25 de setembre de 2015
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29. ¿Pere… o manzana?

Pere se marchó a estudiar en Madrid persiguiendo su sueño de estar cerca de los aviones. 18 años, un niño, una maleta cargada de ilusión y dejando atrás familia, amigos y orígenes.

Catalán en Madrid, ¡qué duro sería! y qué duro fue lidiar con esa mentalidad cerrada y burda de esa España atrasada e ignorante que ve al diferente como un peligro en lugar de como una oportunidad. “Me llamo PERE, no Pedro… PERE.”, “¿Pere,… o manzana?”, “Este es Pere, el catalán”, “Te estás bebiendo 150 pelas con esta Cocacola”, “Pere, catalán, español aunque le joda”. Dudo de que él se quedara atrás y seguro que replicó con la misma contundencia… y con los mismos tópicos que en Catalunya hemos aprendido de esa España inculta donde se rinde pleitesía al fútbol, la monarquía y los toreros.

Por suerte, pasado el choque de los tópicos descubrió que detrás de éstos, los matices eran más grandes que los prejuicios. Hizo amigos, de los mejores, de todas partes de España sin importar de dónde, de los que valen, de los que no importa lo lejos que están, de los que vinieron a acompañarle en su último despegue. Y aprendió que viajando se curan muchos males, casi todos, especialmente los que hablan de los demás, cuando descubres lejos de tu ombligo que el mundo es mucho más ancho y largo de lo que te han contado.

Entonces miras atrás, de donde vienes, y llegas a avergonzarte de haber creído algunos dogmas, y descubres muchas incoherencias, y te das cuenta de que la Historia está hecha de historias, no una sola, no la tuya ni la de tus padres, ni la que te hayan contado, que la diversidad es riqueza, que en Catalunya hay cosas que detestas, que Sabina es un básico, que el Atlético de Madrid pone más carne y corazón en el campo, que Unamuno te vence convenciendo, y que el jamón extremeño, la gastronomía del norte o las fiestas del sur, las querrías como tuyas.

Conociendo las personas que hay detrás de los tópicos te das cuenta que en todos sitios cuecen habas, que en todas partes hay corruptos y que las élites no conceden una migaja ni aquí, ni allí ni más allá, que tienes más en común con el hijo de un minero asturiano o un campesino andaluz que con el pijo que lleva un BMW con el CAT en la matrícula.

Y aun manteniéndolas, se atemperan las consignas, los ideales de máximos, los sueños de un solo color… para creer que el problema no es de bandera sino de clase, que no es de tópicos sino de ignorancia, que no es de lengua sino de leer más.

Pere volvió de Madrid porque un AMIGO DE MADRID le señaló el cielo y le recordó que su sueño estaba allí, por lejano que pareciera. Estoy seguro César, de que cada vez que cogía los mandos de un avión pensaba en ese consejo y te daba las gracias por él.

Entonces, viajar se convirtió en su trabajo, y viajó por todo el planeta, más y más, sin parar, engullendo mundo, conociendo gente, descubriendo rincones, aprendiendo cosas, siempre aprendiendo.

Y viajando más y más, con la racionalidad de la distancia, moderas tus sentimientos irracionales para con tus raíces, cuando eres capaz de juzgar tu propia gente y señalar las manzanas podridas, cuando has sumado otras tradiciones a tus propias costumbres, cuando has leído y escuchado más historias que la que te habían contado… entonces, un poco apátrida y queriendo ser de muchos sitios ves las cosas con un cristal más claro, sin la suciedad de los prejuicios, sin que los tópicos lo empañen.

Y Pere, viendo lo que ocurría en Catalunya y España estos últimos años a través de ese cristal un tanto distante con el que se lo miraba todo, como muchos otros que habían tendido puentes al otro lado, mutó su deseo emocional y adolescente de independencia nacional, cambiándolo por una necesidad imperiosa de quitarnos el peso de encima de un estado sin unas mínimas cuotas de respeto y aprecio. Esto no va de dinero ni de ataduras de pasado, viejas historias ni antiguas riñas, sino de ilusiones para el futuro, de planes para mañana, de sueños por cumplir en un país mejor, del que nos podamos sentir orgullosos y en el que no tengamos que pedir permiso ni perdón por ser como somos. La independencia de Catalunya no tiene nada que ver con los españoles, sino con los deseos de libertad, consciente y responsable, de los catalanes.

Sin odio ni rencor, pero estamos convencidos de que no es normal que una lengua hablada por millones de personas no sea oficial en Europa porque nuestro propio gobierno lo vete, que no es normal que la protesta pacífica y la resistencia pasiva sean delito por orden de un ministro que ha otorgado una medalla honorífica a una Virgen, que no es normal querer hacer un corredor ferroviario por Huesca (hay que hacer un túnel y convencer a los franceses de que lo hagan) y en cambio boicotear el corredor Mediterráneo, que no es normal que se “cepillen” (Alfonso Guerra dixit) un estatuto aprobado por un parlamento y luego recojan firmas para anularlo, y no contentos con eso, que celebren que el TC lo haya recortado aun más, que no es normal que los obispos participen en la redacción de leyes sobre sexualidad, aborto y homosexualidad, ni más ni menos, que no es normal que un trasvase de agua en el Ebro desaconsejado por los científicos se tenga que hacer “por huevos” (PP dixit), que no es normal que el AVE a BCN (segunda ciudad más importante del estado y conexión directa con Francia) llegue 15 años después que el primero de España, que no es normal que salga un millón de personas a la calle y se diga que son “algarabías” (Rajoy dixit), que no es normal que se quiten “estelades” de los estadios por incitar a la violencia y se permitan esvásticas en otras aficiones, que no es normal que en los últimos años la Patum y los Castellers han sido declarados Patrimonio de la Humanidad y el gobierno español ni siquiera lo haya comentado y en cambio se reciba a futbolistas evasores fiscales cómo héroes nacionales, este es el nivel, que no es normal que nos llamen ladrones y nos digan que Extremadura cumple con el fisco y Catalunya tiene que pedir dinero cuando incluso las balanzas fiscales del propio gobierno lo desmienten, que no es normal que en España no se pueda preguntar en el CIS sobre la monarquía, que no es normal que la ley catalana contra la pobreza energética se recurra al TC y éste la suspenda para luego querer implantarla en la comunidad de Madrid, que no es normal que se diga que el castellano está en peligro cuando las notas medias de los estudiantes catalanes en esa lengua supera la media del estado, que no es normal que el presidente de un país que se dice de los grandes de Europa no hable inglés, que no es normal que vengan líderes centralistas a recordar los orígenes de esos que tuvieron que marchar de casa para poder salir de la miseria (alguno le va a pedir el voto a un joven científico exiliado porque aquí se subvencionan los toros en lugar de la ciencia?), que no es normal que se hable de convivencia en peligro cuando salimos dos millones de personas a la calle y no se quema una sola papelera, que no es normal enjuiciar los que pitan un himno y no preguntarse por qué lo pitan, que no es normal que una presidenta autonómica nos llame franquistas ignorando el precio que pagó el catalanismo en guerra, posguerra y dictadura, que no es normal que generales retirados del ejército pidan que éste intervenga en Catalunya y NADIE en España levante la voz en contra, que no es normal que se nos compare con el nazismo y el fascismo en televisiones y medios públicos y privados, día sí y día también (a menudo mañana y tarde) y NADIE en España lo denuncie, que no es normal que se amenace con los bancos, el “corralito”, la ciudadanía europea, las pensiones… para luego tener que rectificar al cabo de unos días intentando aguantar la mentira hasta el lunes 28 cuando ya se haya votado, como pretendían hacer con el 11M, que no es normal que reduzcan un sentimiento de millones de personas a la locura de un político que fue el último en apuntarse al carro porque sino se quedaba por el camino (Artur Mas pronunció la palabra “independencia” en el 2014 cuando el pueblo ya la reclamó en el 2012 y la izquierda independentista ha pagado un alto precio en juicios, torturas -reconocidas por tribunales europeos- y condenas políticas y de prisión por ello), que no es normal que el partido con mayoría absoluta en España quiera imponer su ideología a toda costa en un territorio donde es minoritario, sino residual, que no es normal que se amenace a los que quieren votar con prisión y no haya NINGÚN demócrata al otro lado que rompa una lanza por la democracia y la libertad, incluso la de equivocarse! …

Pere siempre había querido la independencia, primero con la ferocidad del adolescente, por la confrontación misma en nuestro pueblo del área metropolitana, donde los catalanohablantes éramos minoría y como “catalufos” teníamos que callar y correr, luego con la moderación de saber que en tu bosque hay muchos árboles enfermos, queriéndola pero sin urgencias, y finalmente, con la convicción de que la independencia ya no es un deseo, sino una necesidad.

No votamos contra vosotros, votamos por nosotros. No renunciaremos a aquéllo que nos une, no cortaremos los lazos de amistad ni de amor, de afecto ni de agradecimiento. Pero sí queremos sacarnos la pesada losa que supone un Estado que no nos respeta, que nos ataca para ganar votos, que pretende poner puertas al campo de la libertad, que usa las mentiras más innobles para dar miedo y que solo es capaz de cohesionarse desde la amenaza, el desprecio, la soberbia y el autoritarismo.

Pere os lo habría explicado y aun no compartiéndolo, sé que lo habríais respetado.

Es la hora de GOBERNARNOS, como pueblo y como ciudadanos, nunca más súbditos.

Respetaremos el resultado, aun cuando no nos guste, os pido que al otro lado, fomentéis el respeto por nuestra voluntad si sale lo que quería Pere.

El camino es largo, y seguiremos caminando cerca porque para él, como para nosotros en su ausencia, es un placer hacer camino con vosotros, sea donde sea que nos lleven nuestros pasos.

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