PENSAMENTS I CIRCUMSTÀNCIES: JO

IRREFLEXIONS REFLEXIVES

DESMONTANDO A COSPEDAL Y SU CRIMINALIZACIÓN DEL 25-S

Les deberían pasar las pruebas de evaluación diagnóstica que aplican a los alumnos (y por extensión al profesorado) para formar parte del Informe Pisa y…suspenderlos. No llegan a un 4, al antiguo insuficiente. Está claro que no progresan, ni siquiera inadecuadamente. Sencillamente NO PROGRESAN y, por supuesto, o  por su “puesto”, NECESITAN MEJORAR.

Hablo de la clase sin-clase política que nos gobierna. La verdad es les debería resultar igual de cansino el escuchar y leer nuestras quejas (las desoyen, efectivamente) que, para nosotros, escribir sobre ellos.

Les pienso y viene a mi mente “la parábola del tonto y la senda”: el bobo tomó la senda, un día, y siguió y siguió, convencido de que aquella senda era inacabable. La única diferencia con el bobo es que los políticos saben, en el fondo, que la senda tiene un límite y que ese camino, del que no se apean, no es un camino de cuento ni parábola, es el día a día, la vida de los ciudadanos, esos que ellos utilizan como sparring cuando fingen aporrearse entre ellos, gran teatro ese de ser oposición o de aparecer como animadores de la democracia. SUSPENSO, con rojo y subrayado.

Hace unos días tildaban de “revuelta inaceptable” la manifestación de la Diada Catalana. Se han pasado horas de debates, de radio , televisión y decenas de líneas de entrevistas, advirtiéndonos sutilmente, como siempre que intentan no pasar a la fase A sin haber probado la B, sin dejar la senda, de que esos catalanes violentos, independentistas, rebeldes, ellos insisten que “sin causa”, nos van a estropear la democracia global, el autonómico estado del bienestar y la gloria, el reino de la democrática España, amueblado con una constitución funcional, como los muebles de Ikea que, a conveniencia, interpretan y malinterpretan. “¡Se sienten coño!”, dijeron los políticos sin clase hace unos días a los revoltosos catalanes. No les hacia falta el tricornio: JAMÁS SE LO QUITARON. ”¡Se sienten coño!”, nos repitieron en voz alta y clara. Y no nos hicieron cantar el cara al sol porque, aunque disimulen, saben que la senda tiene un límite (aunque lo olvidan muchas veces, cierto). Nos extrañó que nos mandaran tejerísticamente callar y “sentarnos”, señalándonos con ese dedo, corto y sucio, que tienen en sus manos de idéntica condición, para avisar, de paso, a los posibles rebeldes vascos, gallegos o valencianos, las cuatro pandillas, según ellos, que representan el peligro independentista. “¡Se sienten, coño!”

No sé de qué nos extrañamos entonces, hace unos días. Nos habían mandado sentarnos-coño cuando los mineros caminaban o se encerraban en los pozos; cuando los funcionarios reclamábamos lo que unos días después enarbolaban como “prioridad social”, la MEJORA DE LA EDUCACIÓN; cuando los indignados se expresaban, cuando…

Esos, estos, políticos sin clase que se han llenado la  boca diciendo, por activa y por pasiva, que ELLOS han construido, con la ayuda de sus vasallos, eso sí, una paz y una transición que ha permitido la democracia, a pesar del 23 F…Estos, se han atrevido, ultrapasando “la senda” a descubrirse, ya sin más pudor, y mostrarnos el tricornio y el bigote que SIEMPRE HAN LLEVADO y, sin ética ninguna, cospedalean y comparan a quienes organizaron el acto de hoy en los alrededores del congreso y a quienes han participado en el con terroristas golpeadores de estado, convertidos, según ellos, en tejeros de calle, tejeros unidos en plataforma, que, a su juicio, deben ser exterminados, asaltados, cacheados, insultados, puestos al morro de los perros policíacos que se utilizan en operaciones de riesgo, acercados peligrosa y amenazadoramente al lateral del pantalón de la policía, enviada por ellos, cobardes que buscan delegar en los funcionarios de uniforme, donde está la pistola y la porra de goma. Por si acaso.

Por si acaso, las niñatas con pelo ondulado con pinzas y bigudíes de marca, cospedalean, amparándose en su formación jurídica y, como quien no quiere la cosa (que no la quieren, por si teníamos dudas) van y dictan, brazo en alto que el acto de manifestarse en el congreso es -más que la manifestación de un malestar y una presión pacífica, un basta ya, para que abandonen la senda que no cesa de hundirnos cada vez más-  un golpe de estado que se asemeja al denostado 23 F.

Si la legislación en relación a los delitos de los pirómanos está siendo objeto de revisión, no se pierden este caso de cospedalpiromancia: la prepotencia de la barbipepera le ha llevado a creer que nada pasa si, sobre una hoguera alimentada por el paro y el no llegar a fin de mes, nuestra “recortada y secuestrada” existencia, ella y sus ondas capilares vierten un poco de gasolina. Eso no es un 23 F, señores y señoras. Eso es…no abandonar la senda y, a los demás…¡ que les den!

Pues no, no cuela.

No intenten confundirnos.

Los del tricornio son ustedes, personajes de una novela titulada “El espíritu no de la Colmena, sino de Tejero”; caminantes de senda, pesados hasta lo impensable; saqueadores de “bankios”; inventores de enfermedades irreales, como “el estrés de la banca”; objetos poco animados pegados con Loctite a su poltrona; fascistas y tejeros con camisa de azul cuello y puños impolutos. No cuela. No nos cuela su “¡Se sienten, coño”!

Se les ve el plumero al intentar criminalizar la manifestación de hoy.

“Se sienten, coño” pero ustedes. Dejen de saltarse a la torera los derechos mínimos que hemos adquirido con la lucha de hombres y mujeres que, antes de que ustedes aprendieran sus discursos de blablabla-pijo, ya se partían la cara delante de los grises. Dejen de detener a manifestantes, de esposarlos, chantajearnos, amenazarnos, ponernos debajo de los perros policía y de vejarnos.

De una vez, políticos fascistas y sin clase: ¡”Se sienten, coño!






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CIBERCARTAS, EL ESPÍRITU NACIONAL E HIPÓCRITAS (CON CORONA O SIN ELLA)

Es probable que alguien se pregunte, como yo, si los últimos acontecimientos mediáticos no se habrán orquestado, bajo una batuta invisible, para sonar de tal modo que hagan inaudibles los verdaderos tambores que nos resuenan en el pensamiento y el estómago: el juego de ahora-sí-ahora-no del rescate; la burla de la clase política que, como máximo, mediodice, en casi todos los casos, mentiras; la represión policial, política, económica, educativa, sanitaria, cultural y laboral que estamos sufriendo, cada ciudadano y TODOS, cuando asistimos a una manifestación; el fascismo, que ya sin tapujos, avanza a golpe de decretazo y de cállense-la-boca-o-les-dejamos-sin-aire; la dictadura, cada vez menos encubierta, de la derecha-reina-de-los-brokers, que pretende prohibirnos el expresarnos, el pedir la independencia y el cuestionar este estado de falsa libertad…

Al escribir últimos acontecimientos mediáticos me estoy refiriendo a hechos, detalles, frases que han sido dichas y otras medidas que indiscutiblemente, y porque los políticos nos creen ciudadanos con tragaderas infinitas, se lanzan e imponen para tapar la verdadera situación de emergencia que vivimos. Pueden ser vistos, escuchados y analizados como contradicciones del “sistema” o, como es mi opinión, directamente actos de terrorismo, burlas insoportables, desvergüenza y prueba irrefutable de que la clase política, su sentido del poder, ha más que ultrapasado los límites que pudieran resultar aceptables.

En el colmo de la caradura y de la falta de cualquier tipo de ética, por distintos flancos (y nunca mejor elegido un término militar relacionado con la formación de un ejército) los políticos despliegan su terrorismo sobre un país que agoniza, agonía de la que no pueden ni deberían eludir su responsabilidad directa, que se despierta cada día con una nueva medida “que ha sido pensada para aminorar el daño y las consecuencias negativas de…”, ellos dixit, y que nos va apretando, cada vez más, la garganta. Y lo hacen, como decía, sin ningún tipo de medida, sin pudor. Si estos nos han permitido llegar hasta aquí y no han reaccionado, ¿por qué no ir más allá y exprimirlos aún más?, deben preguntarse antes de salir de sus casas lujosas y subirse a sus mercedes con cristales tintados.

En tan solo 48 horas, estos irresponsables con cargo, nuestros ineludibles guías (vestidos de negro o no) hacia el camino sin retorno de la ruina han sido autores de las muestras de que la situación es de un total terrorismo de estado: del estado  sobre los ciudadanos, un terrorismo que no es perseguido sino, por el contrario, legalizado, aceptado e incluso, me atrevería a decir, practicado con tanta frecuencia que si continuamos sin pararles los pies, terminará por propiciar que hagamos lo que hizo el farmacéutico griego junto a un árbol: suicidarnos como ente social.

Les relato y resumo los actos terroristas, de estado, cometidos por quienes se llenan la boca al decir que nos “representan”:

-Ayer se leía y escuchaba por doquier una telenovela hipócrita, dirigida a terminar de anestesiar nuestra conciencia y a intentar que los “revoltosos empeñados en la independencia y otras rebeldías” se quedaran entretenidos con un reality caldoso y falso: “Ha sido una decisión dura, durísima”. Con la voz entrecortada y visiblemente emocionada, la presidenta madrileña, presentaba su dimisión y afirmaba su decisión de abandonar la política activa”. Beatificación del terrorismo, la manipulación política, la extorsión a los políticos que opinaban distinto a ella, las amenazas esperanzadas para lograr, de cualquier forma sus “caprichos y cumplimiento de filias”. Beatificación de los errores que nos afectaron a todos. Mistificación del error, no solo ortográfico, sino político, social, ausencia de respeto por los “pobres” que no tienen el patrimonio que ella posee, y la influencia que ha utilizado para lograr trepar y aspirar, como aspiraba, a ser la Thatcher española, azafata sustituta del seseante Rajoy. “Ha sido un verdadero animal político”, decían  ayer los amnésicos, olvidadizos o inconscientes, advenedizos fans o clásicos admiradores, con voz circunspecta. Hipocresía con voz impostada, salida de gargantas arropadas con camisas mil rayas que, un día después, sin ningún respeto ni objetividad histórica, describían a un Carrillo recién fallecido como un asesino y “nada más”. Un verdadero animal político. Beatificación en tele y radio difusión. Un verdadero animal. Lo de político, me van a perdonar, lo voy a borrar por coherencia con mi manera de interpretar la realidad (yo, al menos reconozco la inexistencia de una realidad y la existencia, por el contrario, de la interpretación de cada uno, aunque quedarse sin puesto de trabajo, pasar hambre o no llegar a fin de mes no es ninguna “interpretación”). Preguntada Celia Villalobos sobre si pensaba que la marcha de Aguirre escondía la intención de “hacer daño a” a su enemigo Rajoy y otros ex amigos, la respondiente en cuestión decía que “si hubiese querido hacer daño se habría quedado y no habría presentado su dimisión” Moraleja, expresada con total descaro: los políticos no se quieren ir de la poltrona, entre otras cosas, porque estar sentados en ella les da poder, dinero, influencia y, además, pueden jugar al yo-te-pego-y-tu-te-aguantas entre ellos. Y van y lo aceptan. Y explícitamente aceptan que son unos impresentables. Y explícitamente nos dicen que nos consideran imbéciles.

-Escucho que su majestad el rey (será la suya y la de quien lo dijo, que no la mía) ha participado en la apertura del año judicial. Ya no me queda capacidad de sorpresa. Frente a una manada de jueces, supuestamente los masters del universo de la justicia, estaba un señor con corona (juro que yo no se la puse) y un yerno supuestamente ladrón, de guante blanco, eso sí, pendiente de un proceso judicial que, esperemos, pondrá a cada uno en su sitio. Para colmo del terrorismo de estado, el fiscal general del ´dem prometía tolerancia cero con los “pupilos” de ETA y con la corrupción (mirando al yerno del noos-todavía-supuesto ladrón) y exigía “criterios de política de Estado en defensa del interés general”. ¿Se preguntan, como yo, que entenderán estos señores-que-se-creen-por-encima-del-bien-y-del-mal por “interés general”?

El monarca viajero y cazador, habitante de una casa real (yo solo frecuento la república independiente de mi casa) que, repentinamente se preocupa por sus súbditos (exclúyanme a mí, por favor, jamás lo fui de este amigo de la muerte a rifle de paquidermos), preso de un ataque de modernidad se apunta al carro de las TIC y abre nueva página web real para recordarle a sus “vasallos” que no tienen que hacer amago alguno de “espíritu crítico”, que nada de diadas, de reclamar derechos y expresarse, que nada de sublevarse. El señor con corona nos instaba a recobrar el espíritu de la unidad nacional y regresar a los valores que presidieron la transición: “Desde la unión y la concordia, hemos de recuperar y reforzar los valores que han destacado en las mejores etapas de nuestra compleja historia y que brillaron en particular en nuestra Transición Democrática: el trabajo, el esfuerzo, el mérito, la generosidad, el diálogo, el imperativo ético, el sacrificio de los intereses particulares en aras del interés general, la renuncia a la verdad en exclusiva”. Debe haberse confundido al pedirnos lo que ni la monarquía ni la clase política hacen ni dan y, por el contrario, se une con sus palabras al carro de aceptar sibilinamente que sí, que esta falsa democracia que nos dejan ilusoriamente vivir es , en realidad, una DICTADURA FASCISTA y nos pide, con mucho acierto, que nos levantemos contra ella y busquemos una transición, AL FIN, ¿o no ha querido decir eso su majestad?)

Quien se ausenta en los momentos claves y vive la realidad virtual de un monarca de cuento y de castillo, se permite el lujo de dirigirse al vulgo con una cibercarta que, si la leen con detenimiento, además de avergonzarse de la supuesta desvergüenza que pudiera supuestamente intuirse en la supuesta esencia del mensaje, es idéntica a las no-ciber-cartas que nos remite, cada navidad, pero con leves toques de maquillaje, yo diría que con cierto aire incluso vintage. Y, para finalizar, como un padre amoroso, nos aconseja sobre lo que deberíamos hacer: “En estas circunstancias, lo peor que podemos hacer es dividir fuerzas, alentar disensiones, perseguir quimeras, ahondar heridas. No son estos tiempos buenos para escudriñar en las esencias ni para debatir si son galgos o podencos quienes amenazan nuestro modelo de convivencia”. Mire usted, como diría uno de los suyos,  si es que puede ver-mirar: Ya somos millones, muchos de nosotros estaban en la manifestación de la diada, la de los mineros, la de los profesores, la de los sanitarios, los que sabemos que no son galgos SINO PODENCOS quienes nos dirigen y nos han hecho llegar a este shock social, a esta dictadura, a la represión y al retroceso de los derechos que tanto les costó a las generaciones anteriores conseguir. PODENCOS, con P de políticos, de poder, pero no de pueblo.

PS: Y recuerde que somos millones ya quienes no aceptamos vivir en esta mala versión de El Planeta de los Simios que están rodando con nosotros. Recuerde. Recuerde.

Enlace del artículo LA MOSCA ROJA y KAOS EN LA RED

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UN EPISODIO MÁS DE “SÁLVAME, patria, DE LUXE”

Del mismo modo que me he negado, hasta hoy, a visionar ni un solo programa de Sálvame de Luxe, anoche me negué a encender el televisor, también a conectar la radio, para asistir al masivo y difundido SÁLVAME (PATRIA) DE LUXE. Pensaba que estaba realizando un acto voluntario, que me dignificaba, como mente individual y social, al hacer decrecer el índice de complicidad que, en contra de mi voluntad, me conecta a la clase (sin clase) política, nacional y transnacional, que nos maneja. Pensaba, pienso, que debería haber un acrónimo, al igual que el IBEX, para designar el nivel de degradación de un político. Podría ser IDP y, claro está, las siglas acompañarían al señor (término no demostrado) Rajoy.

Anoche quise permanecer en una burbuja que me aislase de la burla y la ironía, el terrorismo ideológico sin miramientos, que suponía iba a presidir la comparecencia de un títere al que votaron, no lo olvidemos, millones de súbditos del reino al que representa, Españistán. Pero eso fue anoche.

Lo logré. Conseguí ahuyentar las medias frases, las mentiras encubiertas, la indefinición, el “yo, mí, me, conmigo” como denominador común del discurso del más claro ejemplo de tarareo político: la tarara sí; la tarara no; la tarara, madre; que la impongo yo” y me acosté, sabiendo que le arrancaba un día más a un calendario marcado no por los nombres de los días y meses, sino por las cifras de la prima de riesgo; las cantidades de dígitos infinitos con las que, no-pero-sí, nos van a sentar en la silla eléctrica de la miseria pasando antes, eso sí, por el corredor de la muerte, ahora llamado RESCATE.

Dormí, porque no he sido desalojada de mi domicilio, ni acusada de “rebeldía” actitudinal, ni despedida a causa de un ERE fruto de la mala gestión de quien sí gestiona bien su propio bolsillo y no el de su empresa. Dormí porque soy una afortunada a quien el dedo del azar (que ya no tiene ni manos) todavía no ha señalado. Pero ha durado poco, siempre es así, ese estado de limbo (más bien purgatorio, diría yo) en el que he de refugiarme cada día si quiero sobrevivirle a la vida impuesta por los sinvergüenzas que politiquean sin conocer los rudimentos del arte noble de lo que pudo ser,un día, la política.

Esta mañana, los medios de comunicación de consumo masivo (tan cancerígenos o más que el tabaco y cualquier manipulación alimentaria genética) mostraban, alentados por la comparecencia, con desparpajo y alegría, del presidente mentiroso, su rostro más talibán, destapando y aireando, sin vergüenza, ya digo, su fundamentalismo, su tendencia hacia la infamia y la mentira, su estilo fascista y su marcada intención manipuladora.

En la radio Nacional de Españistán, he obtenido la primera pista para pensar que, por mucho que intente evitarlo, todo está programado para que asista, sí o sí,  al Sálvame (patria) de Luxe. Todas las voces de los tertulianos (palabra que en demasiadas ocasiones rima con marcianos, mariano y ano) sonaban en un Cara al Sol encubierto, unas más que otras, es cierto. Ya no estaba el antiguo locutor del programa, J. R Lucas, destituido por molesto y por hilvanador de preguntas que hacían pensar al “respondedor” político que, como es el caso común, no-sabe-no-contesta si la pregunta se escapa del discurso breve, reiterativo y aprendido. El nuevo locutor, un periodista de voz indiscutiblemente agradable, pero de preguntas tan obvias que se adivinan dictadas por “la mano alzada que mece la radio nacional”, al presentar a un periodista de LA RAZÓN, le espetaba un “buenos días, amigo”. Y así es, la amistad entre la radio y la ultraderecha es íntima, viene ya de lejos y no se quebrantará ya que jamás serán, ni una ni otra, objeto de adulterio.

Ya estaba en marcha un reality, el Sálvame (Patria) de Luxe, dirigido por un locutor que hacía su papel de sosías de Jorge Javier Vázquez aunque él, pobre, se cree, seguramente, bien distinto de éste último.

Uno de los participantes, antes de la intervención de la vice-presidenta del psoe, Valenciano (yo creo que ha sido demasiado comedida, porque sabe que están todos en el mismo barco que los náufragos, nosotros, observamos flotar mientras nos sumergen con sus errores y calabresidades) se ha atrevido, con total desparpajo, insisto, en decir que, tras las palabras de Rajoy anoche, él se ha levantado esperanzado, contento, mirando la vida de otro modo. Digo yo que será ciego y, además, habrá visto la luz celestial de San PP brillar al otro lado del túnel, porque de lo contrario no se explica. Digo yo que basta decir que el individuo en cuestión se  trata del legalmente encausado y estirado González Pons. Así nos va: hoy habla Rajoy (lo de hablar es un eufemismo, eludir y mentir mantienen mayor exactitud semántica) y nos penetra la esperanza; ayer declara Draghi y la bolsa sube y los mercados se levantan…(y el patio de mi casa es particular, cuando llueve se moja, igual que los demás…)

Terrorismo y manipulación, sin estilo, que puede ser considerado un agravante significativo. Si Rajoy y sus palabras-mentira o las intencionadas y tendenciosas frases equívocas de Draghi (quien, recordemos, es íntimo de Mario Monti, de los jesuitas, se dice que masón hasta la médula y, lo que es demostrable e indiscutible, animador de la estafa y robo perpetrado por Goldman Sachs entre otras operaciones ocultamente-mafiosas) son los aires que mueven la conciencia colectiva, cual veleta manipulada y frágil, apague usted y vayámonos. No me pregunte dónde. No sé qué responderle.

En la página oficial de la Moncloa, ya deben tener las mejillas virtuales descarnadas de tanta bofetada y escriben, con comedidas palabras, el titular siguiente: RAJOY DICE QUE NO TOCARÁ LAS PENSIONES Y ASEGURA QUE NO ACEPTARÁ QUE LE DIGAN DÓNDE TIENE QUE RECORTAR. Como es de suponer, el titular ya deja entrever con la personalización inicial (“Rajoy dice que…”) que esperemos lo contrario a no mucho tardar.

Como remate, en actuación que podríamos comparar con las intervenciones al estilo más puramente freeky de esa tal Karmele Marchante en el Sálvame, sin patria, de Luxe, el locutor del programa de RNE R1, El día menos pensado, entrevista al representante de CIU Pere Macías y le pregunta si es cierto que el gobierno catalán gasta una cantidad importante en “impulsar y mantener” el independentismo (500 millones al año), afirmación de la que no evita citar la fuente (LA RAZÓN). Ahora resulta que la cósmica cifra defraudada, a nosotros, por BANKIA, queda tan lejos que, por decretazo de LA RAZÓN y los talibanes mentirosos compulsivoinformadores, la memoria nos falla e invertir en mantener una lengua no es tal concepto sino fomentar el independentismo, cosa que, si nos ponemos así, hace el Instituto Cervantes desde tiempo inmemorial. Ya ven: un Sálvame, Patria, de Luxe que no cesa, como el rayo de M. Hernández, versión pobre y mediáticamente terrorista.

Marx lo dijo, con gran acierto: “La historia tiende a repetirse, la primera vez, sucede en forma de drama y la segunda en forma de farsa”. Así asistimos, aunque queramos evitarlo, a un espectáculo de ínfima calidad, esta farsa política de Sálvame, Patria, De Luxe, en la que, además suponen, quienes nos manipulan y creen representarnos, que los representados, nosotros, tenemos menos cerebro que una ameba y estamos dispuestos a tragar con todo.

Yo, continuo pensando que no lo van a lograr, que no van a destrozar nuestra conciencia colectiva, a pesar de que cada día nos obliguen a ser público de un infame espectáculo y nos hagan experimentar, inevitable y reiteradamente, los dolorosos dilemas del creer, como les llama Z. Baugman.

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LA TRAVESÍA DE LA MUERTE: SER UN INMIGRANTE

Escribía El inmigrante de los versos: “El dolor no llama a tu puerta y te pregunta si puede entrar, no el dolor entra sin más. No necesita tu permiso, es impertinente, egocéntrico y un maldito hijo de puta. Se te mete en lo más dentro del alma hasta que te asfixia sin más, disfruta observando cómo sufres y como las pasas putas, y se ríe de ti cuando observa como inevitablemente te está ganando la batalla, te está hundiendo más y más. Así que con el tiempo la mejor solución que he encontrado para el dolor cuando miserablemente se te cuela por debajo de la puerta es llegar a un pacto con él. Le das veinticuatro horas para que haga lo que tenga que hacer, incluso hasta removerte las entrañas lo más profundo posible. Tan solo le regalas veinticuatro horas, y luego que se vaya. Aunque quizás el problema siga ahí, inerte como una roca, al menos ahora no dejarás y permitirás que te destruya”

Cambiemos la palabra dolor por la palabra hambre o la palabra miseria. Servirían también términos canjeables como desesperanza o la opresión. Serviría para describir, al menos superficialmente, qué lleva a un ser humano a arriesgar su vida, cortar las raíces, su arraigo, abandonar a quienes ama, al lugar que le vio crecer y convertirse, por alguien que no es ni él ni su voluntad, en inmigrante.

No se es inmigrante para buscar otra forma de vida. En este mundo-imperio donde nada conserva su forma y todo está, consentidamente, boca abajo, se es inmigrante para SOBREVIVIR, porque se ha perdido toda fe, toda esperanza y el hilo fino de un horizonte, que queda tras millas de agua podrida, se convierte en el espejismo de una meta; un papel emborronado, con una foto, adquirido tras entregar la mismísima propia alma, traducida en dinero, se transforma en la ilusión, pequeña, a la que nos aferramos, pensando que, en el fin que estamos viviendo, puede existir un nuevo principio. No tenemos identidad, nos la robaron, nos la roban, les dimos el SÍ QUIERO a quienes nos borran de la faz de la existencia. Ellos, los inmigrantes, además, no son, no se llaman, no tienen nombre, no saben de patrias: son legales o ilegales, no han dejado de nadar desde que subieron al cascarón que creyeron el Titanic, porque el miedo a morir y a no existir hace que agrandemos el halo absurdo de los objetos y los lugares, entre dicotomías. Ellos son los pobres y nosotros, aún siendo pobres, les miramos como ricos. Ellos son los malos, los que traen enfermedades, los que han de trabajar en desempeños que a nosotros no “nos viene bien”. No importa si son sudacas, moros, chinos, negros, les cuñamos con el fuego de la hipocresía la palabra INMIGRANTE. Una extraña mezcla de azar geográfico y de la injusticia de quienes consentimos su pobreza, porque nuestro ombligo es tan inmensamente grande que no podemos perder tiempo en mirar sus bocas desdentadas, sus bazos hinchados, su piel ulcerada, su esperanza rota, les hace ser ciudadanos de un solo estado, el país de la pobreza. Habitan los barrios periféricos de ese país extenso y creciente, alimentado con el hedor de los contenedores, ataúdes de nuestras sobras, las de los “menos pobres que ellos”. Moran cárceles imaginarias, pero que aprisionan con fuerza real. Sus no-papeles tienen escrita su condición: perseguidos políticos, rechazados sociales, apestados entre “pseudo-ricos” que pronto tendrán que aprender a viajar, no en vuelos low cost, sino en pateras.

Al otro estado, al estado imperio, únicamente les importa si tienen o no papeles, las células impresas que les permitirán malvivir, con mucha suerte.

Los inmigrantes son sombras que se observan. Manchas que se quieren ocultar.

Ayer, 16 inmigrantes subsaharianos, incluidas tres mujeres embarazadas y tres menores, llegaron a en patera a un islote español de las islas Alhucemas, situado a unos cien kilómetros de Melilla y a escasos metros de la costa marroquí. Llegaron a la isla deshabitada de Tierra, metáfora cruel, pero certera, de la paradoja de quienes dejan su tierra para soñar, con la brevedad de los sueños que pueden preceder a la muerte, al sueño que no viola el tiempo.No son los primeros ni los últimos en este 2012 de mentiras, fiascos, secuestradores dispuestos a rescatarnos benévolamente…

Los soñadores que dejan sus sueños, los que escuchan a su hambre porque ya no pueden escuchar a su razón, han entrado, haciendo la travesía de la muerte, por el archipiélago de Chafarinas y al Peñón de Vélez, donde arribaron 41 inmigrantes hace apenas unos días.

Y también ayer, con horas escasas de diferencia en este juego de rol en el que ellos, los inmigrantes, SIEMPRE han de perder, otros 68 inmigrantes añadieron sumandos a una suma que resta, vidas y dignidad, llegaron al Archipiélago de Alhucemas frente a las costas marroquíes, a 100 kilómetros al oeste de Melilla.

El ampuloso, cuando no toca, Ministerio del Interior, con su habitual sensibilidad y sentido de lo justo, pretendió llevar a los tres menores de este grupo a Melilla, separándoles de sus madres, acción que afortunadamente no lograrorealizar. Añadir dolor a la casi muerte; injusticia a la injusticia. Ser quien te marca con el dedo y te dice ERES INMIGRANTE, MIRA TU ESTIGMA.

Los políticos, que jamás tendrán necesidad de viajar en patera y realizar la travesía de la muerte, solo hablaban hoy del papel de las mafias, jactándose todos de que se había logrado “una acción coordinada y exitosa”. Yo me pregunto a qué mafias se referían, porque a parte de quienes sacan la vida a cada pobre inmigrante, engañándole con un pasaje sin retorno ni esperanza, un viaje mortal, la mafia oficial de los estados está ahí, consintiendo el porqué de la inmigración, perpetuando las diferencias de clase, hundiendo a quienes están hundidos, no buscando solucionar la falta de recursos, los huecos legales

Cuentan que los ministros de Interior y Exteriores, Jorge Fernández Díaz, y de Exteriores, José Manuel García-Margallo, han conversado con sus homólogos marroquíes para buscar una solución conjunta que frene la acción de las mafias de la inmigración ilegal, en alusión al último episodio de llegada masiva de inmigrantes, según ha informado Interior.  Lo que no cuentan es que se les ha leído el pensamiento y que lo desean evitar  es “que esos moros desesperados acudan en masa al “reino de Españistán” y nos jodan aún más el panorama”.

Miremos sus rostros y sus heridas, las del cuerpo y las del alma. Si no por solidaridad, al menos porque son el reflejo de lo que nosotros seremos, en un futuro que ya está llamándose presente.

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