Pere-Enric Barreda

Coses del Maestrat, de Barcelona, de Roma,... de tot

4 de novembre de 2013
Sense categoria
0 comentaris

Els Miralles-Lario, un periple entre Benassal, València i Argentina

Fa anys vaig enviar documentació sobre la seua familia a Marta Susana Miralles Menéndez, una argentina descendent de Benassal, Torrecilla del Rebollar (a Terol) i València. A petició meua, em va correspondre amb la seua aventura familiar. Per sort, seguim en comunicació i intercanviant informacions, com la seua descripció del periple d’una familia, com d’altres tantes, entre dos continents. El Joaquín Miralles que nomena era germà de Teresa i Albina, que vivien al carrer de València, quasi enfront del forn de Passies. En la foto, el matrimoni Francisco Miralles i Teresa Tena, pares de Joaquín (i besavis de Marta Susana, propietària de la imatge).

Benassal (Castellón de la Plana), un lugar que resonó en mis oídos muchas veces en mi infancia y a lo largo de mi vida. Allí, en ese pueblo, se inició la historia de la rama paterna de mi familia, una parte de mis raíces. Pues allí nació Francisco Miralles Fandos, que se casó con Teresa Tena Adell, oriunda de Ares del Maestre.
Vivieron en Benasal y tuvieron 7 hijos, entre ellos Joaquín Miralles Tena, que nació el 24 de agosto de 1877. Conoció a Josefa Lario Martinez, oriunda de Torrecilla de Rebollar (Teruel), nacida en 1874. Se casaron y vivieron en Valencia, pues allí trabajaba mi abuelo en una curtiembre familiar, que según los datos que me dieron estaba ubicada en la calle Teruel, 12. Entonces nació mi padre, Francisco Miralles Lario, el 22 de diciembre de 1908, en la calle Blanquería, 43.
Mi abuelo, no sé realmente el motivo, en 1911 decidió viajar solo a la Argentina. Los inmigrantes en esa época llegaban al puerto de Buenos Aires, y en las cercanías se hallaba el Hotel de Inmigrantes, donde los acogían por unos días y los trataban de ubicar y conseguir trabajo. Él rumbió para la provincia de Salta, que queda al noroeste de Argentina, y trabajó como mozo en un bar. 
Mi abuela, embarazada, y mi padre se mudaron donde estaba su familia en Benassal, en la calle Loreto, 17, donde nació mi tía Amelia, el 27 de julio de 1911. No sé precisar en qué momento mi abuela viajó sola con sus dos hijos para Argentina a reunirse con su esposo. Hay que tener coraje para viajar sola con dos críos, en esos barcos y siendo los viajes tan largos. Ya allí en Salta, en 1914 nació su tercer hijo, una nena, Teresa. 
Luego, regresaron todos a España, y los niños fueron al colegio en Benassal. Pasaron varios años, sé que hubo algún conflicto familiar dando vueltas por allí, y mis abuelos decidieron retornar a la Argentina.
Por lo tanto, emprendieron viaje en el Buque Reina Victoria Eugenia desde Barcelona, tocando suelo argentino el 16 de octubre de 1926. Pero esta vez fueron a la provincia de Córdoba, ya que allí se encontraban hermanos y primos de mi abuela, la familia Lario. Mi abuelo trabajó en una curtiembre y después fue sereno en un bazar hasta que se jubiló (falleció en 1954). Mi padre también aprendió (como es lógico) el trabajo de la curtiembre, pero aparte tuvo un socio y trabajaba haciendo colchones de lana .
En 1934, a los 26 años, mi padre decidió establecerse en Buenos Aires. Vivió en una pensión en la Capital Federal y se afincó en el barrio de Villa Luro. Trabajaba en una curtiembre de la zona, concurría a un club social, iba a bailar, y allí conoció a mi madre, Haidée Amelia Menéndez García, también hija de españoles.
Aquí cabe hacer mención de la vida de mis abuelos maternos, ella Engracia García Suárez, nacida el 25 de enero de 1891, que vino primero a Buenos Aires y trabajaba en una casa de familia, y él Plácido Menéndez Fernández, nacido el 7 de julio de 1888. Ambos nacieron en el mismo pueblo, Tineo-Verdules (Asturias), y vivían allí puerta de por medio. Entonces, cuando mi abuelo llegó aquí a Buenos Aires la buscó porque eran vecinos. Luego se casaron, vivieron unos años en Chivilcoy, donde él trabajaba en una chacra. Allí nacieron mi mamá, que es la mayor, y otro hermano, y se vinieron para la Capital Federal y se establecieron en Villa Luro. Mi abuelo trabajaba en una fábrica y en la casa mi abuela, y los chicos que ayudaban vendían papas, carbón, etc. Y allí nacieron otros tres hijos.
Retomando el relato de mis padres, Francisco Miralles y Haidée Amelia Menéndez, se conocieron en un baile. Ella era muy joven, 19 años, y mi padre 28 años. Estuvieron nueve meses de novios, y el 8 de julio de 1937 se casaron por lo civil. Alquilaron una pieza a dos cuadras de la casa de mis abuelos, y nacieron mis dos hermanos, Haydée Alicia el 17 de mayo de 1939, y Oscar Francisco el 15 de diciembre de 1943. A mi hermano lo bautizaron en la iglesia de San Cayetano el día 22 de enero de 1944, y además se casaron por la iglesia.
Decidieron mudarse para el barrio de Floresta, a unas 20 cuadras de donde vivían, allí alquilaron una casa antigua que tenía un local y se embarcaron en la aventura del negocio propio, pues hacían colchones de lana y confeccionaba toldos de lona y los colocaba. Trabajó mucho, cosió mucha lona, cotines, arandelas, argollas y lograron comprarse una casa, fue la gran oportunidad. Para ese entonces, antes de mudarse, nací yo, el 13 de agosto de 1955. No estaba en los planes de mis padres, pero en fin, el destino siempre nos tiene preparada una sorpresita.
Cuando era chica, se compraron el primer coche, por ahí están las fotos, tenían una buena vida, desde siempre se visitaban con la familia que estaba radicada en Córdoba. Otro trabajo que tuvo fue el de chofer para una empresa que transportaba a la tripulación de los aviones desde o hacia al aeropuerto de Ezeiza. También tuvo problemas económicos, pues por confiado lo estafaron, pero salieron adelante. Mis hermanos ya eran adultos y aportaban dinero a los gastos de la casa.
Luego se casaron mis dos hermanos, y nos mudamos cerca de la familia materna. Volvimos a Villa Luro, hubo altibajos económicos, y trató de conseguir su partida de nacimiento para poder jubilarse, pero no lograron hallarla. Le sirvió su casamiento por la iglesia.
Tuvo una buena vida, disfrutó de su casa, de su familia, viajó a distintos lugares de Argentina, se preocupaba por el bienestar de sus hijos, se regocijaba con sus nietos. 
Estuvo varios años con problemas de salud por un infarto cerebral, del que logró sobreponerse bastante bien. Así y todo logró ser el padrino de mi boda y mis hijas tienen un hermoso recuerdo de su abuelo, que se aparecía por la ventana del comedor y chiflaba, anunciando su llegada.
Se agravó: estuvo atrapado en una cama por 22 meses, y falleció el 10 de octubre de 1997, en el Sanatorio San Patricio. Mi padre siempre recordaba España, hablaba de Benassal, de la escuela, del maestro, de la barra de chocolate con pan, de los duraznos, de los almendros, del campo, de las aguas termales… Hay fotos que dan testimonio de primos, amigos y parientes. En una oportunidad, estuvo en la Argentina Jesús María, un primo que mi padre quería mucho, y compartieron varios días y viajaron a Córdoba a visitar el resto de la familia. Fue un momento de mucho recuerdo y añoranza. 
No regresó nunca a su pueblo natal, a veces hablaba y parecía dolido, no sé muy bien que pasó (algo pasó). Los comentarios siempre fueron que el abuelito era demasiado bueno, se vinieron para este suelo y jamás reclamaron nada de lo que les pertenecía. Tampoco hubo interés de la otra parte de entregar lo que no les correspondía.
América, un continente joven, fue en aquellos años la oportunidad de vida de muchos inmigrantes europeos. La Argentina albergó a muchísimos, y se amalgamaron y se asentaron sin problema a este suelo, y fueron parte de la base de nuestra sociedad.
Y las vueltas que tiene la vida, nuestros hijos ahora emigran a distintos puntos del mundo. Hay una gran cantidad de argentinos viviendo en España, buscando su oportunidad de vida.
La búsqueda de la partida literal de nacimiento de mi padre me llevó a hurgar entre muchos papeles, fotos, y hacer y hacerme muchas preguntas. Pues aquí estoy, sentada, escribiendo, a pedido del Sr. Barreda. Esta es una humilde historia, una historia que jamás pensé que la narraría. Hay muchas preguntas sin respuestas, estoy reviviendo un pasado, un pasado que forma parte de mis raíces. Gracias por todo.
Autora: Marta Susana Miralles Menéndez

Deixa un comentari

L'adreça electrònica no es publicarà. Els camps necessaris estan marcats amb *

Aquest lloc està protegit per reCAPTCHA i s’apliquen la política de privadesa i les condicions del servei de Google.

Us ha agradat aquest article? Compartiu-lo!