José Mujica Cordano és un diputat del parlament d’Uruguai. Forma part del "Frente Amplio" i en el seu moment va militar en el moviment Tupamaro. Per això va ser empresonat i torturat. Ara és diputat al parlament i llaurador. Aquest és un dels atractius del personatge: la mescla d’intel·lectual i de camperol. En un llibre entrevista de M.A. Campodónico Mujica, reconeixia que "la terra té un poder quasi religiós en aquest país(Uruguai)".
Amb la senzillesa republicana que caracteritza el país sud-americà, el diputat repassa la història dels darrers quaranta anys. També comenta els valors que va defensar i que defensa ara: l’educació, la llibertat, l’anticonsumisme, la solidaritat… A diferència del que va passar en Argentina amb els montoneros, els tupamaros varen respectar sempre la vida. Confessa que parla amb les plantes, perquè els arbres i les plantes tenen sensibilitat i té un posat espiritual, perquè com diu "es pot ser religiós per analfabet, però també en començar a saber i comprendre que no se sap res i "a la fi un acaba com l’analfabet"
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Como uruguaya y repulicana, por nacimiento y por convicción, quisiera compartir con vosotros algunas aristas más de este guerrillero-senador-floricultor que, por lo menos hasta la última vez que viajé a Uruguay en 2005, seguía yendo al Palacio Legislativo en la misma motoneta Vespa con la que llevaba a la feria (mercadillo) las flores que cultivaba en su chacra de las afueras de Montevideo.
El primer día que se presentó a su nuevo trabajo de diputado luego de las elecciones de 1994, el guardia del estacionamiento de legisladores por supuesto en primera instancia no lo dejó estacionar su "motito" como él la llama, y tuvo que mostrarle su carnet recién estrenado de diputado.
Su compañera Lucía Topolansky, también senadora del FA, lo era desde la militancia en la guerrilla, lo fue durante los 13 años en que estuvieran separados por la dictadura militar uruguaya, y lo sigue siendo ahora, 35 años después.
Estoy de acuerdo con que los uruguayos tenemos una encomiable sencillez republicana, pero también hemos sabido tener otras actitudes democráticas de las que quizás tendrían que aprender algunos países del primer mundo que nos miran por encima del hombro y nos ponen en la misma bolsa "tercermundo" con la que se ahorran el esfuerzo de analizar la situación y la realidad de cada unode los países que no son Europa o EEUU. No en vano el Uruguay ha gozado de 100 años de democracia (desde lios comienzos del siglo XX), sólo enturbiados por el paréntesis de 12 años de la dictadura militar que no fue nuestra culpa sino la decisión de EEUU y el FMI de colocarle sus fondos sobrantes en los ’70 a gobiernos títere de América Latina. Y está claro que 100 es más que 30, por ejemplo.
Pero a lo que vamos, el ejemplo de democracia no es sólo que Mujica, un ex-guerrillero que fue durante 13 años un rehén de la dictadura, torturado y encarcelado en las condiciones más infrahumanas que se puedan imaginar (en un aljibe, en un pozo en la tierra, en un gallinero, etc., etc.), no sólo sea ahora un legislador, sino que además como en las elecciones de 2004 fue el candidato más votado dentro de la coalición Frente Amplio que ganó las elecciones, esto lo transformó automáticamente en el Presidente de la Asamblea General que es la reunión de los 99 diputados de la Cámara de Representantes y de los 30 senadores del Senado uruguayo. Y hete aquí que como los legisladores asumen el 15 de febrero posterior a las elecciones que son siempre en noviembre, y el presidente recién asumen el 1 de marzo, resulta que en esos 15 días el Presidente interino de la República es el PResidente de la Asamblea General, o sea Mujica, y como el Presidente de la República, es el Comandante en JEfe de las Fuerzas Armadas, resulta que durante 15 días los militares tuvieron como jefe máximo a alguien a quien no sólo habían torturado, humillado, despersonalizado, enloquecido durante un período, sino que además habían intentado destruir como ser humano. Y no lo lograron, no sólo porque está állí, vivito y coleando, "ronpiéndole los huevos" a todo el mundo como decimos en Uruguay, sino que además los perdonó, según sus propias palabras en su propio beneficio porque odiarlos no le devolvería a él la vida perdida pero quizás le quitara calidad a su vida futura.