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17 d'abril de 2008
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Quim Monzó cita l’Agència Catalana de Notícies

La columna de Quim Monzó d’aquest dijous a La Vanguardia contenia una referència a una informació servida per l’Agència Catalana de Notícies. Monzó cita la notícia de l’ACN en el seu article. Una satisfacció per a nosaltres. A continuació la peça de Monzó:

El mes de junio del 2006 no sólo llegó el verano – como de forma
rutinaria sucede cada año desde tiempo inmemorial-, sino que la Guardia
Urbana de Barcelona descubrió que una tendera filipina del Raval vendía
alimentos invendibles. El juicio ha tenido lugar ahora. La tendera ha
reconocido que tenía un establecimiento de alimentación y que la
Guardia Urbana encontró en él 510 productos caducados, 1.440
etiquetados irregularmente y 344 en mal estado de conservación, además
de insectos que habitaban entre los alimentos almacenados (escarabajos
y gusanos, básicamente). La Agència Catalana de Notícies detalla que,
entre los 510 productos caducados, había gambas, verduras y diversos
otros vegetales. Que había carnes y pescados envasados por ella misma y
mezclados con otros envasados industrialmente. Y que los productos
lácteos y cárnicos, que deben conservarse a una temperatura entre 0 y 8
grados, los tenía a 18.

La Guardia Urbana le pidió los papeles
de la tienda, las licencias y todo eso. No los tenía. A la vista del
festival, levantaron 32 actas de infracción, precintaron los productos
y le dijeron que los alimentos se quedaban ahí, a la espera de que los
inspeccionase la Unidad Operativa de Higiene de Alimentos. La procesada
dijo que de acuerdo. Pero cerró la tienda, destruyó todo el material
inmovilizado y traspasó el negocio. En el juicio le han caído 18 meses
de cárcel, 900 euros de multa y la prohibición de montar comercio
alguno durante tres años.

Para los que nos movemos por
supermercados y tiendas no es algo muy sorprendente. No hablaré de
insectos, pero hace unos días, en un supermercado de pueblo vi bolsas
de avellanas Emporium caducadas. En mi barrio, en Barcelona, es
habitual ver en charcuterías y tiendas de comida – de esas finas, con
despliegue de conservas y licores- productos caducados tiempo atrás. En
enero del 2003, casi por hastío, durante un tiempo me dediqué a anotar
los que encontraba, para escribir un artículo. En un supermercado de la
avenida Mistral encontré queso de Holanda, marca Frico, caducado once
meses antes. En una charcutería de la calle Tamarit, quesos de esa
misma marca Frico caducados cuatro meses antes. En un colmado de la
calle Comte d´Urgell – muy cerca de donde vive el gran José Manuel
Garayoa-, tenían botes de mostaza Colman´s caducados ¡un año y medio
antes! En todos los casos, cuando avisaba a los tenderos de que los
productos no estaban ya para ser vendidos, me miraban con cara
displicente y los devolvían a sus estantes, a la espera de algún otro
cliente menos interesado en la partida de defunción de las cosas. Bien
está que a la tendera del Raval le caigan dieciocho meses de cárcel,
pero, a todos estos otros estafadores, ¿por qué no les cae nunca nada?

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