Raül Romeva i Rueda

REFLEXIONS PERISCÒPIQUES

Publicat el 16 de juny de 2010

L’Informe Romeva sobre crisi i gènere arriba al ple

Ahir al vespre vàrem debatre la meva proposta d’informe sobre la dimensió de gènere de la recessió econòmica i la crisi financera (Estrasburg, 15.06.10, de 21.00 a 22.30). El debat va ser prou viu i enriquidor, om solen ser tots els que tenim en relació a les polítiques d’igualtat, més necessàries que mai. Això que segueix és el que vaig dir en la meva intervenció inicial

 

 

Intervención de Romeva sobre su informe ‘La dimensión de género de la recesión económica y la crisis financiera (2009/2204(INI))’

15 junio 2010

 

 

Si Lehman Brothers hubiera sido Lehman Sisters, dirigido por mujeres en lugar de hombres, ¿se habría producido la crisis crediticia?


Tanto los economistas «feministas» como los convencionales han señalado que la crisis crediticia fue literalmente una catástrofe provocada por los hombres por la simple razón que son hombres quienes copan los máximos órganos de dirección de las instituciones económicas, financieras y políticas responsables del desastre.


No podemos afirmar que si en lugar de una mayoría de hombres hubiera habido una mayoría de mujeres, la crisis no hubiera tenido lugar, pero sí podemos asegurar de las cosas no habrían sido igual, ni en cuanto a las causas, ni en cuanto a las consecuencias.

Valga como dato que las agencias financieras con mayor representación femenina en sus órganos de dirección han sufrido mucho menos los efectos de la crisis que las que cuentan con mayor testosterona gobernante.

La crisis ha dado nuevos bríos a quienes abogan por la diversidad de sexos en las juntas directivas, que insisten en que urge aumentar la presencia femenina en los órganos de dirección de las instituciones financieras.


Las cuestiones de género son inherentes tanto a la naturaleza como a los efectos de la crisis económica y financiera. Todas las políticas de recuperación, sea cual sea la categoría a la que pertenezcan, entrañan una perspectiva de género: la reforma de los órganos de gobierno financieros, el apoyo a las empresas y sectores industriales, el apoyo a los mercados de trabajo, el apoyo a la inversión y el apoyo al poder adquisitivo de los hogares.


Esta crisis debería ser una oportunidad para corregir ciertos desajustes, entre ellos el de la perspectiva de género.

Por ello lamento que las respuestas políticas a la crisis, incluidos los paquetes de recuperación, no hayan reconocido, analizado ni rectificado el impacto de la crisis en materia de igualdad de género.


Debemos lamentar que la integración de la dimensión de género en la estrategia posterior a Lisboa sea básicamente inexistente.


Debemos pedir al Consejo, a la Comisión y a los Estados miembros que integren un capítulo sobre igualdad de género que incluya objetivos específicos en las directrices macroeconómicas y de empleo y en la estrategia «UE 2020», y que los presupuestos de todas sus políticas tengan en cuenta la perspectiva de género.


En otras palabras, con este informe queremos poner de manifiesto que si bien en la primera ola de la crisis ha afectado esencialmente al sector financiero, así como a los sectores de la construcción y el automóvil, dominados por la presencia masculina, lo que les ha permitido recibir mayor atención, es en la segunda ola de la crisis, la que ha tenido idénticos efectos negativos pero en los sectores del comercio al por menor, los servicios generales y el turismo, donde se encuentra la mayor presencia femenina.


En síntesis, insistimos en que hay que evitar que la actual crisis financiera y económica y las futuras propuestas económicas pongan en peligro los logros alcanzados en la igualdad de género.


Hay que impedir que la recesión se utilice, como ya está ocurriendo en algunos Estados miembros, como argumento para reducir las medidas de igualdad de género, lo que impediría a largo plazo el crecimiento de la tasa de empleo, el crecimiento económico de la UE, el aumento de las contribuciones fiscales, el incremento de las tasas de natalidad y la promoción de la igualdad entre mujeres y hombres.


Y qué hace falta para ello?


Voluntad política, lo primero. Imaginación, lo segundo. Y medidas concretas y vinculantes, lo tercero.


Por ejemplo, aunque el empleo femenino en la UE está cerca de alcanzar el objetivo del 60 % en 2010, es necesario fijar un reto más ambicioso del 75 % en 2020. Además, debemos insistir igualmente en que es necesario reducir la brecha salarial al 0-5 % en 2020, adoptando un comportamiento de tolerancia cero mediante la imposición de sanciones.


Ya sé que a algunas y a algunos de mis colegas les incomoda esto de las medidas obligatorias. Que todo debería ser voluntario. Sin embargo sabemos que ello no basta en cuanto de igualdad se trata.


Por eso saludo efusivamente las recientes declaraciones de la Comisaria Reding haciendo un llamado a que aumente la presencia de mujeres en los órganos de decisión política y económica, o a reducir la brecha salarial, para lo que no excluía incluso plantear y exigir objetivos vinculantes.

Confío por tanto que, con relación a algunas de las peticiones que el PP ha hecho en relación a que mi informe no plantee medidas obligatorias, sean reconsideradas.


Ahora, más que nunca, es el momento de actuar de forma clara, creíble, decidida y convincente. Confío en la responsabilidad de todas y todos nosotros para que mañana este informe cuente con la mayoría más amplia posible.


Foto: el 60% de la població universitaria de la UE són dones. Font: Presidència espanyola del Consell.



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