Raül Romeva i Rueda

REFLEXIONS PERISCÒPIQUES

Dones i drets: Txad, Aràbia Saudita i ‘dones de consol’ (Japó)

Avui dijous debatem a Estrasburg tres temes relatius a drets fonamentals de les dones: la situació a l’est del Txad, en què la violació és una de les armes de guerra més utilitzades, la situació de discriminació a tots nivells que viuen les dones a l’Aràbia Saudita, i la reivindicació de justícia i compensació que fan les dones eufemísticament anomenades ‘dones de consol’ usades com esclaves sexuals durant al Segona Guerra Mundial per part de l’Exèrcit Imperial Japonès. Es tracta de tres temes que segueixo de fa temps (veure, entre d’altres els apunts anteriors ‘A mi la guerra em va fer feminista’: Ellen Van der Ploeg, esclava sexual durant la II Guerra Mundial, sobre el cas de les ‘dones de consol’, o Les dones saudites reclamen el dret a conduir, en relació a les dones a l’Aràbia Saudita) i, per això mateix, m’he encarregat de conduir les tres negociacions en nom del meu Grup i intervindré en el debat d’aquesta tarda, en tant que autor, en les tres qüestions. Veure els textos (segueix…)

de les resolucions que hem presentat sobre Txad (la de Verds/ALE i la comuna), Aràbia Saudita (la de Verds/ALE, i la comuna) i ‘comfort women (la de Verds/ALE i la comuna). Sobre aquest tercer aspecte, per altra banda, és també important posar de manifest que aquesta resolució s’enmarca en una campanya internacional que fa temps duu a terme Amnistía Internacional.

Adjunto a continuació els textos que he preparat per a cadascuna de les tres intervencions d’aquesta tarda:

Intervenció en plenària de Raül Romeva sobre la situació de la violència al Txad (13 de desembre de 2007)

Es particularmente significativo que las tres urgencias que hoy debatimos tengan en común que tratan sobre diversos tipos de violencia y de agresiones contra mujeres.

Ello pone de manifiesto que este tipo de violencia, que en algunos lugares se conoce como feminicidio, es decir, el asesinato de mujeres por el hecho de ser mujer, es un hecho que afecta a todo el mundo, aunque de formas y con manifestaciones particulares en cada caso.

El primero de los tres que hoy abordamos, la situación en el Chad, es un triste ejemplo de como en un contexto de guerra las mujeres son a menudo usadas como objetos sexuales y donde la violación se convierte, además, en un arma de guerra. Esta situación se da especialmente en los campos de refugiados, aunque no sólo.


Con esta resolución pretendemos subrayar que la sociedad internacional, y en particular la Unión Europea, no puede ni debe, quedarse de brazos cruzados. Nuestra RESPONSABILIDAD DE PROTEGER nos obliga a reaccionar sin más dilación. Y en este sentido el desplazamiento de una misión especifica, la EUFOR Chad/RCA es una tarea que debe hacerse de manera urgente, pero también responsable.


Y para ello debo advertir del riesgo de que dicha misión se perciba como una misión excesivamente vinculada a un país, en concreto Francia. Esto seria nefasto y ciertamente contraproducente para los objetivos de dicha misión.

Por ello insisto en que la composición de dicha misión debe reflejar la diversidad de los estados miembros de la UE con objeto de evitar cualquier confusión entre dicha misión europea y el despliegue francés conocido como Epervier.

Asimismo, debemos denunciar ante todas las instancias posibles, e insto por tanto al Consejo y la COmisión que así lo hagan, la brutalidad de los ataques perpetrados contra población civil por parte de las milicias Janjaweed y otros grupos chadianos.

Especialmente condenable es el uso de la violencia sexual como arma de guerra, y es inaceptable que dichos crímenes queden impunes. Urge, por tanto, que las autoridades chadianas asuman la responsabilidad de investigar dichas violaciones y abusos, y que lleven a sus responsables ante la justicia.

Finalmente, quiero, una vez más, manifestar mi preocupación por el incremento de armas en la zona, muchas de ellas entradas por vía ilegal, lo que obliga a no demorar más la adopción de un Tratado Internacional de Control de Transferencias de Armas que sea ambicioso en el contenido, y jurídicamente vinculante en la forma.

Intervenció en plenària de Raül Romeva sobre la discriminació de les dones a Aràbia Saudita (13 de desembre de 2007)

En el año 2005 tuvimos ya ocasión de comentar la situación de las mujeres en Arabia Saudita. En aquella ocasión lo hicimos en el marco de las elecciones municipales, y subrayamos el preocupante anacronismo que supone el que las mujeres no pudieran ejercer su derecho a voto en ese país.

Sin embargo, además de esta discriminación en cuanto a los derechos políticos, hay otras muchas que han sido denunciadas en diversos medios recientemente, y que son las que han motivado esta segunda resolución que hoy debatimos.


El detonante ha sido, ciertamente, la incomprensible sentencia dictada contra una mujer, conocida como la ‘mujer de Qatif’ a la que se condenó a recibir 200 latigazos por haber sido encontrada en un coche hablando con un hombre ajeno a su familia. No sólo el supuesto delito, y por ende la condena, sin inadmisibles, sino que además se ven agravadas por la imposibilidad de la condenada a recibir una asesoría legal adecuada.


Pero lamentablemente no es este el único caso en el que cabe lamentar sentencias sobre delitos claramente discriminatorios e indefensión de las mujeres ante la justicia. Esto, por desgracia, es la norma, más que la excepción.


Como puede considerarse justo, por ejemplo, un sistema que declara culpable a la víctima de una violación de dicha atrocidad?


Se impone un cambio estructural en ese país y desde la UE debemos ayudar a quienes tanto desde fuera, como desde dentro mismo, están trabajando en esta dirección. No hay aquí relativismos que valgan. Los derechos humanos, y ello incluye los derechos de las mujeres son y deben ser universales y defendidos en cualquier contexto.

Por ello me veo en la obligación de insistir, una vez más, ante la Comisión y el Consejo, para que aproveche cualquier oportunidad para solicitar a las autoridades saudíes que lleven a cabo los cambios estructurales e institucionales pertinentes con objeto de eliminar cualquier forma de discriminación contra la mujer, lo que incluye el reconocimiento de todos los derechos tanto en la esfera privada como en la pública, y más concretamente en los ámbitos político, legal y jurídico.

Dichos derechos, además, no deben limitarse a las mujeres nacionales sino que deben ampliarse y garantizarse también para las mujeres inmigrantes que trabajan en el país, las cuales sufren hoy por hoy la doble discriminación, en tanto que mujeres y en tanto que inmigrantes.

Intervenció en plenària de Raül Romeva sobre ‘Comfort women’ (13 de desembre de 2007)

En tanto que uno de los impulsores de esta resolución debo decir que me siento especialmente satisfecho de que, finalmente, hayamos encontrado el espacio y el consenso suficiente para presentarla. Creo, sinceramente, que el tema merecía esto, y mucho más.

Estamos hablando de casi 200 000 mujeres, eufemísticamente llamadas "mujeres consuelo" o "comfort women", que fueron forzadas a ser esclavas sexuales antes y durante la II Guerra Mundial por el Ejército Imperial japonés.
Después de 62 años, las supervivientes siguen esperando justicia. Durante su vida, han padecido mala salud física y mental, aislamiento y vergüenza, y a menudo pobreza extrema.

Hasta la fecha, el Gobierno de Japón no ha cumplido con las normas internacionales sobre reparación que comprenden la restitución, compensación, rehabilitación y satisfacción, incluidas la divulgación completa, la petición de disculpas y la garantía de no repetición.

Y ello es especialmente significativo teniendo en cuenta que Japón es uno de los principales donantes de ayuda a contextos de posguerra.

Por todo ello era urgente reaccionar y recordar, como hacen las supervivientes, que la VERDAD debe estar ligada a la JUSTICIA, y que una DISCULPA resulta vacía sino va acompañada de una ASUNCIÓN de RESPONSABILIDADES.
No se trata solamente, quiero insistir en ello, del derecho de una víctima individual, sinó de un derecho colectivo, el que conlleva que la RESPONSABILIDAD DE RECORDAR, para que este tipo de violaciones no vuelvan a suceder.

Y esto nos lleva, necesariamente, a pedir a las autoridades japonesas que hagan un ejercicio de honestidad histórica y que no sólo reconozcan los hechos, sino que se disculpen en nombre de sus antepasados, así como que compensen a las víctimas.

Quiero, por último, mostrar mi mayor respeto y reconocimiento a las mujeres que tuvieron el coraje de alzar la voz y reclamar justicia, así como a las organizaciones que, como Amnistía Internacional, las acompañan en este periplo.

Foto: Manifestació d’antigues ‘dones de consol’ coreanes. Font: BBC.



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