siempre es trágica.

La derecha
perdió el Gobierno y desde entonces está desgobernada. Y lo estará hasta que
los poderes que les son cercanos no actúen para que esta deriva alocada haga
crisis. Ya sólo se pueden reducir los daños infligidos a la sociedad; tanto
odio difundido, ¿quién lo recogerá de cada casa, de cada persona? ¿Alguien
imagina que la izquierda hiciese lo mismo? ¿Cómo serían las calles de Madrid?
Afortunadamente, no es el caso.

Se
argumenta la ley de la memoria histórica con que debemos recuperarla; en
realidad, tenemos memoria histórica para dar y tomar. Pues a diferencia de las
demás sociedades europeas, tenemos miedo. En un lugar oscuro, aún tenemos un
miedo mudo que nos condiciona, porque sabemos lo que pasó y sabemos quiénes lo
hicieron. Es por eso que los ancianos se mueren con sus secretos y nuestro
pasado sigue siendo un tabú doloroso.

No se ha
estudiado el uso de ese miedo en la lucha política. No se ha analizado el
lenguaje de la derecha durante esta legislatura, la utilización sistemática por
sus políticos y comunicadores mediáticos de la insidia, la maledicencia o
directamente el insulto y la mentira para destruir la imagen de un rival
molesto. Más que un lugar o un tiempo, nuestra patria es el lenguaje, donde se
alojan recuerdos y emociones. Vivimos en el lenguaje, lo respiramos, y la
derecha española conscientemente lo ha envenenado. Como el Yago de Otelo,
que destila veneno en dosis al oído de su víctima, o como los augurios de las
tres brujas a Macbeth, profecías envenenadas para provocar catástrofes.
Sortilegios para que el día claro se convierta en pesadilla.

Poner las
sucesivas declaraciones de sus dirigentes una debajo de otra suma el discurso
de una extrema derecha nacionalista, un discurso que deslegitima a todas y cada
una de las instituciones del Estado y que anuncia luego que vivimos el fin de
España, la crisis económica y el caos. Que argumenta que España sólo puede
existir por la fuerza y que sólo ellos pueden salvarla. “La única solución
al proceso de deterioro que estamos viviendo es un cambio de gobierno”,
concluye uno de sus dirigentes. No son banalidades, son cosas terribles. Y no
son soñadas.

En su
lenguaje destructivo resuena el viejo miedo. Resuena en las manifestaciones con
banderas
nacionales al viento, los gritos pidiendo paredón para el presidente del
Gobierno, militantes de un partido agrediendo con la bandera nacional a un
ministro, jóvenes con banderas franquistas haciendo el “saludo
nacional”… Sabemos lo que significa todo eso y más.

Y porque
saben que lo tememos, hay quien quiere aprovecharse de nuestro miedo,
activarlo. A eso responde la campaña planificada de dramatización ideológica,
de acusaciones falsas pero terribles, de zarandeos. Es intimidación: “O
gobernamos nosotros o habrá lío”. Y en el fondo, en esa cámara oscura que
todos llevamos, sabemos de lo que hablan. Nos hacen ver que la bandera es suya
y que ellos son España, y comprendemos. Conocemos el sobrentendido, no hay que
pronunciarlo.

Sus vídeos
y sus desfiles resultan ridículos, pero su intención y las emociones con las
que juegan no lo son. Son inmorales. Porque pretenden eliminar la libertad
personal, que sólo existe en la ausencia de miedo. Hacen chantaje para
conseguir un mejor precio. Toda sociedad calcula lo que está dispuesta a pagar
por la paz civil. Y esa dolorosa cuenta es muy importante entre nosotros, por
eso somos muy susceptibles al chantaje, a preo-cuparnos por lo que nos costará
el que gobiernen o no gobiernen.

Hace unos
días leíamos una entrevista que le hizo en 1980 la periodista Josefina Martínez
del Álamo al entonces presidente Adolfo Suárez, una persona admirable en medio
de una agonía conmovedora. Es alguien que, hablando desde su natural
subjetividad, se muestra como un gobernante obstinado en que una España en paz
y democrática sea posible. Alguien que sufre al ver que sus esfuerzos, y él
mismo, son destrozados por las aspas de una batidora loca, lo que él denomina
dolorido la “cloaca madrileña”. Así llama a una máquina, una espiral
centrípeta que tiene momentos de exaltación, cuando la batidora se vuelve
picadora. Las aspas de ese artefacto fatal serían políticos irresponsables, de
un lado, y periodistas irresponsables, del otro. En esa entrevista, Suárez
señala un rasgo de la política que él padece: el compadreo entre políticos y
periodistas que genera complicidad. Y la frivolidad de una lucha sin límites por
el poder que es capaz de dañar al país para conseguir el gobierno. Un
periodismo y una política sectaria, faccional, sin sentido nacional. Su
“cloaca” era una máquina vertiginosa que lo destrozaba a él como
figura y con él la estabilidad y la convivencia. Unos meses después aquel
frenesí atizado metódicamente culminó en el golpe del 23-F.

Suárez
crece política y humanamente con la perspectiva. Un presidente de Gobierno que
pone la política al servicio del bien común y compartido, de la gente, que
abomina de las palabras hinchadas con mayúsculas y busca el entendimiento y los
acuerdos. Revestido de una conmovedora ingenuidad que es sacrificada y
despedazada desde todas partes por el cinismo y el sectarismo, revestidos de
ideologías. Él padeció la historia como una máquina fatal que trituró su fugaz
intento de crear una derecha liberal, autocrítica y humilde; nos quedó en su
lugar una derecha que reivindica con orgullo su pasado. Y qué pasado. No
comprendemos lo que supuso históricamente el fracaso de la UCD y el triunfo de aquella
AP, hoy PP.

Ese
frenesí desestabilizador de la política, reiterado históricamente, que conduce
a una crisis de Estado subyace en nuestra memoria común y es con lo que están
jugando fríamente los estrategas de la guerra de las banderas y los símbolos.
Afortunadamente, el Ejército no es el de los generales africanistas ni el
salido del franquismo, por lo que esa solemnidad impostada de sala de banderas
resulta una farsa chusca. Es propio de la farsa que los que no hicieron la mili
exijan a todos una jura de bandera. Pero cuando las banderas son utilizadas
como banderillas contra un Gobierno democrático hay incautos de aquí o allí que
creen que pueden cortar también alguna oreja en el ruedo revuelto, pero, nadie
se engañe, la derecha de siempre es la dueña de esa feria.

A los que
escriben el guión de esta farsa pomposa y culpable les diríamos que, puestos,
preferimos más zarzuela, más “batallón de modistillas” y menos
“montañas nevadas, banderas al viento”. Pues no nos asustan, pero sí
desazonan. Y no tienen derecho a desanimar a una sociedad que de suyo es
animosa.

Especular con estudiantes

Mª Dolores Sánchez Tendero – Albacete

EL
PAÍS – Opinión – 06-10-2007

Acaba de comenzar el curso escolar. Mientras que las
universidades celebran actos inaugurales, los jóvenes que van a estudiar en
ciudades distintas a las de su lugar de origen se dedican a buscar un sitio
donde vivir. Yo, que dejo mi Albacete natal para desplazarme a Madrid y
comenzar el segundo curso de periodismo, comienzo a buscar alojamiento. Primero
acudo a la opción más cómoda, una residencia de estudiantes; me encuentro con
instalaciones que no responden precisamente a los desorbitantes precios que se
requieren. Abandono esa opción y navego en Internet buscando alguna vivienda de
alquiler, pero encuentro el mismo panorama. Por último, busco una habitación en
piso compartido, señoras y señores: habitación de 12 metros cuadrados
al precio de 500 euros al mes. Súmale el importe de la comida, el transporte,
los libros… ¡Y nos alarmábamos de las propuestas de la señora Trujillo!

Qué ingenua, creer que podría
encontrar algo razonable yo, que pertenezco a la generación víctima de la burbuja
inmobiliaria.

Señores dirigentes, creo que, además
de poner en marcha el acuerdo de Bolonia, son necesarias nuevas políticas para
favorecer la movilidad de los estudiantes.


 

Adolescentes

Mónica Serra Vidal – Sant Cugat del Vallès

EL
PAÍS – Opinión – 06-10-2007

Es bien sabido y reconocido que la adolescencia es una época difícil,
fundamentalmente debido a los cambios hormonales propios que inciden en la
evolución orgánica y psíquica de la persona. Es un tiempo que requiere apoyo
por parte de familiares y cercanos y esfuerzo por parte del adolescente. Un
duro esfuerzo.

Sin ese esfuerzo personal no se da el
paso adelante, hacia la juventud, la madurez mental de asentamiento de la
personalidad.

Por todo ello resulta nefasto que se
pueda pasar de curso con cuatro suspensos. Si eso se sabe en octubre ¿Cómo se
va a motivar a los jóvenes a estudiar? La cultura del dolce far niente
es muy poco útil para la vida y no proporciona recurso para hacer frente a
ningún tipo de problemas. La vida es una carrera de obstáculos, un duro deporte
y requiere la preparación gimnástica del esfuerzo.

 

Matrix

Es la palabra
que define a Valencia. Los valencianos vivimos en un mundo virtual. Tenemos
Canal 9 donde presuntamente no existe otra fuerza política que no sea el PP.
Las máquinas dominan el territorio televisivo. Cuando hubo inundaciones en la Ciudad de las Ciencias en
los informativos de la televisión autonómica Valenciana se secó por decirlo
de alguna manera la realidad, creo que no hubo referencia al respecto.
Tenemos nuestro agente Smith (pónganle ustedes la cara) que ha contaminado la
ciudad con su propia realidad: grandes eventos. Copa del América, Fórmula 1,
visita del Papa… una forma de anestesiar a la población y desviar la
atención de los verdaderos problemas que sufrimos los ciudadanos.No sabemos
los que nos costó la visita de su Santidad a nuestra gloriosa Valencia. Lo
que sí sabemos es la vergüenza con que se ha tratado la mayor tragedia
ocurrida en en el accidente de metro. Algunos valencianos nos preguntamos
para que sirve un Ágora…
También al igual que Neo estaba confundido con su papel dentro de Matrix, yo
lo estoy por las butacas ciegas del Palau de les Arts ¿Cómo se pueden
construir en un megaproyecto butacas ciegas?¿ Cuánto costará su reforma?
Tengo curiosidad por saber como en la Comunitat Valenciana
(fortín del PP) donde nos gastamos tanto dinero en cemento, nos gastamos tan
poco en Sanidad y aparecemos en una reciente encuesta como la última
comunidad autónoma en euros invertidos por habitante en en materia de
Sanidad.-Miguel Ángel García. Valencia.


LOS NUEVOS LIBERALES

Por muchas sentencias que
absuelvan a los trabajadores del Severo Ochoa y exijan la restitución de su
honor, el daño ya está hecho y además es irreparable y eso los responsables de
esta perversa fábula lo saben.
Qué se puede esperar de quienes por un lado cuestionan las denuncias con nombre
y apellidos de malos tratos que sufren muchas mujeres y que por otro y de forma
paradójica admiten como prueba fehaciente de cargo un anónimo.
Qué se puede esperar de quienes desde el ejercicio de su función como servidores
públicos utilizan la calumnia y la mentira para sembrar la duda sobre el
funcionamiento ético de la sanidad pública española con el único objeto de
justificar la privatización del sistema, dentro de esta imperiosa necesidad que
le ha entrado al conservadurismo español por instaurar en nuestro país un
liberalismo a la americana.
Sembrada ya la duda, incluso entre los propios profesionales de la sanidad, el
trabajo sucio ya está hecho y el precedente bien sentado.
Mermada nuestra capacidad de raciocinio, tras años recibiendo una información
completamente mediatizada y sesgada y desprovistos ya de toda memoria,
asistimos impasibles e idiotizados al desmantelamiento Los nuevos liberales de
los principios sobre los que se asienta nuestro sistema de bienestar: la
sanidad y la educación pública, abocados si nadie lo remedia a un modelo de
Estado insolidario, que es por lo visto el que estos nuevos liberales envidian
y mucho.
Mucho me temo, que ya estamos en la cuenta atrás. ¡Que nos pillen confesados y
con los bolsillos llenos!-Vicente J. Herreras y Carmen Capilla. Valencia.


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