Els Papers de Santa Maria de Nassiu

EDUQUEU ELS XIQUETS I NO HAUREU DE CASTIGAR ELS HOMES (PITÀGORES)

30 de gener de 2010
7 comentaris

“¿Està Dios en Haití?”, per Juan A. Estrada (Diario de Sevilla)

“Hay que ayudar a Dios para que
se haga presente en Haití”

¿Está Dios en Haití?

“No paró la cruz en el Gólgota; no intervino en
Auschwitz; no es el Dios relojero de Newton”

Juan A. Estrada,
23 de enero de
2010 a
las 09:55

 

Desde la perspectiva científica el terremoto
tiene una doble explicación. Por un lado, una zona sísmica, siempre amenazada
por terremotos y maremotos, que se suceden con frecuencia. Por otra, que se ha
practicado una deforestación masiva del país, que contrasta con la superficie
de
la República
Dominicana
, la otra parte de la isla.

Además se ha dado una sobreexplotación del suelo,
un agotamiento de los recursos naturales, en parte por empresas que han sido
pan para hoy y hambre para mañana, y una fuerte explosión demográfica bajo
gobiernos corruptos y dictatoriales, como los Duvalier, cuyo heredero se gasta
hoy su fortuna en Francia.

Cuando el terremoto llegó casi todo se vino abajo,
incluido el centro histórico y las instalaciones estatales. Pero el barrio
rico y moderno de Pétion Ville, en Puerto Príncipe, apenas ha sufrido daños.
Es una isla segura, sólida y bien librada del azote natural.

La conclusión es evidente: con otra política y
gobierno, otra distribución de la riqueza y otro tipo de construcciones se
hubiera amortiguado mucho la violencia de la naturaleza en el país más
pobre de América.

Antes que preguntarse por Dios, ¿por qué permite
esto?, hay que preguntar al hombre ¿cómo consentimos que tantos seres humanos
vivan en la miseria, indefensos ante la naturaleza?
La tragedia de Haití sigue al tsunami de Indonesia y
vendrán muchos más, porque tres cuartas partes de la humanidad viven en la
pobreza, sin medios para controlar la naturaleza. Tenemos los recursos técnicos
y materiales para reducir al mínimo estos desastres, pero la distribución
internacional de la riqueza los invalida.

¿Y dónde está Dios? Seguimos esperando milagros divinos que cambien el curso de la
naturaleza; apelamos a
la
Providencia
para que intervenga en las catástrofes naturales;
rezamos y pedimos prodigios y señales. Y Dios guarda silencio y no actúa como
esperamos. No aprendemos de la historia. No paró la cruz en el Gólgota; no
intervino para evitar Auschwitz; no es el Dios relojero de Newton, que
ajusta el reloj natural de vez en cuando; no modifica las leyes de la creación,
descubiertas por la ciencia.

El hombre y el universo son obra de un creador que
respeta la libertad humana y el dinamismo de la naturaleza
. Si buscamos al Dios milagrero, siempre a la escucha
de los deseos del hombre, busquémoslo en otra religión, no en la del Dios
crucificado. Es inconcebible que los cristianos sigamos esperando
intervenciones prodigiosas, como en tiempos de Jesús, sin asumir la mayoría de
edad del hombre y la autonomía del universo, cuyas leyes conocemos mejor y cada
vez más.

En cambio, encontraremos a Dios, si lo buscamos
identificándose con las víctimas y llamando a los hombres de buena voluntad
a la solidaridad y la justicia; si esperamos que Dios nos inquiete, nos
provoque y nos llame a colaborar de mil maneras para mitigar el dolor en Haití;
si creemos que Dios no es neutral y que el contraste entre el gran mundo pobre
y la minoría de países ricos clama al cielo.

Hay que ayudar a Dios para que se haga presente en
Haití
, porque necesita de los
hombres para que llegue ahí el progreso y la justicia. Los muertos y refugiados
de la catástrofe tienen hambre de justicia, la de las bienaventuranzas, y Dios
necesita testigos suyos para hacerse presente.

Nadie puede hablar en nombre de las víctimas sin
experimentar sus sufrimientos ni padecer su forma de vida, sólo hacernos
presentes a ellos. El protagonismo corresponde al ser humano: Dios es autor de
la historia, en cuanto inspira, motiva y envía para la solidaridad y la
justicia. El Dios cristiano no es la divinidad griega que siente celos del
hombre y castiga a Prometeo, sino el que se enorgullece de la capacidad para
generar vida con la ciencia y el progreso, sólo exigiendo que los recursos
naturales se pongan al servicio de todos.

Hay que actuar como “si Dios no existiera”
y todo dependiera de nosotros
,
universalizar la solidaridad y cambiar las estructuras internacionales que
condenan a pueblos enteros a la miseria. Desde ahí podemos esperarlo todo de
Dios y pedirle que fortalezca, inspire y motive a los que luchan por un mundo más
justo y solidario.

Dentro de pocos meses Haití será un mero recuerdo,
excepto para los que siguen allí, y los habremos olvidado, como a Indonesia o
las hambrunas del África subsahariana. La gran tragedia del siglo XXI es
la de una humanidad que tiene recursos para acabar con el hambre y mitigar las
catástrofes naturales, pero prefiere emplearlos en armamento, para defenderse
de los pobres; en policías, para evitar que lleguen a nuestras islas de riqueza
y en los despilfarros consumistas de una minoría de países.

Del mal de Haití somos todos responsables y la
solidaridad no puede quedarse en el acontecimiento puntual, aunque sea
necesaria, sino que exige otra forma de vida.

Juan Antonio Estrada en Diario de Sevilla


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  1. En el supost dels que despilfarrem només sigam nosaltres?

    La solució passa per fer que ells també puguen despilfarrar encara molt més?

  2. Soldats americans matant i disparant trets contra els haitians.

    No sé si Déu està o vòl estar en Haití, però pel que s’ha vist, es veu i per si de cas, sembla que valdria més que hi estiguera abans que res.

  3. Un dia ho vaig escriure més llargament però el resum és que Déu està on ha estat sempre:”exclusivament en el cap d’algunes persones”.

  4. No sé quina vinculació té este blog amb l’esglèsia ni amb déu, però en sóc lectora ocasional i sovint tracta temes relacionats amb la religió cristiana catòlica i apostòlica. Encara que no el conec, no tinc el gust, considere a “valldalbaidi” una persona inteligent i, amb tots es meus respectes, no he comprés mai com inteligència i fe poden anar juntes. 
    Com es pot creure en algún déu? d’existir-ne  algún, no seria, com a mínim i per no deixar escrits insults més ofensius, menyspreable?

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