Raül Romeva i Rueda

REFLEXIONS PERISCÒPIQUES

Sobre armes químiques i biològiques, bombes de raïm, Beit Hanun i Política de Seguretat de la UE

Després d’abordar la discussió i votació sobre la Directiva de Serveis (antiga Directiva Bolkestein) al matí -veure nota de premsa-, els debats d’avui dimecres per la tarda es centren en temes que tenen a veure amb desarmament i política exterior, temes que acostumo a seguir de prop. Així, afrontem tres qüestions especialment importants: 1) armes químiques i biològiques i bombes de raïm, 2) els fets de Beit Hanun (Palestina) de la setmana passada i 3) l’Estratègia Europea de Seguretat en el marc de la Política Europea de Seguretat i Defensa. El primer tema ens porta a un debat amb resolució sobre (segueix…)

la Convenció que prohibeix les armes Biològiques i Tòxiques (BTWC) i la Convenció sobre Armes Inhumanes (bombes de raïm). En la meva intervenció en plenària he manifestat que:

Como tantos otros instrumentos que regulan las armas a escala mundial, la existencia y fortalecimiento de la Convención sobre Armas Tóxicas y Biológicas es una herramienta necesaria, aunque no suficiente, en la lucha contra la irracionalidad humana. Por ello, sólo hay una opción aceptable ante la 6a Conferencia de revisión que debe empezar el próximo 20 de noviembre: el fortalecimiento de dicho instrumento, especialmente en el sentido de desarrollar verdaderos mecanismos de verificación, así como la promoción de su universalidad.

Por otro lado, con relación a las bombas de racimo, no puedo sino secundar de manera firme la petición de que, al menos, la Convención sobre Armas Inhumanas (CCW) se dote de un VI Protocolo que prohíba sin ambigüedades la producción, el almacenamiento, la transferencia y el uso de este tipo de armas, o aún mejor, aunque aún mejor será que se estableciera un Tratado completo de prohibición de las bombas de racimo tal y como ocurre con las minas antipersona. Dado el carácter indiscriminado de las bombas de racimo, así como el gran impacto que tienen sobre la población civil, el uso de dichas armas no puede de ningún modo seguir siendo tolerado. El caso del Líbano, bajo investigación en estos momentos, es solo uno de tantos ejemplos que lo ponen de manifiesto.

Pel què fa al tema de Beit Hanun (la massacre de la setmana passada), adjunto aquí la proposta de resolució que hem presentat en tant que Grup Verds/ALE en espera de la proposta conjunta que s’està discutint en aquests moments. De manera especial vull cridar l’atenció sobre una de les peticions que fem en la Resolució de Verds/ALE (punt 10) que consisteix en demanar als Estats membres  que respectin de manera estricta el Codi de Conducta d’Exportacions d’Armes de la UE pel què fa a les exportacions a Israel, i en demanar també que inclogui la qüestió del subm,inistrament d’armes a Israel en l’ordre del dia de la propera reunió del Consell, amb l’objectiu d’analitzar la situació actual, totalment insatisfactoria.

Finalment, el tema de l’Estratègia de Seguretat en el marc de la PESD té a veure amb l’informe Von Wogau, en relació al qual he dit el següent en la meva intervenció en plenària:

La elaboración de la Estrategia Europea de Seguridad estuvo influenciada por tres grandes debates de dimensión internacional: las nuevas amenazas a las que debía hacer frente, y cómo hacerlo (especialmente a partir de los atentados del 11S); las dificultades de Naciones Unidas en tanto que foro multilateral, y universal, de prevención y gestión de controversias; y los compromisos que debe asumir la UE para convertirse en un actor de alcance planetario más activo, capaz y coherente.

Así, el resultado fue que la Estrategia Europea de Seguridad señala que, hoy por hoy, los mayores desafíos que debe afrontar la UE y sus ciudadanos son el terrorismo internacional, la proliferación de armas de destrucción masiva, los conflictos regionales, los Estados fallidos y la delincuencia organizada.

Comparto la importancia de dichos problemas, por supuesto, pero me temo que esta lista no pone suficiente énfasis en otros aspectos que me parecen tan importantes, sino más, que los mencionados: léase, por ejemplo, la pobreza, la ausencia de una justicia global, la criminalización colectiva de grupos o comunidades, la creciente militarización del planeta, el expolio de los recursos básicos de subsistencia de los países más pobres por parte de los ricos, la contaminación del medio ambiente, o la destrucción de ecosistemas sociales.

En este sentido, considero que no siempre se ofrece desde la UE la respuesta más acertada, ni política ni estructuralmente. Así, por ejemplo, hace tiempo que escuchamos voces a favor de crear un único ejército europeo. Sin embargo, dicho ejército se suele plantear como añadido o, si se quiere, como complementario, a los 25 ejércitos ya existentes, y no como sustitutivo, tal y como creo que debería.

Y es que, aunque al parecer estamos de acuerdo en que para hacer frente a los retos actuales ya no son necesarios ejércitos numerosos de carácter estatal, seguimos contando en la UE con 25 ejércitos nacionales, los cuales suman unos 2 millones de efectivos, cuya primera y principal misión es la defensa de las fronteras y los intereses de los Estados, y que cuestan conjuntamente más de 160.000 millones de euros anuales, cifras, por otro lado que a muchos nos gustaría ver dedicadas en igual medida a la prevención y gestión de conflictos.

En suma, los hechos y las decisiones de los gobiernos no parecen acompañar, de momento, el cambio de paradigma sobre la seguridad que estamos viviendo en los últimos tiempos, especialmente en el ámbito europeo

Foto: Bombes de raïm suposadament usades sobre l’Iraq per part dels EEUU. Font: BBC



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