MARCÚS

(@marcroca)

18 d'octubre de 2006
5 comentaris

No m?agrada (prou) El Matí d?iCat fm

…O, no m?agrada prou. O, no m?agrada com
m?agradaria que m?agradés. Quan em llevo, a les 6h, el primer que faig és
engegar la ràdio. Quan em vull intoxicar d?informació poso alguna emissora de
les que fan programes informatius matinals -últimament, Rac1, però també
Catalunya Ràdio i alguna altra-. Si el què vull és fer una repassada ràpida a
la informació del dia, em passejo uns minuts per Catalunya Informació i,
després de tragar-me amb total desinterès els esports, el temps, el trànsit i
alguna altra secció de poc interès a aquelles hores del dia, ja em dono per
informat i em passo al meu dial de referència: iCat fm.

Ja als inicis d?iCat fm vaig demanar amb
insistència un programa matinal-despertador, però que marqués la diferència.
Finalment n?han creat un, però no acaba de complir les meves expectatives. Està
bé que hi hagin posat presentadora i col·laboradors (al principi no n?hi
havia), i ho fan prou bé. Però, la música que hi posen no m?acaba de satisfer.
Que durant el dia posin aquest tipus de música m?està bé, però segueixo creient
que en aquest tram horari, així com en l?horari de sobretaula, caldria canviar
el xip i posar músiques que marquin la diferència. Sempre poso d?exemple, com a
bon programa, ?Músiques del món?. O, si més no, l?estil de música que punxava
el David Escamilla els matins de la desapareguda Catalunya Cultura.

Salut i llibertat!

Marcús

Blocus Track (polític): Recomano l?article de Salvador Cardús, d?avui a La Vanguardia (em
sembla que no es pot treure per internet).

  1. LA VANGUARDIA (Dimecres 18 d’octubrer 2006)

    Guiños a la antipolítica
    SALVADOR CARDÚS I ROS

    Hay algo en la autopresentación de todos los candidatos a la Presidència de la Generalitat de Catalunya que me inquieta e incomoda. Me inquieta la coincidencia, y me incomoda lo que parece sugerir. Me refiero a un cierto aire antipolítico en los mensajes electorales que, según los casos, puede llegar a ser muy explícito.

    Y, en mi opinión, que un político profesional se deje tentar por una imagen antipolítica en plena campaña electoral, a falta de otras explicaciones que puedan dar los politólogos expertos, sugiere que busca la manera de caer simpático a los que desprecian la política y ante los cuales adopta una actitud a la defensiva.

    Los ejemplos son diáfanos y hay tantos que creo que no fuerzo para nada al elegir al azar algunos de ellos. Por ejemplo, me resultó curioso – aunque no lo más sorprendente- que en la entrevista de Xavier Sala i Martín a José Montilla para La Vanguardia el candidato insistiera tanto en justificar su aptitud para la Presidència en la "vocación de servir a los demás" o el "amor al país". Se trata de un típico caso de lo que Jean Baudrillard calificaría de "negación simbólica", en la que se afirma justo lo contrario de lo que las palabras dicen: la voluntad de poder se manifiesta sublimada como actitud de servicio. Algo parecido pasa con el famoso DVD de CiU, en el que se presenta a los tres líderes del tripartito como conspiradores para conseguir el poder, como si ello fuera algo ilegítimo y feo. ¿Es que CiU no va a hacer todo lo que esté a su alcance – dentro de la legalidad, qué duda cabe- para conseguir aquello que ya en el 2003 consideró suyo, es decir, el poder? También el subtítulo del culebrón Confidencial Cat afirma más de lo que dice: parece ser que los malos de la película se vendieron el país a cambio de conseguir el poder, con lo cual CiU se identifica con lo pagado, el país, y lo conseguido por la traición no es otra cosa que el sucio poder. El resto de los partidos sigue por el mismo camino. Los de ERC son tan humanos, tan como nosotros, que en realidad no parecen gente interesada en mandar. Los de ICV son muy decentes, con lo cual ya se ve que abominan el apetito de poder y son más bien dados a la generosidad. Y los del PP, simplemente son gente con sentido común, cualidad que, en la calle, sugiere la conveniencia de no meterse en política.

    Me imagino que los asesores publicitarios sugieren este tipo de autopresentación de los candidatos que les da un perfil político gris para llamar la atención y la complicidad de los que pasan de la política. A partir de este punto de desdén hacia el poder, incluso de menoscabo de éste si no de demonización, supongo que esperan que se cree un nuevo flujo de confianza hacia esos políticos que dan la impresión de que, si fuera por ellos, ni se presentarían. Yel punto de partida de todo el embrollo debe de estar en las encuestas que generalmente delatan que la valoración de la política como profesión está entre las más bajas de las que salen en las listas. El problema, de todas maneras, hay que buscarlo en cómo se interpreta esta baja valoración. Por mi parte, siempre he desconfiado del típico argumento que sostiene que los políticos no hablan de lo que interesa a la gente. Primero, porque la política hace bien en hablar de lo que son los intereses reales de la gente, al margen de si les interesa realmente. En segundo lugar, no es cierto que la gente sólo tenga intereses materiales e inmediatos, es decir, egoístas. Y, si fuera así, pues aún mejor que la política insista en discutir sobre el interés general. Jordi Pujol siempre jugó astutamente con esta confusión retórica, cuando decía que iba a hablar de lo que no tocaba, de lo políticamente incorrecto, de lo impopular, y justo acertaba en la cuestión y en el enfoque que supuestamente estaban fuera de lugar.

    Desde mi punto de vista, lo que precisamente hace insípidos a los políticos es que no hablen de su voluntad de poder, de su ambición, de la fuerza con la que van a contar, de los intereses que van a defender. De Pujol sabíamos que de muy joven quería ser presidente de la Generalitat. De los candidatos actuales no estamos muy seguros de cuándo y por qué se les despertó JOAN CASAS la vocación. También creo que nos gustaría descubrir sus personalidades ambiciosas, aunque a menudo lo que se exhibe es mucha vanidad, que es cosa muy distinta. Lo que hace atractivo a un político es que transmita seguridad y coraje, que no arrogancia. Aquella imagen del president Pujol ante un grupo de ciudadanos que acorralaban el coche oficial y contra el cual se había tirado alguna piedra, saliendo del vehículo y amonestándoles por las formas usadas en la protesta, con convicción pero sin altivez, a estas alturas de la política catalana parecen irrepetibles.

    No sé si me explico bien, pero quiero decir que el prestigio de la política no se va a mejorar con guiños a la antipolítica. Justo lo contrario: la antipolítica es consecuencia del uso vergonzante del poder, de su débil y confusa representación institucional, de la escasa preparación de los altos funcionarios que lo administran, de una ambición escasa que se refugia en el enemigo exterior, en la victimización o en la necesaria estabilidad. La mejor defensa de la política pasa por el elogio del legítimo ejercicio del poder, al que Weber llamaba autoridad. ¡Ya está bien de que, desde la política, se hable tan mal del poder!

  2. Hi estic d’acord amb el tipus de música que caldria al matí a Icat. Però sisplau, suposant que ens facin cas, que no hi posin l’Escamilla. És francament millor escriptor que no pas locutor. A mi em posava molt nerviós amb alguns comentaris…

  3. Hola! He trobat aquest blog buscant pel programa "Músiques del món" a Google.
    Jo també sóc "un enamorat" d’aquell programa i m’agradaria recuperar-ne le sgravacions.

    Buscant vaig veure que se’n podia descarregar un des de la web del David Escamilla (http://www.davidescamilla.com) però no hi han per enlloc els altres programes ni info d’on descarregar-los 🙁

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