Raül Romeva i Rueda

REFLEXIONS PERISCÒPIQUES

El PP, referent per a l’extrema dreta europea

Mentre Mariano Rajoy proposa que els immigrants signin un ‘contracte d’integració’ (em pregunto què hauria dit si els ho haguessin demanat als milers de persones, moltes d’elles gallegues, com el mateix Rajoy, quan fugint de la pobresa o de la guerra se’n van anar cap a Argentina, Mèxic o Bèlgica), la corresponsal de El País a Brussel.les, Ana Carbajosa ens recorda en el seu article d’avui ( Los ‘ultras’ europeos sacan pecho ), un cop més, la preocupant realitat que suposen els nombrosos i continuats intents de revitalitzar l’extrema dreta europea. No deixa de ser simptomàtic (tot i que a aquestes alçades ja no és ni tant sols motiu de sorpresa) el fet que per a molts d’ells el veritable referent és … el PP. (segueix…)

Los
‘ultras’ europeos sacan pecho

Le
Pen

impulsa una plataforma continental para luchar "contra la
islamización"

Ana Carbajosa, El País (07/02/2008)

Frenar
la llegada de inmigrantes, "luchar contra la islamización de Europa",
abrazar el nacionalismo y acabar con la UE son las ideas fuerza con las que la
extrema derecha europea pretende seducir a los ciudadanos en tiempos de
confusión ideológica y capitalización del miedo. Con este ideario, los
principales líderes de la extrema derecha han anunciado el lanzamiento una
plataforma paneuropea que ambiciona ganar el terreno perdido tras la disolución
de su grupo en el Parlamento Europeo en noviembre del año pasado. El Frente
Nacional de Jean-Marie Le Pen en Francia, el Vlaams Belang belga, el
Partido Liberal austriaco y los búlgaros de Ataka son los promotores de esta
iniciativa, que aspira a aglutinar hasta a 10 formaciones.

Están
convencidos los extremistas de que los partidos de derechas en Europa se
refugian en la corrección política, lo que les ofrece un hueco político:
"Hoy no hay verdaderos partidos de derechas en Europa. La mayoría se están
convirtiendo en socialdemócratas que abusan de la corrección política y no
hablan de las preocupaciones reales de la gente como la inmigración. Tal vez la
excepción sea el Partido Popular español, un verdadero partido de derechas,
pero los demás…", sostiene, en conversación telefónica, Filip
Dewinter
, carismático líder del Vlaams Belang, que logró cerca del 20% de
los votos en las elecciones de junio.

"La
inmigración masiva está causando muchos problemas. Las ciudades europeas se han
llenado de mezquitas, de mujeres con velo. Estos inmigrantes no se integran y
además aspiran a tener todo tipo de derechos como imponer la sharía o
sacrificar a los animales sin condiciones sanitarias. Muchos europeos ya no se
sienten en su país, creen vivir en Eurabia. No queremos una Europa convertida
en una provincia del norte de África". Dewinter, como otros líderes
de la extrema derecha, quiere cerrar a cal y canto las fronteras de la UE e
impedir la llegada de nuevos inmigrantes. Para los extranjeros que ya residen
en la Unión, piden "la integración y asimilación de los valores
europeos" o la expulsión.

Partido
Patriótico Europeo es uno de los nombres que barajan para bautizar a la nueva
formación. Con él, quieren dejar claro que el patriotismo en forma de
nacionalismo constituye uno de los ejes de su ideario, que les lleva además a
rechazar todo lo que huela a instituciones comunitarias. "Estamos en contra
de la cesión de soberanía de los Estados", añade Dewinter, quien se
burla del boicoteo al que someten al Belang el resto de los partidos políticos
belgas. Sabe Dewinter que su papel de eternos opositores evitaría un
desgaste como el que sufrió Jörg Haider en Austria. En otros países,
como en Francia u Holanda, la caída de la extrema derecha se atribuye, al
contrario de las tesis del Belang, a la asunción por parte de los partidos
clásicos de derechas de parte del discurso de los extremistas.

La
extrema derecha europea mira a largo plazo y tiene la vista puesta en las
elecciones europeas de 2014, conscientes de que no llegarán con fuerzas
suficientes a las del año próximo. Aún falta por ver si de aquí a entonces esta
amalgama será capaz de convivir, a juzgar por lo ocurrido en la Eurocámara.
Allí, una agria disputa entre Alessandra Mussolini y los eurodiputados rumanos
por la situación de los inmigrantes en Italia puso punto final a la breve
andadura del grupo parlamentario.

Foto: manifestació neo-nazi davant la porta de Brandemburg. Font: BBC



  1. No sé noi, jo quan vaig a un país diferent del meu, sobretot no occidental, prou cura tinc de no vestir, comportar-me o opinar de forma ofensiva a la gent d’allí o el règim d’allí. Mig per respecte, mig sentit comú, mig perquè efectivament molts no són governs gaire democràtics.

    Tots tenim drets i deures. Els immigrants també tenen deures. De contracte, bé, si tenen contracte laboral perfecte, i quan se’ls acaba, perfecte i cap a casa: vols això? en canvi, si són immigrants que venen a viure i establir-se de forma diguem definitiva, podem triar entre que visquin com a colons, en un guetto o que s’integrin.

    D’acord que això no se sol·luciona signant un contracte. És estúpid. Però el contracte social hi és, i tenim uns enormes complexos per no exigir-los.

    Ja n’estic fart del discurs multicultu aquest. Totalment fart. Acaba estimulant l’extrema dreta.

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