Matteo Renzi no es un empleado de JP Morgan y el debate sobre la necesidad de modernizar la constitución italiana es muy anterior al explosivo informe de los analistas de Wall Street. Aunque algunos de los puntos de su reforma iban en la dirección aconsejada por el banco de negocios norteamericano –la creación de un poder ejecutivo muy fuerte y la disminución de las competencias de las regiones- , Renzi quería ser el ‘condottiero’ capaz de sacar a Italia del estancamiento. Saltó a la arena con un lema provocador: la ‘rottamazione’, el desguace. El desguace de lo antiguo, el desguace de la vieja clase dirigente… el desguace de 1948.
Quiso convertir el referéndum en un plebiscito personal y le ha perdido la arrogancia. Los ‘condottieri’ suelen acabar mal en Italia. 1948 resiste (…)
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CANIGÓ, setmanari independent dels Països Catalans
BRAUN, memòries d’una fàbrica / BRAUN, memorias de una fábrica
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