Notices from nowhere

Democracy now finds there can be ample for all, but only if the souvereing fences are completely removed.

QUI HA DE DIMITIR ÉS LA CÚPULA ESPAÑOLA DEL PP:

Discrepo tanto de la tesis en el post del blog del Sr. de Munck, com de la tesis del artículo que aquí se ha dejado y me explicaré sin apelar ni a la tàctica y estrategia política de uno de los dos partidos ultranacionalistas españoles y sus ideólogos, o de los dos, que tanto monta, monta tanto. Iré a los hechos vividos. Hace unos años estuve en un contencioso de tipo urbanístico en el cuál se desviaba dinero de una población valenciana hacia Madrid. Con la aquiescencia del aparato del pp valenciano. Alguno de los imputados actuales estaban en dicha correa de transmisión dineraria. En parte estaban erosionando los intereses de ciertos empresarios de la comarca, que eran defendidos por una letrada militante del ppcv, toda vez que regidora de una población más o menos importante. Ocultaban la documentación desde dicho ayuntamiento pero nuestra labor tenía que seguir por los caminos de la independencia profesional y la ética. Recuerdo que llamaron a la letrada desde la sede del partido español, calle de Génova, en Madrid para que dejase de investigar y defender a sus clientes y proporcionar el ‘laissez faire’.
La frase fue: “Oyes (sic), nena, ¿tú quieres ser una política de proyección, o toda la puta vida una letrada?“. La respuesta de la abogada fue: “vull ser tota la vida una puta lletrada, i de la política plantejada així poden donar-me de baixa”.
En ningún momento se le llamó a no ejecer su deber desde la antigua sede en la plaça de l’ajuntament, ni en la actual del carrer de Quart.
Que hayan atrapado en esa red al señor Camps, desde unas leyes tan particulares y exóticas como son las españolas, pueden tener la base de sus argumentaciones, pero en un contexto europeo abierto, habríamos de decir que el primero a dimitir tendría que ser la propia cúpula española del partido popular. Por ello mismo, señor de Munck y periodistas de la corte, den al César gallego lo que es del futuro César madrileño. Como a ustedes les gusta la democracia hecha desde arriba hacia abajo, sigan, por coherencia, con la misma tesis durante todo el argumentario.
En última instancia, el último que debiere dimitir tendría que ser el M.H. President Camps.
Ya llegará el día en que se le juzgue por haber permitido que se financiare semejante trama mafiosa-de-partido con recursos de nuestro país. Por los mismos motivos que ahora mismo se juzga al presidente islandés con el aparato de justicia y leyes de que ellos mismos se han dotado. Democracia de abajo hacia arriba. Mientras tanto, ustedes, están en entredicho desde hace 199 años. Desde allá en Cadiz. Un estado no deja de ser una organización ‘marginal’, por decirlo suavemente, que triunfó una vez y que se consolida con el tiempo.
Atentamente, Josep Blesa. Arq.

PS: Com hi veig que el post del senyor Santiago de Munck Loyola, militant supremacista del PP d’Alacant, és de difícil enllaç vos el dese en el “Vull llegir més…” 

Camps debe dimitir.

El pasado 27 de junio, el Secretario General del PPCV, Antonio Clemente, exigía al Portavoz Socialista, Jorge Alarte, que dimitiera por haber resultado imputado por un supuesto delito contra el honor por injurias y calumnias con publicidad contra sesenta cargos del PP valenciano.

Ahora, es el propio Presidente del PPCV y Presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, el que ha resultado, no ya imputado, sino procesado por un presunto delito de cohecho impropio, es decir, por el caso de los tres trajes que recibió, presuntamente, como regalo de los cabecillas de la trama corrupta Gürtel.

La justicia ha dado un paso más al dejar atrás la siempre discutible condición de “imputado” de Francisco Camps y ahora le ha procesado. Esto significa que la Justicia aprecia en la conducta de Francisco Camps indicios racionales de criminalidad que han de ser examinados a fondo y, en su caso, sancionados o ignorados por no confirmarse.

En este contexto no está de más recordar que el Partido Popular tiene un Código de Buenas Prácticas en el que se señala que los cargos públicos del Partido deben mantener una conducta ejemplar y que deben abstenerse de cualquier conducta que, aún siendo plenamente legal, pueda dañar la imagen u honorabilidad de la organización (Art. 1.a). Igualmente en el art. 7 del citado código se determina que los cargos públicos populares tienen prohibido aceptar cualesquiera regalos, atenciones o liberalidades que no respondan, por su importe o causa, a los usos y costumbres sociales. Por último, el art. 8 señala que los cargos públicos del Partido Popular tienen el compromiso de comunicar a la Dirección del Partido Popular la apertura de cualquier procedimiento jurisdiccional del que puedan derivarse indicios racionales de comisión de un delito, y de poner a disposición del Partido el cargo público que desempeñe cuando el Comité Nacional de Derechos y Garantías considere que su permanencia en el mismo daña a la propia organización o a la institución pública.

Es evidente que el Comité Nacional de Derechos y Garantías tiene la obligación política y moral de determinar si la permanencia en el cargo del Presidente de la Generalitat, Francisco Camps, una vez procesado, daña a la propia organización o a la institución pública. Quien piense que no la daña, se equivoca.

Parece que en un reciente cambio de la estrategia de la defensa de Camps se ha llegado a plantear incluso la admisión de la existencia de los regalos como algo normal. Sin embargo, este cambio de estrategia colisiona frontalmente con el Código citado, en concreto, con su artículo 7 lo que supone, sin ninguna duda, un claro error político.

No sé si Camps recibió o no como regalo los famosos trajes. No sé si en el caso de recibirlos lo hizo a cambio o no de favores, algo que sería bastante ridículo. Ahora y desde la perspectiva de la regeneración democrática es indiferente. Lo cierto es que la Justicia entiende que con los datos existentes al día de hoy su conducta contiene aparentemente indicios de criminalidad. Y eso debe ser suficiente para que Camps presente su dimisión lo antes posible, que conserve mientras tanto su escaño, que se sustancie el procedimiento y se dirima, de una vez por todas, su inocencia o su culpabilidad. Y si es inocente no habrá ningún obstáculo para recuperar la Presidencia de la Generalitat y, si no lo es, que renuncie a su escaño y cumpla con la pena que le sea impuesta.

No vale en este caso esgrimir a modo de defensa el excelente resultado electoral del Partido popular como salvoconducto. No vale tampoco esgrimir, como es habitual, lo que hacen o dejan de hacer los adversarios políticos. El Partido Popular tiene un código ético y unos principios que deben ser respetados y la conducta del Partido debe ser ejemplarizante en un contexto social en el que la clase política goza de la peor apreciación ciudadana de los últimos tiempos.

Es impresentable pedir dimisiones porque alguien ha sido imputado y hacer lo contrario cuando el nuestro ha sido procesado. Si la cúpula policial ha sido procesada por posible colaboración con banda terrorista en el caso Faisán debe cesar en sus puestos hasta que se dicte sentencia y, además, deberían investigarse las responsabilidades políticas a que hubiese lugar. Y si el Presidente Camps ha sido procesado, también debe dimitir. No hay que dar más vueltas al asunto.

La mujer del César, además de honrada, ha de parecerlo.

Santiago de Munck Loyola.


  1. La financiació dels partits politics a l’Estat espanyol sempra ha estat sota sospita, i la del PP valencià de Camps una pura anècdota al seu costat, que sembla que ha esdevingut en una autèntica persecusió política i cacera de bruixes en la lluïta pel poder i control polítc a Madrid.

    Però això el valencians en general creuen que ha estat més una maniobra i  atac a les institucions públiques valencianes i una afrenta als poders dels valencians en aquest cas representades pel ‘desgovern’ de Camps que un altra qüestió.

    I més des del sarcasme valencià i la incredulitat valenciana que davant aquest panorama a l’Estat espanyol i en la que ha caigut i esta caient, vulguen fer-ho pagar als poca ropa dels valencians.

    Que sembla que encara es creuen menys els de les mans impolutes i blanques dels poltiics espanyols. On sovint n’hi ha  aquells ‘patriòtes’ que no diuen que són en política per enriquir-se, però acaben fent-ho igualment de forma directa o indirecta o encara molt més.

    Pot ser n’hi ha qui prefereixca les mans blanques de l’impoluta Luisa Fernàndez Rudi i Dolores Serrat a Aragó o les de Bauzà a Balears. Però per a que ells arribaren on són algú se les ha embrutades abans per ells.

    Tant les més descarades  del PP com les del  PSOE a través del clientelisme polític mitjançant la despesa pública a favor d’empreses de servei públic i la del sistema financer.

    Posiblement les del PP valencià siguen les més netes de l’Estat en comparança, però han volgut esguitar el govern valencià amb les pràctiques rutinàries dutes des de Madrid per rebaixar el poder valencià a Madrid o viceversa.

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