Tomeu Carrió

Viure la història

2 de novembre de 2019
0 comentaris

L’assassinat d’Antoni Mesquida Sansó, el sen Cota, al Pla de Sant Jordi (Mallorca, 1903). Segona part. Documents de La Almudaina (4)

La primera sessió del judici a l’Audiència de Palma

En aquest article reproduïm primer el que diu La Almudaina de 5 de juliol de 1904 per a passar després a resumir-lo o explicar-lo i, a partir dels mateixos testimonis del judici, mirar de cercar hipòtesis del que podria haver passat així com també de com era el poble de Sant Jordi. Un Pla de Sant Jordi amb problemes diferents d’ara, segons com amb menys comunicacions i segons com amb més (ja en parlarem en un altre moment) i també semblants: robatoris a foravila sobretot, embassament de les aigües, etc.

Hem de repetir que el text en castellà és l’original sense correccions nostres. D’altra banda, és de constar que de les persones que surten anomenades n’hi ha amb el tractament de “Don”, les que tenen càrrecs o estudis, i les altres sense cap tractament.

Diari La Almudaina de Palma d’aquell dia.

La Almudaina, 5 de juliol de 1904, p. 2.

Audiencia
El crimen del Pla de Sant Jordi

Causa por Jurados

Despues del relato que tenemos publicado del hecho que ha motivado la causa que va á verse, pocas cosas hemos de añadir.

La importancia del asunto fué mas que suficiente para que el público acudiera ayer á la Audiencia y llenara por completo la vasta sala donde se celebraba el juicio.

El tribunal de Derecho

A las diez y tres cuartos quedó constituído el tribunal compuesto del Presidente de la sala don Manuel Mendo de Figueroa y los Magistrados don Rosendo Martín y don José García de Lara, actuando de ponente este último.

El Jurado

Ante todo á presencia de los procesados se procedió al sorteo de los señores que debían formar el tribunal del Jurado, resultando designados los siguientes: Don Antonio Bisañez, don Miguel Oliver Rotger, don Sebastián Sampol Roig, don Juan Amorós Oliver, don Melchor Rotger, don Vicente Terrassa, don Juan Rubí Tomás, don Luís Barbará, don José Piña Valentí, don Francisco de Paula Arias, don Miguel Pomar, don Nicasio Palmer y los suplentes don Miguel Cañellas y don Juan Ankerman Riera.

Los procesados

Como saben nuestros lectores, despues de las muchas actuaciones llevadas á cabo por el juzgado de Instrucción del partido de esta ciudad para el esclarecimiento del hecho, se hallan procesados en esta causa como presuntos autores del delito Lorenzo Sastre Mascaró y Miguel Servera Garau (a) de Cas Coronell.

El primero tiene 55 años de edad, casado, natural y vecino de Sant Jordi; es de estatura regular y de mirada viva.

El segundo ó sea el Servera es soltero, de 25 años de edad, y natural del espresado caserío; de estatura alta y de aspecto agradable. Ambos gozaban de buena reputación entre los vecinos, siendo esta la primera vez que se ven procesados.

Acusación y defensas

El ministerio público está representado por el Teniente Fiscal don Carlos de la Quintana, quien en sus conclusiones provisionales relata el hecho como llevamos publicado, añadiendo que al interfecto se le apreciaron 2 heridas incisas en el esternón, seccionando la articulación de la quinta costilla derecha, penetrante en el pecho y otra también incisa de diez centímetros de longitud en el mesogastrio y el vacío izquierdo, penetrante con salida de los intestinos i del estómago.

Califica el delito de homicidio con las agravantes de premeditación y nocturnidad y considera como autores á los dos procesados.

La defensa del Servera corre á cargo del abogado don Miguel Rosselló y Alemañy y la del Sastre, á cargo del abogado don Manuel Fiol.

Ambos se muestran conformes en cuanto al hallazgo del cadáver pero niegan en absoluto que sus respectivos patrocinados tengan la menor participación en la consumación del delito que se persigue.

Pruebas

Abierta la sesión por el señor Presidente, y leidas por el Secretario don Pedro Andreu las conclusiones formuladas por las partes, empezó el periodo de pruebas.

Examen de los procesados

Lorenzo Sastre Mascaró.- A preguntas del señor Fiscal, dice que desde hace años cultiva el predio Can Choroy procedente de su madre; que desde hace 34 años tiene dicha finca una servidumbre de paso á favor de un predio del interfecto Antonio Mesquida; que dicha servidumbre se señaló a consecuencia de haberla así reclamado el Mesquida; que el procesado reconoció dicha servidumbre al entrar á poseer de la finca [sic].

Negó que se haya quejado nunca de las molestias de dicha servidumbre.

Dice que el dia 25 de Julio último, de regreso del pueblo de Algaida, llegó a su casa á las nueve de la mañana, que almorzó y se fué á dormir; que á las doce se levantó trasladándose al caserío del Coll d’en Rebassa á buscar una herramienta (escodra), que en dicho caserío encontró a don Juan Rotger, quien le anunció que le habían remitido una carta para que su hijo fuera á hablar con el abogado que le llevaba un asunto.

Que se dirigió á una taberna denominada Can Bolero preguntando al dueño si tenía la carta de referencia, y que al salir encontró á dos hombres llamados uno Bartolomé Roca y el otro denominado el Forné con quienes habló un rato, y que después se dirigió á su casa retirándose á descansar.

Negó que aquella noche volviera á salir de su casa, ni que se reuniera con el Miguel Cervera y fuesen ambos á esperar al Mesquida y lo mataran.

Negó también que á cosa de las doce de la noche espresada se situara en el camino que conduce al Cementerio y que amenazara con una piedra á un hombre que se le acercó obligándole á que le dejara solo.

A preguntas de la defensa dice que al ocurrir el hecho hacía ya mas de 30 años que el Mesquida usaba de la servidumbre de paso que tenía en su finca sin que se disgustaran nunca.

Dice que tuvo cuestiones con un tal Padasé por haberle arrendado un huerto y al final no quería levantar unos moniatos que tenía sembrados á pesar de haber terminado el arriendo.

A preguntas de la defensa del Servera, dijo que cuando se le detuvo á el ya se habían hecho averiguaciones en contra de un hijo del Sastre.

Dijo que se enteró del hecho por su mujer, que se lo dijo á su regreso de misa y que entonces se dirijió al lugar de la ocurrencia donde permaneció hasta el cadaver fué trasladado al Cementerio.

Reiteró que siempre estuvo en buenas relaciones con el interfecto, á pesar del interdicto que contra él había interpuesto.

Miguel Servera Garau.- Dijo que sabe que su padre sostuvo un pleito con el Mesquida, pero ignora lo que le costó.

Añadió que la mañana del día 25 regresó á su casa desde Algaida á las nueve de la mañana, que una hora después se acostó levantándose á las dos, que comió, volviéndose después á acostar hasta las cinco que se levantó de nuevo marchándose á galantear; que estuvo con la novia hasta las ocho y media, marchándose después á la taverna de Can Bolero de donde salió á las diez y cuarto.

Afirmó que durante una hora en que permaneció en la taberna de Can Bolero no vió al Mesquida.

Que desde la taberna de Can Bolero se dirigió á otra taberna y desde esta á su casa, sin que por el camino escontrara á nadie.

Negó que en la noche de autos se uniera con el Sastre para esperar al Mesquida ni que se colocara en el camino para esperar y matar al Antonio Mesquida.

A preguntas de su defensor, dijo que en la tarde del 24 de Julio se fué á Algaida para asistir á la verbena de la fiesta que en honor de San Jaime debía celebrarse el día siguiente en dicha villa y que la noche de autos no llevaba reloj, ignorando por lo tanto la hora en que se encontraba.

Dijo que se enteró de la noticia del crimen por una vecina llamada Sa Felanichera y que al poco rato se marchó al lugar de la ocurrencia, donde permaneció hasta que se ordenó el levantamiento del cadáver.

Afirmó que se saludó siempre con el interfecto y que al entrar, en la noche de autos, en la taberna de Can Bolero, había muchos otros concurrentes.

A preguntas de la defensa del Sastre, dijo que á veces jugaba con el interfecto á juegos lícitos á presencia de los demás concurrentes.

Añadió, que si bien era amigo del Sastre, raras veces iban juntos por ser de más edad y acostumbrar hacerlo con los jóvenes de su edad.

Testigos

Don Jerónimo Pou.- Dijo que fué abogado defensor de Antonio Mesquida en un interdicto contra Miguel Cervera, por haber interceptado éste una servidumbre de paso que el Mesquida tenia en una finca del Sastre; que para solucionar el asunto el abogado del Sastre había solicitado una entrevista que se había fijado para el sábado día 25 pero que después se prolongó para el 27 á instancia del abogado defensor del Sastre y que en este espacio del 25 al 27 fué asesinado su cliente.

Dijo que al intervenir en el litigio observó que ambos litigantes estaban enemistados, pero que el Mesquida era el que se mostraba más intransigente.

Juan Amengual, guardia municipal del caserío del Pla de Sant Jordi, dijo que se enteró del hecho por el vecino Miguel Llinás, y que inmediatamente tomó las medidas procedentes para dejar asegurado el cadáver, trasladándose después á Palma donde puso el hecho en conocimiento de sus superiores.

Añadió que practicó averiguaciones para el descubrimiento del hecho que no dieron resultado.

Afirmó que tuvo noticia, por haberlo dicho un tal Vicente Barceló, que el interfecto pocos momentos antes de morir nombraba al Choroy y á los Coronells, si bien el Barceló unas veces lo ha negado y otras lo ha afirmado.

A preguntas de la defensa del Servera, dijo que había oido decir que el Barceló sabía algo de lo dicho por conducto de las hijas de Mesquida, pero que al interrogar al Barceló jamás pudo obtener ninguna declaración afirmativa.

Afirmó á preguntas de la defensa del Sastre, que los procesados son de buena conducta y que en cambio el interfecto era de caracter pendenciero, si bien no había tenido nunca que reprenderle por haber promovido escándalo.

Jaime Sastre.- Dijo que se enteró de la muerte del Mesquida por haberle llamado, para que fuera á custodiar el cadáver; que durante la custodia dos muchachos encontraron el cuchillo que obra en autos y que reconoció al presentárselo.

Dijo que ignora quienes fueron los autores del hecho.

A preguntas de la defensa del Cervera dijo que un tal Gallet le manifestó que en la madrugada del domingo había visto á un hombre que atravesaba el camino que conduce á San Juan, que iba mal arropado y con manchas de sangre en las ropas y que el Gallet no solo se lo dijo á el si no á otras personas.

Jaime Monserrat.- Dijo que era hijo político del interfecto; que se enteró de la muerte de su suegro por una prima de su mujer.

Dijo que hizo investigaciones para descubrir á los autores del hecho y que á este objeto interrogó á un tal Vicente Barceló, quien, después de algunos días de ocurrir el hecho, le dijo que había oido rumores de que en la noche de autos se había oido una voz que decía «las mort» á lo que le contestó otra voz «me pareix que li basta, ja li porem estrenye».

Que cuando le dijo dichas palabras el Barceló, estaba presente un tal Juan del Can Blanch.

A preguntas de la defensa, dijo al interrogador al Barceló que estaban éste, el Juan y el testigo juntos.

Negó que hiciera amenazas ni que ofreciera dinero al Barceló.

Dijo que al morir el interfecto vivía en buenas relaciones con la familia.

Negó que su suegro hubiera reñido nunca con nadie, afirmando empero que estaba enemistado con el Coronell.

Que no hizo averiguaciones para encontrar 20 duros que se decía llevaba encima su suegro, ni que encontrara pañuelo alguno por las inmediciones del punto donde se encontró el cadáver.

Catalina Vich, viuda del interfecto, no dió ninguna luz en su declaración.

Dijo que cuando su marido salía de casa se llevaba todo el dinero, á consecuencia de los frecuentes robos que se hacian por aquellos alrededores.

Afirmó que su marido solía retirarse ordinariamente á su casa de las doce á la una de la madrugada.

Jaime Garau.- Dijo que en la mañana del 26 de Julio del año último fué a ver un cadaver que había en el camino que desde el Pla de Sant Jordi conduce al cementerio de dicho caserío y que en aquellos alrededores encontró el cuchillo que obra en autos y que reconoció.

Esplicó la forma como encontró el cuchillo, afirmando que estaba bañado en sangre.

Don Jaime Rosselló.- Explicó los distintos pleitos llevados entre las familias del Coronell y del Cota, corroborando lo dicho por don Jerónimo Pou, afirmando que jamas observó que el Cervera tuviera animosidad contra el Cota.

Antonia [sembla acabat en «a»] Cantallops.- Dijo que á las dos de la madrugada del día de autos vió pasar al Cota por su casa, sin poder precisar á donde se dirijía.

Afirmó que iba completamente tranquilo.

A preguntas de la defensa dijo que lo conoció, gracias á la noche clara que hacía.

En vista de la [sic] avanzado de la hora, el señor Presidente suspendió la sesión para continuarla esta mañana á las diez y media.

 

Repàs del que es digué en aquella primera sessió del judici

—L’article està publicat el dimarts 5 de juliol de 1904 i es refereix al dia anterior.
Ple complet de públic a la “vasta” sala del judici a l’Audiència.
—Tres membres del tribunal i tots semblen d’origen peninsular.
—Sorteig del tribunal del jurat: dotze membres i dos suplents.
Processats. Xoroll: Llorenç Sastre Mascaró, 55 anys, estatura regular i de mirada viva, casat. Coronell: Miquel Servera Garau, 25 anys, estatura alta i d’aspecte agradable, fadrí, era fill de Miquel Servera Janer —el primer detingut—. Bona reputació d’ambdós entre els veïnats, i processats per primera vegada.
Fiscal. També d’origen peninsular. Conclusions provisionals. Tipus de ferides a l’interfecte. Qualificació d’homicidi amb els agreujants de premeditació i nocturnitat. Considera com a autors els dos processats.
Respectives defenses. Conformes amb els fets però neguen que els acusats hi tenguessin res a veure.
Secretari del judici. Lectura de les conclusions de les parts i comença període de proves.
Processat Llorenç Sastre Mascaró. Contesta les preguntes del fiscal sobre problemes amb en Mesquida, que no s’havia queixat mai i que el dia 25 tornà a les 9 del matí d’Algaida. Coses que feu —coartades—: Anada al Coll d’en Rabassa a les 12 del matí d’aquell dia, després de dormir unes hores, per a anar a cercar una escodra [DCVB: escoda. Instrument semblant a un martell gros, amb punta a cada cap del ferro, que els picapedrers, cantoners i paletes empren per a picar la pedra]. Carta de l’advocat per problema amb l’interfecte que anà a cercar a la taverna de Can Bolero i que al sortir parlà amb dos homes i se’n tornà a casa. Negà que a les 12 de la nit fos al camí del Cementiri i amenaçàs ningú amb una pedra. Que tengué, trenta anys enrera, un problema de servitud de pas amb en Mesquida però que no hi estava barallat. Sabé de l’assassinat per la seva dona que havia tornat de missa i per això anà al lloc dels fets. Reiterà que tenia bones relacions amb el sen Cota, Antoni Mesquida, a pesar de l’interdicte. Per part nostra pensam que el tema de la reunió amb un advocat podria ser important, tot i que la carta esmentada era per al seu fill.
Processat Miquel Servera Garau. Sabia del plet de son pare amb en Mesquida. Tornà de les festes d’Algaida el matí del dissabte dia 25. Exposà les coartades d’aquell dia. Entre altres coses, anà a festejar l’horabaixa i després a Can Bolero i a una altra taverna. No es va reunir aquella nit amb en Sastre. No duia rellotge i no sabia l’hora en què es trobava. Va saber la notícia de l’assassinat per una veïnada, sa Felanitxera. Va anar al lloc dels fets i hi fou fins que s’aixecà el cadàver. Sempre se saludà amb en Mesquida i de vegades jugava amb ell a jocs lícits davant tothom. Per la diferència d’edat amb en Llorenç Sastre no solien anar junts.
Jeroni Pou. Havia estat advocat d’en Mesquida en un interdicte contra en Servera per intercepció d’aquest d’una servitud de pas que tenia a una finca d’en Sastre. L’advocat d’en Sastre havia sol·licitat entrevista fixada per al dissabte dia 25 i després passada al dilluns 27. El seu client Mesquida, dins aquest espai de temps, fou assassinat. Observà que els litigants estaven enemistats i en Mesquida es mostrava més intransigent. Jeroni Pou Magraner estava casat amb Maria Anna Bonafè, propietària que era o que fou després, de l’aleshores possessió de Son Ferriol. Era republicà i regidor de Palma entre 1897 i 1905.
Joan Amengual. El municipal del «caserío del Pla de Sant Jordi». Ho va saber per Miquel Llinàs. També va fer indagacions que no donaren cap resultat. Va saber d’en Vicenç Barceló que, abans de morir, en Cota anomenava en Xoroll i es Coronell però que aquest Vicenç tant ho afirmava com ho negava. Havia sentit això d’en Barceló per conducte de les «filles» d’en Mesquida [de vegades surt filles i de vegades filla; només tenim localitzada una filla]. És a dir, això ho deien les «filles». Però d’en Barceló no va poder sentir mai que ho afirmàs. Els processats eren gent de bona conducta mentre que en Cota era un busca-raons, «de carácter pendenciero», però mai el va haver de reprendre per cap escàndol.
Jaume Sastre [no era el pare de l’acusat, Llorenç Sastre, que nomia Sebastià Sastre Fiol]. Diu que ho va saber perquè el cridaren per anar a custodiar el cadàver. I en aquell moment dos joves [un seria en Jaume Garau que després declara], trobaren el ganivet de l’aute judicial, que reconeix quan li mostren. Ignora qui el pogué matar. A la defensa d’en Servera li contesta que un tal «Gallet», la matinada del diumenge, va veure un home que creuava el camí que du a «San Juan» [havia de voler dir el camí que duia a la possessió de Son Santjoan, a més, un altre testimoni ho dirà a la propera sessió], el qual anava mal vestit i amb taques de sang, i que aquest Gallet també ho va dir a d’altres.
Jaume Monserrat. Gendre d’Antoni Mesquida. Ho va saber per una cosina de la seva dona. Va fer investigacions per saber qui havia estat i, també, va interrogar en Vicenç Barceló [recordem que era un pastor jovenet que després declarà] que li digué que dies després de l’assassinat havia sentit rumors que aquella nit s’havia sentit una veu: «L’has mort». I una altra veu contestava: «me pareix que li basta, ja li podem estrènyer». Quan li va dir això, en Barceló, hi havia present en Joan de can Blanc. I a preguntes de la defensa [sembla que en Jaume Monserrat parla d’en Barceló] digué que hi eren presents «éste» [en Barceló], en Joan de can Blanc i el testimoni [el mateix Jaume Montserrat]. Diu que no va amenaçar en Barceló ni li va oferir diners, que en morir el seu sogre estava amb bones relacions amb la família i que el seu sogre no s’havia barallat mai amb ningú, però sí que estava enemistat amb el Coronell. No va fer averiguacions per trobar els 20 duros que duia el seu sogre damunt ni va trobar cap mocador per les immediacions dels fets.
Catalina Vich. La viuda d’Antoni Mesquida. Digué que el seu marit s’enduia els doblers de casa seva quan sortia a les nits per por dels robatoris que hi solia haver. També digué que el seu home solia retirar-se entre les 12 i la 1 de la matinada.
Jaume Garau. Digué que el matí de dia 26 de juliol anà a veure el cadàver i que va trobar el ganivet ple de sang pels voltants del lloc del crim.
Jaume Rosselló. Explicà els mateixos plets de les famílies Coronell i Cota corroborant el que havia dit Jeroni Pou i que mai va veure que en Servera tingués hostilitat contra en Mesquida.
Antònia Cantallops. Va veure passar en Cota per casa seva cap a les 2 de la matinada d’aquell dia i que anava completament tranquil. Diu que el va reconèixer per la nit clara que feia. Aquesta darrera afirmació contradiu el fet que aquella nit hi havia lluna nova.
—L’endemà, dia 5, es reprengué la sessió a les 10.30 del matí.

 

Primeres hipòtesis nostres

Tenim, doncs, situat prou bé el que podia haver passat amb independència de qui o quins varen ser els assassins. Recordem que els acusats varen ser absolts. Amb tot, està clar que les diferències per qüestions de dret de pas per finques podrien haver estat el motiu. Un mòbil que després n’hi ha que neguen per creure que era insuficient per matar una persona però que no seria la primera vegada en la història que això passa. També n’hi podria haver d’altres però no surten al judici ni tampoc n’hem sentit a parlar, ara com ara, a cap dels nostres testimonis. La qüestió de diferències per drets de pas o per límits de propietats és el que surt. La servitud de pas més que res. Amb tot, cal dir que de tot d’una després de l’assassinat hi hagué d’altres sospitosos que després no es tengueren en compte; gendre, germà.

Una qüestió important que no s’arriba a aclarir són les contradiccions del jove pastor Vicenç Barceló que hauria vist o sentit els acusats, o s’ho pensava. En tot cas la nit era fosca; el 24 de juliol de 1903 era lluna nova i per tant el 25 tampoc hi havia gens de claror.

Hi havia algú més pel mig? Què passà amb les afirmacions, contades pel testimoni Jaume Sastre, del tal “Gallet” de malnom que hauria vist un home mal vestit i tacat de sang el matí del diumenge 26 de juliol, el mateix dia del crim? Això situaria un altre possible assassí a la part oposada d’on hi hagué l’assassinat i a uns tres quilòmetres del poble de Sant Jordi. El lloc dels fets era molt a prop tant de les cases d’Antoni Mesquida Sansó —a Can Tià, Can Tià Cota, que seria al camí de les Coves d’en Meví— com dels acusats Llorenç Sastre Mascaró —Can Xoroll al camí del mateix nom— i Antoni Servera Garau —al camí de Can Cota—. Tots ells veïnats pròxims. Si algú hagués anat cap a la possessió de Son Santjoan, o a prop, seria per anar a Palma, o al Coll d’en Rabassa, i així sembla que no podrien haver estat cap dels dos acusats. El dos acusats havien anat, com d’altres, al lloc on hi havia el cadàver per veure la feta.

Així i tot, hi podria haver hagut un inductor del crim? Hi hauria hagut cap altre motiu? El sen Cota, tenia altres diferències amb més persones? Amb aquests articles no pretenem parlar només d’un fet criminal, també i pot ser sobretot, volem mirar d’aclarir com era el Pla de Sant Jordi, les relacions entre la gent, els seus interessos, el seu nivell cultural o la imatge que oferia als externs. Hem de pensar que el moment era delicat pel creixement del poble i, ben aviat, les classes dirigents, «forces vives», en especial senyors, amos de possessió, empresaris i vicari, trobaren que el Pla de Sant Jordi necessitava d’un control ideològic o d’una alfabetització, culturització i “evangelització” més gran. Ja en parlarem. En tot cas les monges franciscanes arribaren l’any següent i la primera escola pròpiament dita, encara que no pública, fou d’aquell mateix any de 1903.

 

 

Deixa un comentari

L'adreça electrònica no es publicarà. Els camps necessaris estan marcats amb *

Aquest lloc està protegit per reCAPTCHA i s’apliquen la política de privadesa i les condicions del servei de Google.

Us ha agradat aquest article? Compartiu-lo!