Els Papers de Santa Maria de Nassiu

EDUQUEU ELS XIQUETS I NO HAUREU DE CASTIGAR ELS HOMES (PITÀGORES)

2 de juliol de 2007
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El Cardenal Tarancón: un regal de Déu

Aquest és el títol del monogràfic
núm. 40, editat per Saó el passat maig i que acabe de llegir.

Com sabeu aquelles i aquells que em
seguiu habitualment, el dia en què feia 100 anys que aquest sant cardenal havia
vingut al món, li vaig dedicar un post-homenatge per tot allò bo que ens ha
deixar durant la seua vida en aquest món terrenal.

Avui, un
cop llegides les pàgines d?asquest momogràfic, no puc deixar de recomar-ne la
lectura. Per molt motius. Però en destaque un : perquè s?ho mereix En
Vicent Enrique i Tarancon.
Fou tant el que va fer perquè l?Església fóra una
església humana, tolerant, democrática, etc. que no podem deixar-lo sense el
reconeixement de què s?ha fet guanyador.

El monogràfic consta de 38 pàgines.

Una introducció signada pel director
de la revista, Emili Marín.

Cinc articles de diversos homes
d?església que el conegueren i han glossat la seua vàlua. Aquest són: José
Ramón Calpe Saera, Juan José Tamayo, Ramon Echaren Ystúriz, Jordi Bort i Emili
J. Marín. I quatre articles de sengles membres del Consell Valencià de Cultura,
consell del qual fou membre el cardenal : Manuel Bas Carbonell, Vicent Ll.
Montés, Ramir Reig i Emili J. Marín.

P.S.: Us deixe tres articles publicats al LEVANTE-EMV avui al voltant de l’assignatura Educació per a la Ciutadania. Si voleu llegir-los, siguiu més avall. Gràcies.

El bien y el mal
 
 
MIGUEL SOLER
 
  
 

La polémica que ha desatado la nueva materia de Educación para la
ciudadanía es una demostración palpable del grado de manipulación al
que están dispuestos a llegar determinados sectores sociales y
políticos de este país.

En
primer lugar, dado que no pueden cuestionar la inoportunidad de los
contenidos concretos establecidos por el Ministerio de Educación, se
dedican a realizar descalificaciones generales basadas en falsedades
sin ningún tipo de fundamento. Invitaría a que cualquiera de los
dirigentes del PP o a cualquiera de los representantes de la jerarquía
de la Iglesia Católica especificaran algún contenido de esta materia
que entre en contradicción con su concepción de los valores morales que
debemos promover en los ciudadanos de una sociedad democrática.

En
segundo lugar, la lectura comparada del decreto publicado por el
Ministerio de Educación y el borrador de decreto elaborado por la
Generalitat Valenciana también nos depara algunas curiosidades dignas
de señalar. Los objetivos establecidos por el Ministerio de Educación
para la Educación Primaria, se mantienen con pequeñas variaciones de
redacción en el decreto de la Generalitat salvo dos que se suprimen:
«mostrar sensibilidad por las necesidades de las personas y grupos más
desfavorecidos» y «tomar conciencia de la situación del medio ambiente
y desarrollar actitudes de responsabilidad en el cuidado del entorno
próximo». Invitaría, en este caso a nuestro recién reelegido president
de la Generalitat a que explicara los motivos que le han llevado a
suprimir estos objetivos. ¿Tiene miedo el señor Camps de que si los
alumnos toman conciencia de la situación del medio ambiente o se
preocupan por las necesidades de los más desfavorecidos dejarán de
votarle cuando tengan edad para votar? ¿Está de acuerdo el arzobispo de
Valencia, el señor García-Gasco, con la supresión que hace el señor
Camps de uno de los pilares de la doctrina social de la Iglesia como es
mostrar sensibilidad por las necesidades de las personas y los grupos
más desfavorecidos?

En tercer lugar, aportaré algunos datos para
que sepamos el grado de demagogia al que se está llegando en este falso
debate. El Gobierno de España ha establecido las enseñanzas mínimas que
se deben cursar en todas las comunidades autónomas y el horario mínimo
correspondiente. De las 6.040 horas establecidas, en los diez años de
la educación obligatoria, 120 horas (el 1,98% del total) estarán
dedicadas a esta peligrosa materia. Es decir, una media de 12 horas al
año, 1 hora al mes, 2 minutos al día. Es decir, en diez años los
alumnos van a dedicarle el mismo tiempo total a esta materia que
dedican a ver la TV o a chatear en internet en un solo mes.

Además,
para tranquilizar a algunos representantes de la Conferencia Episcopal,
les recordaré que aquellas familias que opten porque sus hijos cursen
enseñanzas de religión católica dispondrán de 485 horas en la educación
obligatoria, es decir, cuatro veces más para aprender el bien que para
aprender el mal.

Seamos serios. Si de verdad estamos preocupados
por fomentar en todos los alumnos los valores de una sociedad
democrática, tendremos que preguntarnos por el papel que en ese ámbito
están jugando las familias, los medios de comunicación, la sociedad en
su conjunto. La Educación para la ciudadanía y los derechos humanos no
se garantiza por impartir o dejar de impartir una determinada materia.
Los maestros de Primaria y el profesorado de Filosofía o de Historia de
Secundaria que la va a impartir no son catequistas doctrinarios, son
profesionales que van a disponer de un espacio de reflexión específico
sobre temas fundamentales en la formación de los alumnos. Espacio que
será útil si al mismo tiempo se actúa en los demás ámbitos. Espacio que
será inútil si, por ejemplo, tenemos que seguir asistiendo a
declaraciones falsas de determinados dirigentes políticos o de algunos
representantes de la jerarquía de la Iglesia Católica. Decir la verdad
no es un valor muy codiciado por algunos en los últimos tiempos, ni
siquiera aunque el octavo de los mandamientos sea: No dirás falso
testimonio, ni mentirás.

*Secretario de Educación del PSPV-PSOE

¿Qué les pasa a los obispos?
 
 
ENRIQUE HERRERAS
 
 
  
 

Qué les pasa a los obispos con la nueva asignatura Educación para la
ciudadanía? Hasta ahora existía la de Ética, que es algo parecido, y
nunca habían dicho esta boca es mía. Incluso la tenían en consideración
cuando era alternativa a la Religión. ¿Qué ocurre ahora para que, por
ejemplo, el arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, diga que «el Estado
no tiene competencia para definir el bien y el mal moral, debe ser
neutral»?

Unas
declaraciones que sólo pueden calificarse, como diría Unamuno, de
perversión intelectual, ya que provienen de quienes se pasan la vida
reivindicando una asignatura obligatoria, la Religión (no Cultura
religiosa), cuyo eje es el adoctrinamiento. No obstante, creo que
habría que llegar al tema de fondo, no sin antes subrayar que los
contenidos de dicha asignatura son fundamentales, incluso para centros
de ideario religioso, porque ningún campo didáctico debiera renunciar a
educar en valores cívicos para la convivencia y en los valores de la
solidaridad o la participación.

El caso es que cuando las
relaciones entre moral religiosa y moral cívica parecía que andaban por
buen camino, en el convencimiento de que existe una ética que puede ser
compartida tanto por creyentes de distintas confesiones religiosas como
por no creyentes, ahora vienen estos obispos que sólo quieren volver a
monopolizar la moral. Y ello después de que, sin ir más lejos, la
declaración de los derechos humanos (ética laica) lleva ya más de medio
siglo en vigor. Lo que en verdad les da miedo a los obispos es que, por
ejemplo, se hable de diferentes tipos de familia; cuando si así se
hiciera, sería desde el mundo laico, sin menoscabar el ideario
religioso que puede perfectamente defender un modelo de familia. En
todo caso, mal casa el amor (Cristo) con la imposición, o que la
supuesta ética cristiana se reconvierta en una ideología, aun ganándose
la animadversión de muchos católicos.

Ante tales posturas,
habría que recordar que, incluso desde la más ortodoxa tradición
católica, se admite que la ley natural resulta accesible a cualquier
hombre deseoso de obrar de forma moralmente adecuada. El cristiano,
como el resto de los mortales, debe pensar en las situaciones éticas
que a cada momento aparecen en la sociedad. Y, por lo visto, aún hay
quien se resiste en plantear (por miedo a perder poder, claro) la
presencia de la moral cristiana dentro de una sociedad democrática y
pluralista.

La correcta interpretación de la moral cristiana es
aquella que asume plenamente y hasta sus últimas consecuencias la
racionalidad ética. ¿Acaso los cristianos no son también ciudadanos, y
no precisan de una ecuación como tales?

Educació per la diversitat
 
 
JOSÉ FCO. DE LAMO
 
  
 
 

El dilluns 18 de juny va fer dos anys de la manifestació de la infàmia,
la que convocà el Fòrum de la Família amb el suport de la Conferència
Episcopal i el Partit Popular per a demanar la perpetuació de la
discriminació cap a lesbianes i gais, oposant-se a la igualtat legal
que suposava l´aprovació, uns dies després, del dret al matrimoni per a
les parelles de lesbianes i gais. En el temps que ha passat des
d´aleshores hem demostrat que aquesta llei era molt més que necessària,
era un deute que la democràcia tenia pendent. Com també ho va ser
l´aprovació de la llei d´identitat de gènere, que és un gran pas
endavant pel reconeixement legal de la identitat de les dones i els
homes transsexuals. Però aquests avanços legals no poden ser un
impediment per a estancar-nos en la igualtat social, eixa que ha
d´abastar tots els àmbits de la nostra vida: el familiar, el laboral,
les amistats, el veïnat, l´educatiu…

I
és precisament en aquest últim on hem de fer un esforç major.
Precisament, els mateixos d´aquella manifestació de la infàmia s´han
tornat a manifestar contra la posada en marxa de l´assignatura Educació
per a la ciutadania. Fins i tot amenacen amb objectar sobre la mateixa,
com ja intentaren fer en el cas del matrimoni entre persones del mateix
sexe. Cal recordar, no obstant, que una de les grans estrelles
d´aquesta estratègia, la jutgessa de Dénia Laura Alabau, ha estat
expedientada pel Consell General del Poder Judicial, tant per la seua
negativa a complir la llei com per denunciar una persecució inexistent.

Davant
els intents d´un sector de la societat de tirar enrere aquest projecte,
que suposa un avanç fonamental en la implicació del sistema educatiu en
la creació d´esperit crític i ciutadà alhora que respectuós amb la
diversitat sexual, racial, nacional o religiosa, les persones que
lluitem per fer de la nostra societat un espai cada dia més lliure hem
de fer-nos sentir. El nostre objectiu d´acabar amb la discriminació cap
a lesbianes, gais, transsexuals i bisexuals ha de passar inexorablement
per intervindre de manera clara i visible a l´ensenyament i quina
millor manera de fer-ho que per llei.

Quines són les raons per
les quals a l´escola i a l´institut es parla de la pau, del medi
ambient, de la interculturalitat, de la igualtat de gènere però no de
diversitat sexual? Quines són les raons per les quals lesbianes, gais,
transsexuals i bisexuals hem de ser invisibles a les aules? Per què
s´amaguen les raons de molts casos d´assetjament quan venen motivats
per orientació sexual o identitat de gènere? Per què lesbianes, gais,
transsexuals i bisexuals infants i adolescents hem de continuar patint
el silenci quan no l´insult? Per què lesbianes, gais, transsexuals i
bisexuals hem d´amagar-nos com a pares i mares i ficar als nostres
fills i filles en el nostre armari? Per què el professorat lèsbic, gai,
transsexual i bisexual no pot ser un referent per a mostrar la
diversitat sexual al seu centre?

Respondre amb claredat i
valentia a totes aquestes qüestions i donar-les respostes és una tasca
que tenim pendent i que volem posar damunt la taula. L´excusa del debat
sobre l´assignatura d´Educació per a la ciutadania ha de servir-nos per
a deixar de mirar cap a un altre costat i ubicar dins les nostres
prioritats la reivindicació d´un sistema educatiu que reculla de manera
oberta i sense complexos la realitat de lesbianes, gais, transsexuals i
bisexuals. Les dades que coneixem d´informes realitzats sobre la
situació de les minories sexuals en aquest àmbit no són gens
optimistes. L´escola i l´institut no són llocs segurs per a lesbianes,
gais, transsexuals i bisexuals. Ens sentim contínuament agredits i
continuem tindre por a parlar perquè ningú parla de nosaltres si no és
per a insultar-nos. Conquerir les aules, estar presents en el discurs
que en elles es construeix, obrir-les al coneixement de les
sexualitats, de totes, és fonamental.

La Conselleria
d´Educació sembla que ha decidit tot el contrari, mantindre´ns en la
inexistència, com ho demostra l´esborrany de continguts de
l´assignatura Educació per a la ciutadania, on esborra la nostra
presència respecte a la proposta, ja molt curta, del Ministeri. Davant
aquest nou intent de contribuir a la perpetuació de l´homofòbia i la
transfòbia encoratgem a tothom a lluitar per una educació pública,
laica i de qualitat, una educació que visibilitze la diversitat sexual.
És per això que enguany l´Orgull lèsbic, gai, transsexual i bisexual al
País Valencià ha tingut com a eix central aquesta reivindicació:
després de la igualtat legal, ara, la igualtat a l´educació.

*Secretari d´Organització del Col·lectiu Lambda de lesbianes, gais, transsexuals i bisexuals.

[www.lambdavalencia.org]


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