Jaume Renyer

per l'esquerra de la llibertat

21 de març de 2008
1 comentari

Llibres (XII)

“Lluís Reñé i Padrisa. Un artista en tots els camps”, catàleg de l’exposició, Museu Diocesà de Barcelona, 2008.

 

Lluís Reñé Padrisa (Barcelona 1889-1963) fou atleta (campió de Catalunya 1912 en llançament de disc), futbolista (porter del Barça entre 1910 i 1914), pastisser de professió i dibuixant de vocació. La seva obra de pintor autodidacta, especialitzat en la tècnica de dibuix amb canya tallada, està recollida en aquest volum que ha editat el Museu Diocesà de Barcelona, entitat a la qual la família ha fet donació del fons d’obra de l’artista. Entre els mesos de març i maig d’enguany, una exposició amb els més significatius dibuixos del pintor es pot contemplar a les noves sales del museu, al carrer de Sant Sever.

Els pares de Lluís Reñé provenien del mateix poble, Vilanova de Bellpuig al Pla d’Urgell, i del mateix tronc familiar d’on procedia el meu. Renyer és la grafia correcta del nostre cognom, que amb la introducció del Registre Civil l’any 1870 va ser castellanitzat, i que des de fa uns quants anys alguns anem normalitzant en català. Una part dels Renyer de Vilanova de Bellpuig baixaren a Barcelona a finals del segle dinou, com van fer molts joves de la terra ferma, a cercar-hi la feina i prosperitat que la vida rural no podia oferir.

Antoni Reñé Sanfeliu, pare del futbolista i pintor és va associar a un xocolater suís i obriren la pastisseria “La Suiza Reñé” al carrer Consell de Cent 362-364, on avui hi ha un excel·lent restaurant que conserva el nom de l’establiment anterior. Lluís Reñé, un cop tancada la seva etapa com a futbolista es va dedicar professionalment al negoci familiar, i no fou fins als seixanta anys que va reprendre l’afició juvenil per la pintura, plasmant racons i paisatges de la Barcelona vella. Joan Laporta en la presentació de l’obra defineix a Lluís Reñé com un “home polièdric” i “esportista renaixentista”. El meu oncle Ramon el defineix com un home ben plantat, simpàtic, elegant i humanista que és recordat per parents i amics amb afecte per la seva bonhomia i pel seu caràcter polifacètic.

Post Scriptum, 4 de desembre del 2022.

David Salinas publica avui aqueixa semblança al diari Sport: “Reñé, balones, dulces y arte“:

“En las imágenes de la época destaca por su figura larguirucha y el blanco de su indumentaria. El azulgrana Lluís Reñé Padrisa, nacido en Barcelona el 18 de septiembre de 1889, lució níveo defendiendo el marco del FC Barcelona y puede decirse que transitó por varias vidas: la deportiva, la laboral y la artística. Un personaje poliédrico y multidisciplinar.

Lluís fue el segundo hijo del matrimonio formado por Antoni Reñé Santfeliu y Rafaela Padrisa Puigdengoles, ambos naturales de Vilanova de Bellpuig (Lleida). El primero fue Ramon y después de Lluís vinieron Emili, Juanita, Antònia, Rafel, Jaume, Magda, Josep, Pepita y Antoni. El abuelo de Lluís abrió en 1892 un local de repostería en la calle Consell de Cent 364, ampliándolo en 1921 su padre al asociarse con un maestro chocolatero suizo. La sociedad (La Suiza Reñé) contó con varios locales dedicados a la confitería, bombonería y pastelería en Barcelona.

Reñé empezó a jugar en el Club Ibèric (1907) y el Català, con el que se proclamó campeón de Catalunya (segunda categoría). Después pasó por el Espanyol (1910 −jugó dos partidos del Campeonato de Catalunya−) y el España antes de llegar al Barça en 1911. El padre de Lluís, amigo de Hans Gamper, influyó para que su hijo recalara en el FC Barcelona. Prefería que jugara al fútbol porque, con esta actividad, descuidaba la que era su verdadera vocación: el dibujo, la pintura. Sus padres, para alejarlo del arte, llegaron a esconderle los utensilios que utilizaba (lapiceros, cuartillas…).

Con el equipo azulgrana se alineó en 26 partidos oficiales entre 1911 y 1913 y se proclamó campeón de Copa (1912 y 1913) y de la Copa Pirineos (1911, 1912 y 1913). En 1912 también fue campeón de Catalunya de lanzamiento de disco, acreditando una marca de 32,20 metros.

Reñé se caracterizó por despejar con el puño. Una técnica de la que sacó un gran partido aprovechando su altura. Este hecho que le valió el apodo de “El Macho” en el País Vasco. “Allí se hacían cruces de que, de un puñetazo, mandara el balón más allá del centro del terreno”, recordó en 1954. Y en 1956 precisó que “cuando me preparaba para darle al balón, el público decía a coro: ¡Ahora va el macho!”.

También destacó por su blancura en el campo y él mismo se encargó de argumentarlo en una entrevista que publicó “El Noticiero Universal” en febrero de 1956: “Era un buen mozo entonces y no diré que fuera un Tenorio, aunque sí tenía mi cartel entre las muchachas. En cierta ocasión, un grupo de ellas me regalaron un jersey muy bien hecho a mano, blanco. Lo llevé hasta que aguantó. Luego, en recuerdo de aquella prueba de afecto femenina, ya no cambié de color”.

En 1914 regresó al España y se retiró en 1915, en las filas del Universitari, con 26 años. Su padre lo quería ya enfocado de lleno en el negocio familiar y estaba camino del altar para contraer matrimonio con Teresa Ribas Camí. Reñé tuvo cinco hijos, pero ningún nieto. A partir de entonces se encargó de una confitería que su padre le cedió en la plaza de Urquinaona 7. De todas formas, siguió practicando deporte y en septiembre de 1915 formó parte de la comisión atlética del FC Barcelona.

Sin embargo, su vocación artística se mantuvo latente y despertó con especial virulencia cuando fue sexagenario. Fue entonces cuando reunió a su familia en una comida y “después de disfrutar de los manjares, cogí una copa de champán, me levanté y les dije: Mañana abandono la casa y la fábrica, quiero vivir de lo que en mi niñez fue mi mayor ilusión, pintar”.

Fue entonces cuando Reñé dio otro giro de timón a su vida. Entró en el mundo que había querido y soñado de adolescente. Autodidacta, guiado solo por su intuición, emergió en el mundo del arte como un especialista en el dibujo a carbón y a la caña con tinta china. “Ha sido Dios”, reconoció en 1956. “Mi vieja afición de artista la tocó con sus manos y resucitó. Es la gracia que más puedo agradecer”, dijo.

En marzo de 1955 hizo la primera exposición de sus obras en el Cafè del Liceu y constituyó un gran éxito. Sus compañeros en tiempos heroicos lo acompañaron en un momento tan especial para él, así como los futbolistas del Barça en activo en aquellos momentos. La última exposición que realizó tuvo lugar en Badalona, en marzo de 1962.

Reñé militó en el impresionismo y se especializó en el dibujo de monumentos históricos, especialmente de Barcelona. Su detallado y expresivo trazo también dejó una profunda huella en Olot, Poblet, Amer, Girona, Badalona… Pese a su tardío éxito como artista, nunca renegó del fútbol ni del Barça, que se acordó de él en tiempos difíciles al ofrecerle el cargo de Inspector del campo de Les Corts. Su hermano Emili fue jugador de los equipos inferiores del equipo azulgrana”.

 

 

  1. Hola Jaume Renyer,
    Gràcies per aquesta entrada. A casa tenim un dibuix a la canya de Lluís Reñé. Li coneixia la faceta de dibuixant dels racons de la Barcelona vella, però no que ahgués estat futbolista.
    Els meus pares, vincultats a la Sala Parés el van conèixer. Era un assídu a les exposicions i quan la meva mare treballava a la botiga de marcs li va regalar aquest dibuix que tenim.
    Helena Batlle Argimon

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