LA PELL DE BRAU

Taller personal de J. Soler i Àlvarez

2 de juny de 2007
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ENTREVISTA A JORDI PORTABELLA DE LA VANGUARDIA

Ramon Suñé  | Su decisión de quedarse fuera del gobierno de Barcelona ha convertido a Jordi Portabella en el gran protagonista de la semana postelectoral. En el despacho de segundo teniente de alcalde, que dejará el día 16, el candidato de ERC explica las razones de su espantada y asegura que su marcha a la oposición es fruto de una reflexión ética y no de una maniobra para salvar la cabeza ante la militancia y la dirección del partido tras un mal resultado electoral.

¿En qué momento y por qué toma la decisión? 

La noche de las elecciones no puedo dormir. Le doy vueltas a la situación y hago una serie de consideraciones sobre lo sucedido. La primera es la abstención y el voto en blanco. La segunda, que hemos perdido muchos votos y que esta pérdida no se corresponde con la gestión realizada, bien valorada por diferentes sectores. La tercera, que no hay comunión entre ciudadanía y Ayuntamiento. A partir de esto hago una reflexión seria basada en la ética y concluyo que no tiene sentido continuar en el gobierno para seguir haciendo lo mismo. Y aún hay un cuarto factor: no quiero que la gente piense que me quedo tan ancho y que me es indiferente tanta abstención. 

¿Consulta su decisión con alguien? 

Primero hablo con las personas que se pueden ver afectadas laboralmente. Hablo con los concejales y el presidente de la federación de Barcelona y, a partir de ahí, se desencadena todo. 

Su gesto parece una hábil maniobra para evitar una situación delicada para usted dentro de ERC. ¿No da el paso para evitar que le pidan la dimisión por sus malos resultados? 

Eso no sólo no es cierto sino que puedo asegurar que he sentido el apoyo de la dirección y de la militancia. Nadie me ha pedido la dimisión. Al contrario, todo esto se ha convertido en apoyo a mi decisión y también en un análisis crítico respecto a los otros partidos que, pese a perder votos y concejales, no han hecho el mismo proceso de reflexión que nosotros. 

¿Intuyó que las bases esperaban un gesto de ruptura con el PSC de algún dirigente? 

Yo no estoy rompiendo nada. Cuando entramos en un gobierno tenemos la obligación de darle estabilidad, pero lo que teníamos ahora era la posibilidad de reeditarlo o no, y cada circunstancia ha de analizarse por sí misma. Pero está claro que ERC no es la marca blanca de ningún partido, que los militantes y votantes tienen idiosincrasia propia y un perfil político bien definido. Y creo que esa reflexión se ha de extender a las fuerzas políticas en general y a las instituciones. 

¿Su decisión tendrá resonancia en el Govern? 

Confío mucho en la estabilidad de los gobiernos. Voté al señor Hereu nueve meses antes de las elecciones sin pedir nada a cambio. ERC tiene suficiente fuerza como para reflexionar y sacar conclusiones. La dificultad radica en leer el momento y tomar la decisión adecuada cuando se ha de tomar, no a medio mandato sino al principio. ¿Si mi decisión tendrá consecuencias en otros ámbitos? En todo caso no por efecto dominó sino como fruto de la reflexión del partido. 

Dice usted que discrepa del actual modelo de ciudad. Lleva ocho años en el gobierno, con un papel destacado, y ha colaborado en el diseño de ese modelo. ¿Por qué renuncia a él ahora? 

Todos los partidos saben identificar los problemas y retos de la ciudad, pero a la hora de fijar políticas que les den solución hay grandes diferencias. Barcelona necesita un cambio de modelo porque han pasado cosas muy significativas y observo que un cierto discurso de cambio no se refleja después en la innovación de la propuestas políticas. Inicié la precampaña con una conferencia en la que marqué las que han de ser las prioridades de la ciudad del siglo XXI. Hay que poner más énfasis en políticas que se han convertido en el reto de la humanidad, las de sostenibilidad, inmigración, seguridad… Más allá de los enunciados hay que tomar medidas que interpreten la nueva realidad. El escenario del 2007 no es el de 1999 o el 2003. Y más allá de proclamar que hay que reajustar el modelo, no veo una traducción de esa declaración en la práctica política. 

¿No es más fácil el cambio desde dentro? 

Yo no puedo hacer ver como si todo continuara igual después de las elecciones. ¿Cuál era la alternativa? ¿Venir al Ayuntamiento y salir al cabo de una semana diciendo que hemos hecho una negociación tan brillante que tenemos lo mismo que antes, pero con un concejal menos? ¿Para qué, para hacer lo mismo que ha comportado perder 40.000 votos y que la mitad de los electores no vayan a votar? 

¿Por qué cree que el reflejo de su labor en el Ayuntamiento no ha llegado a la ciudadanía? 

Hay varios motivos, pero es evidente que no siempre he podido rentabilizar lo que he hecho. 

¿Qué o quién se lo ha impedido? 

Todo lo que funciona bien es muy goloso y todos buscan el modo de relacionarse con ello. Entonces tu protagonismo queda minimizado, un hecho concreto puede confundir a la gente y acaba pasando lo que me pasó cuando una persona me dijo: "Felicite al alcalde por la política de bicicleta". Una política que dirigimos nosotros desde hace ocho años. Le daré otro ejemplo. Un gobierno de coalición no se puede anunciar sin hablar antes con los socios, y no es aceptable que me entere por la prensa de decisiones que, sin mi voto, no pueden salir adelante. Me sorprendió que Hereu, sin haber hablado conmigo, dijera que habría tripartito. Me sorprenden estas maniobras u otras como la del castillo de Montjuïc, de la que no tuvimos noticia ni antes ni después. O que se ponga el acento en el trazado de la alta velocidad cuando no hay acuerdo entre socios. 

Hablando del AVE, ¿forzará un cambio de trazado ahora que en la oposición coinciden tres formaciones contrarias al que se pactó en su día? 

Por desgracia, la decisión no se toma en el Ayuntamiento, pero PSC e ICV saben que el trazado actual está en minoría en el plenario y deberían de saber que la legitimidad de las decisiones está relacionada con las mayorías y minorías. 

¿Estará en el Ayuntamiento todo el mandato? 

Eso no lo sé ni yo. Sinceramente, no creo que ningún candidato se haya planteado aún si seguirá los cuatro años y si volverá o no a presentarse. 

¿Si, avanzado el mandato, se define un modelo de ciudad acorde con el suyo, volverá al gobierno? 

Nosotros siempre estamos abiertos al diálogo y al acuerdo, pero no estamos obligados. 

Por lo tanto no podemos dar por hecho que ERC estará los cuatro años en la oposición… 

Del mismo modo que no podemos dar por hecho que entraremos en el gobierno. 

¿Ahora las políticas de comercio y turismo serán distintas? 

Dejando claro que nadie es imprescindible y que todos lo pueden hacer bien, sí variarán. La política de comercio de ERC no es la del PSC.

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