Els Papers de Santa Maria de Nassiu

EDUQUEU ELS XIQUETS I NO HAUREU DE CASTIGAR ELS HOMES (PITÀGORES)

21 de març de 2008
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MÉS ESCRITS PUBLICATS FA UNS DIES

Ací us deixe uns quants articles d’actualitat política i/o social. Són altres maneres de veure la nostra realitat valenciana (sobretot). Igual, si no els heu llegit ja, us ajuden a entendre’ns millor o tot el contrari. No ho sé. Bon dia.

DE FIL DE VINT

La meitat més un

Isabel-Clara Simó

El paisaje socialista después de la batalla

ANTONIO LAGUNA (LEVANTE-EMV)

Las Fallas o el abuso insoportable

TRINI SIMÓ (LEVANTE-EMV)

 

Rita ya no es la que era. ¿Será un doble?

FERRAN BONO (LEVANTE-EMV)

¿Por qué nada hace daño al PP?

ALFONSO PUNCEL (LEVANTE-EMV)

PD: La imatge és de Cullera, al PV.

 

DE FIL DE VINT

La meitat més un

Isabel-Clara Simó

Alfons López Tena és l’autor d’un best-seller, Catalunya sota
Espanya, i fa contínues xerrades on un públic abundant sol quedar
bocabadat. Fins ara el costum era: a) queixar-se de la nostra situació; b) apel·lar
al sentit nacional de la gent sense saber com fer-ho; c) fer propostes de
partit, per tal que, des d’uns pocs escons, s’esgarrapin cosetes; d) fer
pedagogia a Espanya perquè ens comprenguin; e) centrar-se en la llengua i en la
cultura com a únic recer; f) fer discursos abrandats per la independència sense
assenyalar com arribar-hi.

López Tena, no; ell assenyala la sortida, amb la llei a la mà. Sobre ell
recauen dos avantatges que poca gent té: que coneix les lleis molt bé, com a
professional que n’és, i que viu dins del poder estatal, com a membre del
Consell General del Poder Judicial. I sap que van a escanyar Catalunya
econòmicament (port, aeroport i trens a Europa). Quan l’escoltes t’adones que
clamar per la justícia, exhibir les nostres nafres o desmentir les mentides
oficials no serveix de res. Sí que serveix buscar la fórmula per poder fer un
referèndum legal -ell l’ha trobada-. I, si aquest es guanyés a favor de la
independència, rebríem una tèbia oposició europea, una histèrica oposició
espanyola i el suport d’Estats Units (que volen Europa com més esmicolada
millor). Si preguntes a López Tena com podem convèncer tanta gent, havent-hi
tants espanyolistes, per guanyar aquest referèndum, et diu, amb un somriure,
que fa tres segles que tenim mentalitat provinciana, que no es tracta de
convèncer tothom, sinó la meitat més un. López Tena, amb Hèctor Bofill,
dirigeix el Cercle d’Estudis Sobiranistes. No és cap casualitat que no sigui un
partit polític.

Notícia publicada al diari AVUI, pàgina 22. Dijous, 20 de març del 2008

 

El paisaje socialista después de la batalla

ANTONIO LAGUNA

Hasta las elecciones generales y nada más. Este era el compromiso
tácitamente adquirido por todos los socialistas valencianos antes de abordar la
reorganización de sus fuerzas. La espera no sólo era necesaria para evitar
distraer al electorado del objetivo prioritario, sino porque los resultados de
estas elecciones generales son, junto con los de las pasadas autonómicas, las
pruebas periciales más destacadas para dictaminar las razones del declive
socialista. Y los datos no dejan lugar a la duda: certifican la enorme solidez
del PP en la CV,
que más allá de los candidatos que presenta o de la coyuntura política en la
que compite, consigue en los últimos cinco años superar con facilidad el 50% de
los votos, mientras la izquierda no hace sino perder posiciones y votos.
La cuestión vital para el futuro del socialismo valenciano es averiguar de
forma certera el porqué de esta situación política. El porqué la otrora
progresista y republicana Valencia es ya un mito, con una ciudadanía que se
posiciona, dentro de la escala ideológica del 10, en el 5,01, mientras la media
nacional lo hace en el 4,64. La cuestión vital es llegar a descubrir si el
cambio político en esta comunidad está en manos de los propios socialistas,
acometiendo los cambios precisos, acertando en la elección de los nuevos
dirigentes y encontrando un nuevo líder que, además de magnífico orador, gran
encantador y perfecto actor, tenga el carisma de los grandes caudillos. O si
por el contrario la solución está más allá del carisma y la telegenia de la
persona que finalmente sea elegida para liderar el partido. Porque el peligro,
tal como van las cosas, es caer en el error de creer que el pueblo socialista,
cual pueblo judío de la Biblia,
sólo puede ser salvado de su suerte por la llegada de un Mesías que discipline
a sus apóstoles y los convierta en magníficos propagandistas de un nuevo
evangelio. Esta comparación, que a algunos se les antojará excesiva, es ya la
forma en que medios de comunicación, pero también no pocos socialistas, están
planteando la cuestión.
Y el problema, tal como han ratificado los últimos resultados, no es sólo qué
personas lideran el partido o encabezan las listas. El problema se llama tener
perfecta noción de cómo entiende el PP el ejercicio del poder, sobre todo en
relación con aquellos mecanismos que operan en la conformación de las opiniones
de los ciudadanos que son, a la postre, la base de los comportamientos
electorales. Apuntemos algunas claves:
1ª. El discurso populista. El populismo, en un partido que se apellida popular,
ha sido algo más que una estrategia discursiva, para llegar a ser la verdadera
estrategia política desde principios de los años noventa. Así, el discurso de
autoafirmación, desarrollado en la etapa de Zaplana a través de la política de
grandes obras, se verá complementado y ampliado en la era Camps como consecuencia
del cambio de gobierno en Madrid con el discurso victimista. Con el primer tipo
de discurso, el triunfalista, el PP construirá una imagen de pueblo valenciano
de acuerdo con sus valores y puntos de vista; un pueblo bueno y trabajador,
amante de España, que antepone la provincia a la idea de comunidad y la Comunitat a la idea de
País Valenciano, esto es, el PP pasaba a ser el partido de la comunidad, el
partido de todos. Por otro, con el discurso victimista, el PP conseguía un
silogismo perfecto basado en el planteamiento de «somos los mejores y si no lo
somos es por culpa de los envidiosos catalanes o de los traidores socialistas»,
todo ello con el fin último de asentar en el imaginario colectivo de los
valencianos el principio de que el PP es único defensor de lo valenciano.
2ª. El voto del corazón. Al ser los valores y los sentimientos una de las
claves determinantes del voto, tal como ha enfatizado el sociólogo alicantino
Antonio Alaminos, estas estrategias comunicativas populistas desarrolladas por
el PP resultan fundamentales. Desde hace una década, las batallas electorales
en la Comunitat
se libran en el terreno de lo que se denominan clivajes identitarios e
ideológicos, muy por encima del llamado voto temático, basado en que el elector
decide de acuerdo con la posición que el partido tiene acerca de una cuestión o
tema de interés. Si recordamos el postelectoral del CIS tras las autonómicas de
2007, la primera razón de voto de los valencianos a un partido es por defender
a la Comunitat,
siendo la última por el candidato que presenta. En otras palabras, se vota a
las siglas antes que al candidato, se vota antes con el corazón -emotivamente-
que con la cabeza -argumentativamente-; se vota al PP por considerarlo el más
valenciano, el que mejor defiende a la Comunitat o el más preparado para gobernar, antes
que por sus candidatos o programa electoral.
3ª. Los medios como transmisores del mensaje popular. Las estrategias
comunicativas del PP son claves para entender los comportamientos electorales de
los valencianos. Y esas estrategias no sólo dependen de la habilidad diseñadora
del mensaje -en las claves emotivas más persuasivas-, sino que dependen de la
calidad, rigurosidad e independencia de los medios de comunicación. Porque el
mayor riesgo de una comunicación persuasiva que necesita apelar a sentimientos
tan ambiguos como la envidia, el odio o el miedo, se basa en manipular y
deformar la realidad sin que se note; se basa en pasar por verdad lo que no lo
es; se basa en presentar que no se hace el trasvase del Júcar al Vinalopó
cuando ya está en marcha el 50%, o que no se construye el AVE cuando todo él
está ya en obras. El mayor riesgo de una comunicación persuasiva como la que
hace el PP está en que el medio de comunicación se olvide de las funciones
sociales que su profesionalidad le exige, esto es, verificar, contrastar e
investigar el rigor del mensaje, sobre todo cuando viene directamente del
gabinete de prensa del partido o de la institución. La construcción de la
opinión pública, de esta forma, se verifica de modo y forma que interesa a
parte. Gracias al control de medios poderosos de comunicación como radios y
televisiones, gracias a las hipotecas que establece sobre medios impresos y
periodistas, el PP ha forjado un círculo de hierro con los medios que le
permite transmutar diariamente la opinión pública en la opinión publicada. O,
lo que es lo mismo, gracias al poderoso aparato de comunicación que posee, el
PP ha conseguido que su discurso, más que partir de la realidad, acabe
construyendo la propia realidad
Conclusiones: alejado de valores identitarios, sin capacidad para variar la
enorme dependencia que los medios tienen con el PP, sin capacidad para alternar
el discurso de la razón con el discurso de la pasión que tanto afecta a las
actitudes electorales del ciudadano, el futuro del socialismo no sólo pasa por
el cambio de personas, o de mensajes, sino también por el derecho a cambiar las
reglas sobre cómo y de qué manera se conforma la opinión pública.
*Historiador de la
Comunicación

Las Fallas o el abuso insoportable

TRINI SIMÓ

El año pasado también escribí sobre estas fiestas
impulsada, como ahora, por la indignación. Y este año, más, mucho más de lo
mismo. No se puede tolerar: la ciudad tomada por falleros, bandas de música,
olor a aceite reutilizado varias veces, ruidos, petardos descontrolados;
suciedad por todas partes; muchas -cada vez más-, calles cortadas por grandes
carpas; enormes fallas que ofrecen poca seguridad; luces y luces y más luces
que no contentos con enfocar a éstas, también adornan las calles en un alarde
de ostentación de consumo eléctrico (en una falla se han contabilizado 600.000
bombillas); e ingentes masas de gente que deambulan por todas partes sin rumbo
fijo: un exceso en todo.
Lejos, muy lejos -no en el tiempo, sino en las mentalidades- queda el estilo de
las otras fallas anteriores, con límite tanto de su número como de sus
proporciones, donde no se buscaba el gigantismo maniaco. Y a partir de ahí,
todo se reducía, tanto para el bien de la fiesta como para el disfrute de los
ciudadanos. Todo era más abarcable: menos calles cortadas (de manera que ningún
barrio quedaba encerrado, y si había algún enfermo, podía ser evacuado con
rapidez), menos fallas, menos paradores en mitad de la calles, más atención a
la intensidad del ruido, mil veces menos alarde de luces y más control sobre
cuándo, a qué hora y a qué edad se podía tirar petardos. Las fallas no buscaban
tanto dejar boquiabierto al personal como el cuidado del trabajo artesanal y el
ingenio y la gracia de figuras y texto. ¿Había accidentes, quemados o heridos?
Desgraciadamente sí -jugar con la pólvora es algo ya, de por sí, peligroso-pero
naturalmente muchos menos que en la actualidad, cuyo número y gravedad son
cuidadosamente silenciados.
Y todo lo que he enumerado hasta aquí tiene además un importantísimo agravante.
Ahora todos sabemos sobre el daño que le estamos produciendo a nuestro planeta
con las emisiones de gases contaminantes fundamentalmente el anhídrido
carbónico, CO2. Desde Kioto (1992) y desde el Informe Stern (2006), ningún
Estado lo niega y muchos de ellos se han decidido por bajar el nivel de las
emisiones de gases contaminantes. Tanto la pirotecnica como la cremación de las
fallas emiten al espacio muchas toneladas de CO2 ¿Somos conscientes de lo que
contaminamos estos días? Me consta que algunos falleros sí y que algunos
ciudadanos también. Pero nuestros políticos, aquellos que en teoría deben de
imponer el orden, establecer límites, velar por el bien de los ciudadanos, ¿han
pensado en ello?
Pero ¿piensan de verdad en el bien público o prefieren actuar con la política
de Nerón: pan y circo? El populismo está a la orden del día y lo uno mezclado
con lo otro puede dar un buen puñado de votos, sobre todo si tras todo ello
está la mano de la Junta
Central Fallera.

Rita ya no es la que era. ¿Será un doble?

 

FERRAN BELDA Yo hay días en que oigo a Rita Barberà desafiar «a Madrid»
o declarar a voz en grito que no va a consentir que el Estado le robe El Saler
(sic) antes de que lo alicate un poquitín más, sólo un poquitín más, por fa, y
me digo:
?¿hasta dónde piensan
llegar nuestros popularistas en su afán por emular a CiU, como ha tenido a bien
reconocer el presidente del PP en Alicante, José Joaquín Ripoll? ¿Hasta
reclamar la independencia, tal vez? Luego la vuelvo a ver haciendo
genuflexiones ante un infante consorte de España y en situación de «cese
temporal» de actividad marital, y me tranquilizo. Pero el susto no me lo quita
nadie. Se lo escribo con total sinceridad: el soponcio no se me va así como
así, porque es que lleva una racha, la alcaldesa de Valencia. Lleva una racha
?que si no fuera porque esa voz, ese empuje y
esa campechanía son inimitables, diría que ésta no es mi Rita, que me la han
cambiado, la han abducido o algo por el estilo. Es imposible que la misma
alcaldesa que día sí, día también saca pecho por Rajoy, por Camps, por Alcaraz
el de la AVT o
por los derechos de la corporación que preside a entrar a saco en El Cabanyal o
en El Saler se arrugue ante los conductores de la EMT y permita que el cap i
casal se quede sin autobuses en Fallas. La que es chula, lo ha de ser en todo
momento. Y si no lo es, es que no es Rita. O, al menos, no es la Rita que la gente cree, que
todo puede ser. Mírenlo de este modo:
?o te preocupan los usuarios del transporte público, ya que estamos
hablando de la mayor huelga de la historia de la EMT, o no te preocupan un ardite. En cuyo caso,
no digas que no vas a tolerar que los viajeros tengan que salir del tren por
las ventanillas en la futura estación provisional del AVE, como ha espetado
nuestra regidora en una de sus últimas bravatas, porque no cuela. Amen de que
demuestras que no te has montado a un tren en años. Qué digo en años. En
décadas. Porque, ¿cuánto hará que dejó de ser peligroso asomarse al exterior
por la sencilla razón de que las ventanillas de todos los trenes son estancas?
¿Treinta años? Veinte, como poco.

¿Por qué nada hace daño al PP?

ALFONSO PUNCEL

 

Porque tienen dinero. Ésa es la primera razón. Tienen dinero y
tienen por tanto expertos que se dedican a pensar estrategias al estilo de los
think thanks estadounidenses (grupos de discusión que diseñan estrategias
políticas y mediáticas). Tienen dinero, tienen el poder y tienen gente pensando
en eso. Y además no tienen ética, ni tabúes políticos y son capaces de absorber
cualquier argumento discursivo, algo que la izquierda no puede hacer.
El PP ha logrado una identificación natural entre su política y la ciudadanía,
por la cual han creado un marco cognitivo (es decir, allí donde la gente acude
para saber si algo es cierto o no al margen de la realidad ojetiva) entre sus
propuestas y el orden natural de las cosas. Eso lo han hecho en esta comunidad
empezando por el nombre y los símbolos, ya que la Comunitat Valenciana
es lo real y legalmente existente frente al País que es una entelequia (entre
otras cosas porque la izquierda cuando pudo empezar a construir el País
renunció a ello). Pero han logrado algo más inatacable y es una identificación
entre un sentimiento de abandono de esta tierra (abandono que viene de lejos) y
de su estrategia política, algo que la izquierda por prudencia, ética y estética
no ha querido hacer.
El valencianismo político situado en la estratosfera intelectual de las
verdades absolutas ha dado la espalda a aquello que más identifica a un pueblo:
sus tradiciones, sus ansias por ser valorado en lo que es y no en lo que
debería ser, en que se valore su futuro y se tengan en cuenta sus necesidades.
El PP ha pescado en un lago tranquilo sin más pescadores.
Y la izquierda, durante años ha tenido como principal preocupación ser
homologable en sus formas y en sus contenidos a las exigencias de un sistema
democrático institucional, abandonando erróneamente ciertas prácticas que
formalmente, aparecían como contradictorias con el ser institucional de un
partido democrático. Y ante el abandono del tejido social se ha dejado el
terreno libre para que el PP tenga un territorio donde seguir pescando votos.
El partido leninista que algunos quisieron montar, partido de masas, lo tienen
ahora en algunos partido de derechas europeo entre ellos Forza Italia de
Berlusconi, la democracia cristina alemana y el PP.
Son capaces de asumir en sus discursos, a la vez y sin solución de continuidad,
la crítica a la política inmigratoria del gobierno y una propuesta de
persecución a los inmigrantes; son capaces de integrar su apoyo a los PAIs,
centrales nucleares, urbanismo salvaje con propuestas de creación de comisiones
para estudiar el cambio climático; son capaces de pedir más dinero al Gobierno
central por el incremento de la población y a la vez rechazar la publicación de
las balnzas fiscales; son capaces de incluir una cláusula Camps en el Estatuto
para que se aplique aquí lo que otras comunidades logren y a la vez criticar
que otras pidan mejoras.
En definitiva, son capaces de integrar en sus discursos cualquier argumento por
un puñado de votos, porque saben qué es lo importante, saben que con ese puñado
de votos después pueden hacer lo que quieran desde las instituciones y su
principal preocupación es mantenerse en el poder. Los de la izquierda no
podemos hacer cualquier cosa por los votos, pero no debemos confundir esos
límites éticos con renunciar a cumplir con nuestra obligación de conseguir el
poder político por vías democráticas convenciendo a la población de que tenemos
la capacidad para pensar y gobernar. Y en última instancia, de que el orden natural
de las cosas en esta tierra es que gobierne una opción de izquierdas.
*Membre de l´executiva d´Iniciativa-PV.


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