(Con todo el cariño a mis seres queridos de Valencia, especialmente mi colega subterránea Eva Samitier)
El Presidente Puigdemón propone ir de “Legalidad a legalidad” para conseguir la República catalana. Al mismo tiempo que la CUP propone una sucesión de desobediencias que nos conducirán a la desobediencia final en pocos meses con la misma finalidad: la Republica Catalana.
Ambas tácticas, la legalista y la otra conocida como ”táctica-proceso” desde hace más de 100 años, tienen muchas probabilidades de tener un final de violencia unilateral por parte del Régimen del 78, en resumen de España.
El régimen del 78 se mueve como pez en el agua en el manejo de la violencia, con 35 años de experiencia de lucha contra el movimiento abertxale y la ETA (más 40 años de experiencia heredados del Franquismo)
La posibilidad del uso de la violencia del estado con la finalidad someter a la población rebelde catalana (que es el 50 %) y de prolongar indefinidamente el saqueo fiscal de Cataluña, es muy elevada.
El régimen del 78 practica en este momento una táctica de “violencia judicial” contra los separatistas Catalanes. Impedirán como sea un referéndum legal o unilateral, al mismo tiempo que responde a los pequeños desacatos de la CUP con una escalada de jurisprudencia que permitirá en corto plazo prohibir cualquier paso hacia la independencia de Cataluña (como fue en el caso de la declaración del 9N, que ha permitido inculpar a la presidenta de la Cámara catalana)
Cuando el parlamento catalán esté disuelto por los jueces, ya no será posible otra solución pacífica que la abdicación de nuestros objetivos separatistas.
Es ahora, con un Parlamento Catalán funcionando con normalidad, con mayoría separatista y con un Gobierno legal, que tiene como objetivo la Republica Catalana, que hay que solicitar la intervención del Tribunal de la Haya. El gobierno debe ensayar como hacerlo sin errar, hasta el último detalle: que texto, quién lo hará, en qué oficina, que horarios tiene, etc… Y hacerlo de forma simultánea a una Declaración Unilateral de Independencia, hecha por un parlamento legal y con un gobierno legal.
Solo bajo la protección del Tribunal de la Haya (La CIJ y la CPA) será posible evitar la intervención violenta de las fuerzas militares y del orden público españolas en Cataluña y al mismo tiempo tener la posibilidad de un arbitraje internacional que facilite que la población de Catalunya pueda pronunciarse y conseguir pacificamente la República Catalana.
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